El Atlético de Madrid ha pasado a ser uno de los grandes favoritos para llevarse un título esta temporada. El equipo del Cholo Simeone fue el último en confirmar su pase a las semifinales de la Copa del Rey y acompañará a la Real Sociedad, el Mallorca y el Athletic Club en la pelea por este entorchado. [Así vivimos la victoria del Atlético ante el Sevilla]
Los colchoneros se deshicieron del Sevilla en un partido cerrado, mucho más gris que el resto de cuartos de final que se vivieron en el torneo. Después de una primera mitad anodina que levantó más de un bostezo antes del bocata del descanso, en la segunda parte subió la intensidad y el Atleti fue más ambicioso para evitar la prórroga.
Griezmann pudo haber cambiado la historia mucho antes si hubiera aprovechado el penalti del que dispuso en el primer acto, pero un resbalón le jugó una mala pasada y mandó el balón a las nubes. Fue el reflejo de una mala primera mitad en la que ninguno de los dos se merecía premio alguno.
Simeone fue quien dio con la tecla y al que hay que darle gran parte del mérito del pase del Atlético. Quitó en el momento crítico a Griezmann y a Morata para dar entrada a Memphis y a Correa, y esta conexión fue la definitiva para el único gol del partido. El Atleti sigue soñando en grande en la Copa del Rey.
El fallo de Griezmann
Sin historia. La primera parte fue totalmente prescindible porque fueron 45 minutos de un combate nulo. Griezmann pudo evitar el aburrimiento, pero su error desde el punto de penalti hizo que los atléticos se tiraran de los pelos y que los sevillistas respiraran aliviados al seguir vivos.
Viniendo de un partido de alto voltaje como fue el Athletic - Barcelona, lo del Metropolitano fue prácticamente otro deporte diferente. Menos intensidad, sin ida y vuelta, sin apenas llegadas a las áreas, sin los porteros parando... En definitiva, fue un espectáculo muy distinto en el arranque.
Álvaro Morata puso el primer 'uy' con un remate flojo y tímido de cabeza que además salió centrado y se fue directamente a las manos de Nyland. Aunque en estos primeros compases parecía que era el Atlético el que quería hacer valer su condición de local, poco a poco el Sevilla le fue tomando el pulso al partido y empezó a dejar claro que aquello iba a ser una pelea de tú a tú.
El choque transcurrió sin pena ni gloria, con un par de acercamientos sin remate del Sevilla mientras que alguno en la grada esbozaba algún bostezo involuntario. Era difícil llevarse algo a la boca para luchar contra el aburrimiento de un partido demasiado cerrado, pero en el ecuador de esta primera mitad todo el mundo se levantó de sus asientos.
En una buena jugada por la banda derecha, Nahuel Molina tiró una pared preciosa y se internó en el área. En medio de su carrera se metió de una manera infantil Marcao, el central del Sevilla, que metió la pierna y cometió un penalti que no tenía discusión ninguna.
En un partido tan cerrado, ese penalti era un auténtico regalo, y más aún teniendo en cuenta que el Sevilla es un equipo herido esta temporada. Griezmann cogió el balón, tomó carrerilla... Y se escurrió en el momento del golpeo, así que mandó el balón a las nubes. Sonrió de manera irónica, no podía hacer otra cosa ante un fallo así.
El Atlético pareció despertar ligeramente en esos minutos finales de esta primera mitad, pero todo se marchó irremediablemente sin goles al tiempo de descanso.
Los cambios de Simeone
La segunda mitad tuvo un aire diferente, más abierto, más divertido. Antoine Griezmann estuvo a punto de resarcirse de su fallo en el penalti de una forma sensacional porque se quedó cerca de colar una chilena memorable. Sin apenas ángulo, el galo hizo magia de espaldas a la portería y el balón se fue por encima del larguero por muy poco.
El Atlético fue mejor, o al menos más ambicioso, en este segundo acto. El Sevilla replegó demasiado y quiso dejarlo todo al buen hacer de su defensa. Por minutos lo consiguió, porque a los colchoneros les costó entrar en el área.
Eso sí, los locales advirtieron hasta en dos ocasiones. La primera vez fue con un gol anulado a Griezmann por fuera de juego. El francés enganchó una gran volea tras el toque de cabeza de Morata, pero en el momento del testarazo del internacional español Antoine estaba adelantado.
Marcao puso una acción ofensiva para el Sevilla que fue como encontrar agua en el desierto. El primer tiro entre los tres palos de los hispalenses en la segunda mitad. Entonces, el Cholo sorprendió con los cambios. Sacó del terreno de juego a Morata y a Griezmann y dio entrada a Memphis Depay y Correa.
Cosas del fútbol, este cambio fue definitivo. El holandés y el argentino se asociaron a falta de diez minutos para el final para firmar la jugada del gol que iba a meter al Atlético de Madrid en las semifinales. La acción nació en la banda derecha, Correa puso el centro y casi en el área pequeña apareció Depay para meter el pie y hacer el 1-0.
Quique Sánchez Flores recurrió incluso a Rafa Mir en los instantes finales buscando el empate y una prórroga que le permitiera al Sevilla seguir soñando y no pensar sólo en la depresión de La Liga, pero no hubo manera. Los andaluces se ilusionaron con un penalti señalado sobre Lamela por la infracción de Barrios, pero tras la revisión de VAR esta pena máxima quedó anulada.
Los hispalenses se despiden también de la Copa mientras que el Atlético sigue ganando moral y cree en volver a levantar un título.
Atlético de Madrid 1 - 0 Sevilla
Atlético de Madrid: Oblak; Molina (Llorente, m. 55), Witsel, Giménez, Hermoso, Lino; De Paul, Koke, Saúl (Barrios, m. 55); Griezmann (Correa, m. 65) y Morata (Memphis, m. 65).
Sevilla: Nyland; Jesús Navas (Juanlu, m. 69), Nianzou, Sergio Ramos, Marcao, Pedrosa (Acuña, m. 80); Sow (Rafa Mir, m. 80), Soumaré, Óliver Torres (Rakitic, m. 52); Ocampos e Isaac Romero (Lamela, m. 69).
Gol: 1-0, m. 78: Memphis.
Árbitro: Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó con tarjeta amarilla a los locales Giménez (m. 62), Hermoso (m. 70) y Koke (m. 75) y a los visitantes Óliver Torres (m. 33), Sergio Ramos (m. 38), Pedrosa (m. 61), Lamela (m. 73) y Acuña (m. 92).
Incidencias: partido de los cuartos de final de la Copa del Rey, disputado en el estadio Cívitas Metropolitano ante 60.169 espectadores.