El caso de Dani Alves podría estar menos cerrado de lo que parece. Su defensa, con el experto en derecho penal Cristóbal Martell a la cabeza, tiene un 'as' guardado bajo la manga que está preparando para intentar usar en favor de su cliente. El jugador brasileño fue acusado de agresión sexual a principios del mes de enero después de haber participado en una fiesta en la discoteca Sutton de Barcelona.
La celebración tuvo lugar del 30 al 31 de diciembre y la joven declarada como víctima tardó un par de días en denunciar los hechos a los Mossos d'Esquadra. Sin embargo, esa misma noche ya había sido examinada médicamente. Una vez se aceleró el caso, Alves fue enviado a prisión provisional sin fianza y en estos momentos se encuentra en la cárcel de Brians 2.
Uno de los puntos flacos de la situación de Alves eran sus tres cambios en la versión ofrecida sobre los hechos. Primero aseguró no conocer a la chica. Después, que sí la conocía, pero que no había tenido relaciones con ella. Y por último, confesó haber tenido un encuentro con ella, pero que quería ocultarlo para que así no saliera a la luz su infidelidad.
Es ahí precisamente, en el supuesto consentimiento de los hechos producidos, donde Cristóbal Martell quiere dirigir su defensa para intentar librar a Dani Alves de las acusaciones que pesan sobre él y que podrían enviarle a prisión de cuatro a doce años de manera definitiva. Y su recurso estaría en dos minutos que empiezan a generar confusión dentro de más de siete horas de grabaciones. Un detalle del que no se ha hablado hasta ahora.
El arma de Martell
Durante el fin de semana pasado, Martell y todo su equipo revisaron las más de siete horas de grabaciones de las cámaras de seguridad de la discoteca Sutton para encontrar alguna fisura en la acusación contra el futbolista. Y lo cierto es que parecen haber hallado un pequeño hilo del que tirar. Después de haber tenido a su alcance estos vídeos, han recibido un impulso de ánimo ya que consideran factible elaborar una buena defensa.
El abogado Cristóbal Martell sostiene que hay dos minutos de desfase entre la entrada de Dani Alves y la de la chica de 23 años antes de que se produjera la supuesta agresión sexual. Esto probaría que los hechos no se habrían producido tal y como se han contado y que si la chica entró poco después que el jugador por sus propios medios y sin coacciones, no habría motivo para pensar en una relación sexual sin consentimiento.
Esta circunstancia demostraría lo que el entorno y la familia del jugador han defendido en varios momentos y es que las imágenes no podrían probar un acto obligado más allá de que Dani Alves convenciera a la joven para acompañarlo a otra sala VIP que resultó ser un baño. Sigue habiendo un gran vacío de información ya que no hay imágenes de la segunda sala en la que se produjo el encuentro.
Tras esos 17 minutos, los dos salieron y durante ese tiempo tampoco se les pudo ver en ningún otro punto de la discoteca, indicando claramente que estuvieron allí dentro todo ese tiempo. La joven asegura que allí fue insultado, golpeada y violada, pero las dos versiones son muy diferentes.
Después de lo sucedido, ambos salieron y la actitud de Dani Alves llamó mucho la atención, ya que se le pudo ver relajado e incluso decidió tomarse una copa más antes de abandonar el local. Por su parte, la chica salió muy afectada y tras acudir a la barra donde estaban una amiga y una prima, las primeras en enterarse de lo acontecido, fueron a hablar con un miembro de seguridad del local que activó el protocolo por violencia machista. Lo siguiente fue avisar a los Mossos.
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Donde unos ven frialdad en el supuesto violador, otros ven la tranquilidad propia de quien no ha cometido ningún delito y solo una simple infidelidad en una noche de fiesta. Tras el recurso de Dani Alves, las partes tienen un periodo de cinco días para presentar alegaciones. Tanto la Fiscalía como la defensa de la víctima darán su opinión sobre si el futbolista puede salir de la cárcel con cargos y después será la Audiencia de Barcelona la que tendrá que dejar un veredicto final.