Un año de Xavi en el Barça: 2 fracasos en Champions, 200 millones y un proyecto con muchas dudas
El técnico culé tiene actualmente líder a su equipo en La Liga, aunque la eliminación prematura de la Champions por segundo año seguido le ha hecho mucho daño.
9 noviembre, 2022 02:15A la 1:47 horas del sábado 6 de noviembre de 2021, en plena madrugada, el Fútbol Club Barcelona hizo oficial la llegada de Xavi Hernández al banquillo del Camp Nou. Se decía que en el Barça de Joan Laporta se cocinaban muchas cosas importantes a deshoras y esta fue una nueva muestra de que aquello era más que una leyenda. Era un secreto a voces en el que lo único que cogió por sorpresa fue la hora del anuncio oficial.
"Xavi es una parte importante de la historia del Al-Sadd y le deseamos éxito. Nos informó hace unos días de su deseo de ir a Barcelona en este momento en particular debido a la etapa crítica por la que atraviesa el club de su ciudad natal", comentó el club qatarí horas antes en un comunicado. El Al-Sadd permitió su marcha previo pago de su cláusula y de esta forma dejó al técnico acudir a la llamada de auxilio del equipo de toda su vida.
En un Barcelona sumido en una terrible crisis, en guerra contra Ronald Koeman, que era el técnico saliente, y falto de figuras como la de Leo Messi, el aficionado necesitaba recuperar la ilusión. Xavi llegó como un nuevo mesías dispuesto a recuperar los mejores momentos de la época de Pep Guardiola en cuanto a títulos y a juego, pero quizás ha sido ese discurso el que precisamente más factura le ha pasado desde que está al frente del Barça.
És hora de tornar a casa. Bentornat, Xavi! pic.twitter.com/L4P6V87tah
— FC Barcelona (@FCBarcelona_cat) November 6, 2021
Ahora cumple un año dirigiendo a un equipo al que ya ordenó como nadie desde el centro del campo cuando era él quien pisaba el césped. Sus inicios en el banquillo, sin embargo, no están siendo tan benévolos y doce meses después hay más 'debes' en su currículum que éxitos. Dos eliminaciones en la Champions League, otra más en la Europa League y un juego que no termina de convencer ni siquiera después del gigantesco desembolso realizado en los últimos tiempos por el club, son factores que juegan en su contra y que ponen en duda su proyecto.
Adiós a Ronald Koeman
Un mito del barcelonismo como Ronald Koeman salió por la puerta de atrás y casi repudiado después de su etapa como entrenador. Le tocó vivir una época muy convulsa al holandés, una grave crisis institucional y económica que terminó afectando de lleno al plano deportivo. Él pagó las consecuencias y su figura se vio muy debilitada, sin apoyos de la directiva ni de la plantilla.
A los culés les urgía un giro de timón en muchos aspectos y el banquillo parecía uno de ellos. Por eso, una derrota ante el Rayo Vallecano sirvió como pretexto perfecto para la destitución de Koeman y para activar el plan de Xavi, que por otra parte nunca había sido la primera opción de Joan Laporta. Tras unos intensos días de negociaciones, todo se resolvió de forma feliz para las partes.
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El excapitán del Barcelona desataba emociones encontradas. Por una parte, ilusionaba a la afición como referente histórico del club, como un entrenador que apostaba por ese juego de toque que hacía tiempo que no se veía y por ser un hombre de la casa que sentía los colores. Sin embargo, en el otro lado de la balanza estaba su inexperiencia como técnico más allá de haber dirigido a un equipo tan diferente como el Al-Sadd.
El primer bofetón
El primer golpe duro de realidad para Xavi Hernández llegó al poco tiempo de aterrizar en el banquillo. Aquella eliminación de la Champions League en la fase de grupos fue un bofetón para él y para el Barça a todos los niveles, desde el puramente deportivo hasta el económico. La situación se había complicado antes de que él entrara, es cierto, pero con su llegada tampoco la supo reconvertir.
Aquel invierno, pese a la maltrecha situación financiera del club, Joan Laporta le concedió uno de sus caprichos y le fichó a Ferran Torres procedente del Manchester City por 55 millones de euros. Aquel desembolso no se tradujo en éxitos y por momentos el delantero llegó a ser duramente criticado por su falta de gol. El "esto es lo que hay", apuntando a la plantilla y la ausencia de cracks, se instauró como discurso válido en unos meses casi de transición.
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Sin embargo, la exigencia de clubes como el Fútbol Club Barcelona apenas conceden entretiempos y tras la caída de la Champions League, ganar la Europa League se convirtió prácticamente en una obligación. Los culés doblegaron al Nápoles con mucho sudor y al Galatasaray sufriendo, pero sorprendentemente no pudieron con el Eintracht de Frankfurt. Otro golpe más, este además cosecha propia de Xavi, que ya acumulaba varios meses en el cargo.
Entre medias, dos caídas más. Primero en la Supercopa de España, perdiendo la final con el Real Madrid, y después siendo eliminados por el Athletic Club en la Copa del Rey. En La Liga, al menos un buen tramo final de temporada le permitió al Barcelona alcanzar y consolidarse en la segunda posición. Un alivio en un curso en el que los culés se llegaron a ver durante varias semanas fuera incluso de los puestos europeos.
Con palancas, tampoco
Demasiados batacazos juntos se acumularon en un corto periodo de tiempo y el 'efecto Xavi' para algunos comenzaba a perder crédito. Sin embargo, la temporada pasada se podía tomar como un periodo de aclimatación para resucitar a un Barça ganador en el presente curso.
Durante el verano, Joan Laporta y su junta directiva se dedicaron a vender activos del club a través de las famosas palancas, una forma de obtener dinero para poder reforzar la plantilla. Raphinha, Kessié, Christensen, Koundé, Bellerín, Marcos Alonso y Robert Lewandowski. Incluso la renovación de Dembélé. Refuerzos de lujo, algunos pagados a precio de oro, para confeccionar un plantel llamado a pelear por La Liga y, por qué no, también por la Champions League. 200 millones de euros gastados entre el pasado invierno y este verano.
Pero la realidad volvió recientemente a azotar a Xavi Hernández. El "esto es lo que hay" ya no vale, porque lo que hay es mucho y bueno, pero se le sigue sin sacar todo el rendimiento. El juego deja todavía mucho que desear y está lejos de la época del Barça de Guardiola, una auténtica apisonadora.
El batacazo de la Champions League es de los de época por varios motivos. Uno, económico, porque después de haber hecho un esfuerzo tan importante y haber presupuestado al menos los cuartos de final, esto va a dejar un agujero considerable. Otro, deportivo, porque un fracaso así por segundo año consecutivo y ahora con una plantilla importante, es un estrépito mayúsculo.
Líder en La Liga
Lo único bueno que puede llevarse por el momento a la boca Xavi Hernández es que tiene al equipo líder en el campeonato doméstico. Hacía tiempo que el Barça no se posicionaba tan bien en la competición regular, y los culés se han convertido en un equipo muy fiable en España.
Tan solo han perdido un partido y han concedido un empate. Pero lo mejor de todo es su defensa. Cuatro goles encajados en 13 partidos hablan muy bien de que el equipo sabe cómo blindarse, un escudo que de forma misteriosa desaparecía en las competiciones europeas. El juego, eso sí, ha dejado mucho que desear en partidos que se han sacado adelante como recientemente ante el Valencia.
No obstante, también existe una corriente de opinión que dice que el Barça todavía no ha ganado a ninguno de los equipos grandes a los que se ha enfrentado. Perdió en El Clásico ante el Real Madrid, cayó en los dos envites ante el Bayern de Múnich y tampoco pudo contra el Inter.
Pese al batacazo de la Champions League y el mal juego en varios partidos, en el Camp Nou no se han perdido los nervios aunque también han surgido voces argumentando que, después de eso, cualquier otro entrenador ya hubiera sido destituido. Por el momento, Xavi se mantiene con más palos que triunfos un año después de su llegada.