Las lesiones son una de las lacras más preocupantes del deporte y, en particular, del fútbol. Pocas circunstancias ponen tan de acuerdo a clubes, jugadores, cuerpos técnicos e incluso aficionados como el largo periodo de baja que tienen que pasar las estrellas fuera de los terrenos de juego cuando sufren algún tipo de dolencia.
En la mayoría de los casos, las lesiones más frecuentes que se producen en el mundo del fútbol son de tipo muscular. ¿Se imaginan que estas pudieran llegar a erradicarse mediante programas de prevención que estuvieran basados en estudios que pudieran predecir cuándo se van a producir este tipo de problemas? Eso que ahora mismo parece una quimera y una utopía puede que de aquí a un tiempo, largo eso sí, esté cerca de ser una realidad.
Y todo gracias al fascinante mundo de la genética. Estudiando los genes presentes en los organismos de los deportistas, concretamente en sus músculos y en este caso en jugadores de fútbol, se pueden llegar a conocer asuntos muy importantes. Y uno de ellos es entender mejor la idiosincrasia de las tan temidas lesiones musculares. Esas que, por ejemplo, han dejado a todo un Balón de Oro como Karim Benzema sin disputar un Mundial con su selección.
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Al igual que el delantero del Real Madrid, son cientos de miles los jugadores que cada temporada sufren este tipo de contratiempos. Sin embargo, gracias a equipos de estudio como el que dirige David Varillas, profesor e investigador del Grado de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte (CAFyD) de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV), cada vez se conocen más detalles de estas lesiones y cuál es su relación con la genética. EL ESPAÑOL ha podido hablar con David sobre su último descubrimiento, el cual ha llegado con la gran ayuda de toda su tripulación formada por Antonio Maestro, Esther Morencos, Jorge Gutiérrez-Hellín, Millán Aguilar-Navarro, Gonzalo Revuelta y Juan Del Coso.
Así fue el estudio
Las lesiones forman parte del fútbol como de la vida misma. Sobre todo las que se refieren a un origen muscular. Sin embargo, conocer cuanto más se pueda de ellas es el camino para, algún día, llegar al control total de la prevención y la predicción de las mismas. Aunque la meta se vea todavía lejana, es importante dar los primeros pasos en este apasionante viaje que podría llegar a marcar un antes y un después en el fútbol.
David Varillas, profesor e investigador del Grado de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte (CAFyD) de la Universidad Francisco de Vitoria acaba de presentar un nuevo estudio relacionado con las lesiones musculares: Perfil genético en genes asociados a lesiones musculares y etiología de lesiones en futbolistas profesionales. Dicho estudio, ha sido presentado en la prestigiosa revista Frontiers in Genetics como un arrollador descubrimiento.
El objetivo de esta investigación era examinar la relación entre un grupo de genes asociados a las lesiones musculares, el riesgo de que estas se produzcan y el origen las mismas. Un trabajo pionero y que no se había producido hasta el momento. Todo partiendo de una concepción primaria de lesión como aquella dolencia física que padece un futbolista durante un partido o un entrenamiento, independientemente de la atención médica recibida.
"Nosotros buscamos la etiología de las lesiones que es lo que más les preocupa a los cuerpos médicos y a los preparadores físicos. Es importante saber si se ha producido en un partido o en un entrenamiento y, sobre todo, la severidad de la misma. Nosotros nos hemos centrado en eso a raíz del estudio de un perfil genético".
Hasta ahora, el conocimiento dictado se reducía al estudio del gen ACTN3, presente en el cromosoma 11, como el único relacionado con las lesiones. Sin embargo, el equipo que lidera David Varillas ha ido mucho más lejos ya que ha analizado varios polimorfismos diferentes: el propio ACTN3, el AMPD1, el ACE, el CKM y la cadena MLCK. A partir de ahora, y gracias a este estudio, estos son los genes que mayor respaldo científico van a recibir para ser vinculados con la predisposición a las lesiones en futbolistas.
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Tal y como explica el profesor Varillas a EL ESPAÑOL, dentro de la amplitud de sus estudios han podido descubrir relaciones, por ejemplo, entre el perfil de un futbolista de élite y el de un atleta de resistencia: "El perfil estudiado en el caso de los futbolistas es el mismo que el que ya estudiamos en otros casos relacionados con atletas de resistencia y la sorpresa es que en ambas situaciones ocurre lo mismo en relación con las lesiones. Tienen las mismas características y son los mismos genes los que predisponen a los organismos a una lesión. Esto nos da pistas muy buenas para entender cómo se producen esos problemas. Por eso es un hallazgo tan importante".
"Este descubrimiento nos hace pensar con bastante certeza que el perfil genético de un futbolista no dista mucho del de un atleta de resistencia. El fútbol no solo es un deporte intermitente y de esfuerzos cortos, sino que también lo es de resistencia".
La investigación llevada a cabo por parte del equipo de David Varillas ha podido estudiar a 122 futbolistas masculinos de cinco clubes diferentes de La Liga y de Segunda División atendiendo a una serie de criterios. Debían ser jugadores con contrato con el primer equipo que participaran en entrenamientos y partidos durante toda la temporada y que realizaran un entrenamiento de ejercicio regular de más de una hora al día durante al menos cinco días por semana en los seis meses anteriores a la realización de dicha investigación.
Además, el estudio ha tenido otras particularidades como que los jugadores tuvieran descendencia caucásica española durante al menos tres generaciones y no se tendrían en cuenta aquellos que padecieran lesiones por contacto durante la temporada o lesiones incapacitantes en los 6 meses previos al inicio del estudio. Las muestras de ADN se recogieron entre los meses de marzo y mayo del año 2022. La elección de los jugadores se consideró como una muestra homogénea debido a que los clubes implicados en este trabajo tenían metodologías de entrenamiento similares y una carga competitiva comparable a lo largo de la temporada.
Los datos recogidos de analizar a estos futbolistas fueron un total de 121 lesiones con 71 jugadores accidentados y otros 51 que no llegaron a sufrir ningún contratiempo durante el periodo de tiempo anteriormente citado. Y de esas 121 lesiones sin contacto, un total de 54 (44,6%) fueron lesiones musculoesqueléticas.
Aunque aún es pronto para utilizar las pruebas genéticas entre futbolistas profesionales para predecir eficazmente el riesgo de lesiones, lo cierto es que el paradigma abierto por este nuevo estudio ofrece un importante hilo del que tirar para desembocar en lo que sin duda podría ser un hallazgo que cambiará el fútbol, y por ende el deporte, tal y como se conoce.
Un hallazgo revolucionario
La investigación realizada por el equipo de David Varillas ha determinado que la genética puede constituir un importante factor que contribuye a la predisposición de un jugador a sufrir lesiones musculares y que estos pueden ser identificados y colocados en un programa especial para reducir su susceptibilidad a dichas lesiones.
Además, el estudio también revela que la identificación de los marcadores genéticos que están asociados a la regulación del metabolismo energético en los músculos esqueléticos puede ayudar a los cuerpos médicos y a los diferentes preparadores físicos a desarrollar estrategias personalizadas para adaptar los protocolos de entrenamiento según el perfil genético de cada jugador.
Tal y como explica David Varillas a EL ESPAÑOL, uno de los pilares de su estudio se ha centrado en derribar la antigua concepción de que la composición de las fibras musculares era lo más importante. Algo muy parecido a lo que sucedía con el famoso gen del ACTN3, asociado en exclusiva a las lesiones en futbolistas hasta ahora.
"Este estudio también demuestra la importancia del carácter metabólico por encima de la composición de las fibras. El metabolismo es lo más importante para entender el tanto el rendimiento de los deportistas como el asunto de las lesiones". Sin embargo, el profesor e investigador de la Universidad Francisco de Vitoria recalca que esto solo es el principio y que en ningún caso se puede considerar ya como un resultado final.
"Esto es simplemente una herramienta, no es la panacea. Es un trayecto en el que queda mucho por recorrer. No hemos encontrado la solución perfecta, sino un camino que hasta ahora no se conocía para que los jugadores tengan menor riesgo o para que puedan optimizar los entrenamientos para evitar lesiones musculares".
Dentro el estudio de esos polimorfismos (ACTN3, AMPD1, ACE, CKM y la cadena MLCK), Varillas explica que le otorgan una puntuación de 0 a 100 a cada uno de ellos y que, en función del valor que cada jugador registra, tendrá un mayor o menor riesgo de padecer lesiones musculares.
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"En el estudio, nosotros presentamos un puntaje genético general mediante unos valores cuyos niveles indican el riesgo real que hay de padecer o no una lesión. Así pues, si un jugador tiene unos valores más altos puede tener menor riesgo de lesionarse que otro que tenga una puntuación más baja. Esto ayuda a predecir qué futbolistas pueden lesionarse más que otros".
"Por ejemplo, el AMPD1 es el gen implicado en un óptimo metabolismo energético. Cuando presenta una mutación que provoca un cambio en el ADN produce una proteína inactiva que hace que la célula no tenga ese metabolismo óptimo para funcionar en esfuerzos y que provoca fenómenos como un cansancio temprano, calambres o fatiga. Si se experimenta esa situación, se podría decir que esa célula que se encuentra en el músculo no funciona y por lo tanto puede llevar a su rotura. Así la lesión podría venir por ese proceso metabólico y no por la propia composición de las fibras musculares que era lo que se pensaba hasta ahora".
"En los casos de la MLCK y el CKM son dos genes que están implicados en el daño muscular. Las mutaciones en estos genes producen que aumente la creatinquinasa, la cual se crea al hacer ejercicio físico, y sirven como una especie de marcador de daño en el músculo y como un aviso a la predisposición de padecer una lesión. Estos datos los estamos empezando a conocer ahora y por eso hay que darle un gran valor".
El profesor de la Universidad Francisco de Vitoria David Varillas asegura que las grandes respuestas llegarán en el futuro, pero que hallazgos como los que ellos han hecho ahora sentarán los bases de algo revolucionario: "Estos descubrimientos nos van a llevar a futuros estudios que permitan implantar una metodología de análisis poligénico que será una herramienta para poder predecir el riesgo de lesiones y para poder trabajar en la prevención de las mismas".
El futuro como respuesta
Trabajos como este marcan un antes y un después en la siempre apasionante relación que se establece entre la genética y el deporte. Y es que tan importante es saber cómo crear al deportista perfecto que es garantía de éxito como saber conservar el físico de los atletas que ya existen para sacarles el mayor rédito posible.
Una de las premisas básicas que justifican estos estudios es que las lesiones son un mal generalizado. El futbolista no puede jugar y, por lo tanto, decrece su valor. El equipo pierde a uno de sus efectivos y, en ocasiones, tendrá que invertir recursos en buscar un recambio. Además, tendrá que asumir también los costes de dicha recuperación, desde pruebas médicas a tratamientos pasando por la consulta de profesionales externos. Al final, un hándicap que hace perder a todos tiempo y dinero.
Por ello, David Varillas explica a EL ESPAÑOL que uno de los siguientes pasos es que los equipos, en este caso de fútbol, apuesten decididamente por incorporar trabajos como el suyo a su día a día: "El tema del control total de la prevención de lesiones está en manos de los cuerpos médicos de los equipos. Lo primero tienen que creer que esto puede ayudarles a mejorar el rendimiento de sus plantillas. Sin embargo, implica una optimización y una personalización del trabajo jugador a jugador, por lo que se trata de una tarea laboriosa y costosa en tiempo y recursos".
"Nosotros intentamos que no les cueste entenderlo y que lo miren como una ganancia en efectividad que a lo largo de una temporada se traduce también en ahorro de costes. Si un jugador no para porque no se lesiona le viene bien a todos.
Además, Varillas explica que no solo se trata del asunto de las lesiones, sino que con la creación de programas de prevención y predicción de las mismas se puede llegar a mejorar también el propio rendimiento deportivo: "Conociendo la genética del jugador, puedes saber qué tiene qué hacer para saltar más o para tener más fuerza en un sprint. Por ejemplo, a través del gen ACTN3 presente en las fibras musculares, se ha podido demostrar que aquellos jugadores que presentan fibras rápidas pueden correr más rápido y saltar de una forma más alta. Conociendo esto se puede potenciar esa característica y mejorar su rendimiento, pero también prevenir a la vez lesiones".
Dentro de la muestra de este gran estudio, el equipo de la Universidad Francisco de Vitoria ha obtenido datos interesantes. Por ejemplo, los jugadores se lesionan por igual en partidos (61 - 50,4%) que en entrenamientos (60 - 49,6%).
"Los jugadores en los entrenamientos hacen esfuerzos máximos. Ellos se tienen que ganar el puesto de titular y luchan y pelean a veces más que en un partido. No tiene por qué lesionarse un jugador más en partidos que en entrenos. Hay que tener en cuenta que, generalmente, en las prácticas se hacen esfuerzos más explosivos aunque más cortos y ejercicios muy repetitivos, y eso puede provocar más lesiones. También a veces salen a entrenar después de haber hecho cargas de fuerza en el gimnasio y eso pasa factura".
Por último, otro de los datos interesantes que refleja el estudio hace hincapié en la gravedad de las lesiones analizadas. De las 121 lesiones sin contacto registradas, solo 26 (21,5%) fueron graves, es decir, aquellas que implicaron una recuperación mayor a 28 días. Por su parte, las 95 lesiones restantes requirieron de un proceso de recuperación menor.
Para finalizar, el prestigioso experto en genética deportiva David Varillas cuenta a EL ESPAÑOL que ha puesto en marcha otro proyecto como parte ese futuro que puede venir cargado de respuestas y de grandes descubrimientos. Se trata del lanzamiento de una nueva empresa, Sportnomics (Twitter:@Sport_nomics - Instagram: sport.nomics), la cual se trata de una compañía de genética y rendimiento deportivo.
"Vamos a hacer estudios genéticos de perfiles completos de deportistas en los cuales vamos a poder analizar casi 600.000 polimorfismos para conocer mucho más de lo que tenemos ahora. La intención es poder implantar un perfil genético entero que nos permita conocerlo todo de los jugadores profesionales y llevarlo hasta los equipos. Este sería el siguiente paso ya que no solo atañe a lesiones si no también a nutrigenómica, recuperación, metabolismo, riesgo de muerte súbita...".
El desarrollo de este tipo de proyectos puede ser revolucionario ya que sería implantar una vía de conocimiento a partir de una fuente genética que podría servir de ayuda en los diferentes niveles del deporte. Incluso en la captación de jóvenes talentos.
"Si nosotros empezamos a trabajar con equipos profesionales y empezamos a conocer la genética de un futbolista podremos ir a las canteras para hacer esos mismos perfiles a los chicos jóvenes para saber qué jugadores están preparados para subir al primer equipo o cuáles pueden adaptarse a una u otra posición en el campo".
"No obstante, esto es solo una herramienta ya que todavía no es algo exacto. Al final es información que ya se puede ir manejando porque el hecho de no tener lesiones revaloriza a un jugador al igual que el hecho de meter goles o de pararlos". Así es cómo avanza el fútbol de la mano de la genética.