Irene Lozano anunció en septiembre de 2020 su intención de convertir la primera división femenina de fútbol en una competición profesional. Un nuevo estatus que crearía, por primera vez en la historia de nuestro país, una liga profesional para las mujeres. Desde entonces comenzaron negociaciones, transformaciones, críticas y pactos. Un largo camino que se ha consumado este marzo de 2022.
La aprobación de los estatutos de la nueva competición son el primer gran paso de cara a la próxima temporada. Ahora con José Manuel Franco al frente el Consejo Superior de Deportes, el camino sigue siendo el mismo. Sin embargo, fue Irene Lozano, su antencesora, quien dio los primeros pasos para este hito.
La nueva directora de la Casa Árabe y expresidenta del CSD analiza en EL ESPAÑOL la aprobación de estos estatutos, los próximos pasos a dar y el trabajo realizado durante los últimos meses. Para Lozano, la nueva presidenta de la liga femenina debe ser una mujer. Y, además, este cambio supondrá la transformación de otras ligas femeninas en profesionales en un futuro cercano.
¿Cómo ha vivido la aprobación?
Con muchísima alegría. Primero por las mujeres futbolistas. Yo traté mucho con ellas. Una de las cosas que creo que agradecieron fue que, más allá de clubes y Federación, estableciéramos un diálogo directo con ellas para saber qué es lo que querían y cómo lo veían. Tengo algunas de sus caras grabadas. Algunas me decían: '¿Pero de verdad lo vais a hacer'? Y yo les decía que sí. Como si muchas veces se lo hubiera prometido. Me alegro también porque las mujeres sabemos que cuando avanza una avanzamos todas. Es un hito que para ellas porque es su profesión y su vida, pero para el resto de las mujeres es una conquista más.
¿Recibió también felicitaciones de jugadoras o algún miembro?
Sí, distintas personas me escribieron. No solo ahora, también la vez anterior cuando hubo la Comisión Directiva de junio del año pasado. Esto, hay que recordar, empieza en septiembre de 2020 cuando anunciamos en el Instituto de la Mujer que se iba a profesionalizar. Y luego tiene algunos hitos como en marzo del 2021, antes de dejar yo el CSD, hicimos aquel evento con todos los clubes.
Los clubes siempre han sido muy proclives y generosos en ese sentido. En ese acto con la vicepresidenta -Carmen Calvo- quedó todo bastante encarrilado. Pero luego ha seguido habiendo hitos. En cada uno de esos momentos en los que ya no estaba sí que ha habido personas que se acuerdan de mí y yo lo agradezco.
Es un hito que para ellas porque es su profesión y su vida, pero para el resto de las mujeres es una conquista más
Porque ha seguido de cerca las negociaciones o se ha apartado por completo al estar en otro cargo.
Siempre está la tentación del que ha sido algo de interferir porque se lo sabe, porque lo quiere... Y esa tentación yo he intentado sobreponerme a ella. Yo he estado completamente al margen porque me parece que es lo mejor para todo el mundo y lo más práctico. Eso lo está gestionando el nuevo Secretario de Estado, que ya lleva un año.
El proceso comenzó hace casi dos años, en ese verano de 2020. Tuvieron varias reuniones con la Asociación de Clubes. Empezaron a dejar entrever su intención de hacer la liga profesional, pero nunca se ponía fecha. ¿Había temor a marcar un plazo fijo?
A todos los actores que era necesario implicar se lo fuimos diciendo. Que la igualdad es una política irrenunciable del Gobierno. Y luego fue cuando lo anuncié.
Pero nunca se ponía una fecha fija. ¿Era por si había alguna complicación o por cautela?
En febrero vino la pandemia. Estuvimos ahí metidos hasta verano y en septiembre ya le pusimos fecha en público. Fue un compromiso claro.
Pero no había fechas claras sobre los estatutos o una fecha límite para tenerlo todo. Se hablaba de la 2022/2023 pero sin fecha fija.
Yo dije que haría todos los esfuerzos para que fuera la 2021/2022. Luego ya me fui. Pero, de todas maneras, siempre le pones una fecha sabiendo que las cosas de este tipo son muy complejas. El proceso administrativo que lleva detrás, el trabajo político y negociador que lleva detrás, el actual CSD lo ha hecho de maravilla, pero todo se puede complicar en algún momento. Pero ahora lo importante es que la fecha está clara y que en 2022/2023 va a empezar.
Siempre se dijo que era un objetivo del Gobierno, que era un convencimiento puro. ¿Se les echó también en cara que fuera una campaña política?
La gente que está en contra de la igualdad siempre va a encontrar motivos para oponerse. Y cuando no puede porque el clamor social es unánime, como es el caso del fútbol donde yo nunca me encontré a nadie que dijera que estaba en contra de que las chicas fueran profesionales, siempre se dice lo que las mujeres hemos oído millones de veces: ¡Es una campaña política! Todo eso es la espuma de los días, eso se apagará y quedará una liga profesional femenina que es un paso enorme para las mujeres deportistas
La gente que está en contra de la igualdad siempre va a encontrar motivos para oponerse
Es importante que no se encontrara a nadie en contra.
Hay gente a la que no es lo que más le apetece, gente que no va a tirar del carro, que no va a tener la iniciativa. Pero cuando tú llevas la iniciativa, te encuentras con un montón de gente que también quiere tirar. Desde las futbolistas a los clubes. Y gente que también se sube al carro.
En realidad, la cuestión es cómo en 2022 las mujeres futbolistas españolas, que además son buenísimas y siendo el fútbol lo que es en España, no tuvieran una liga profesional. La cuestión es que cómo puede ser que no se hubiera hecho hasta ahora.
Ahora ha estado la polémica de la Federación de Remo por los comentarios machistas del candidato de la moción. ¿En el sector del deporte hay miedo a esa igualdad por machismo o por privilegios?
Es lo mismo. El machismo lo que reivindica son los privilegios de la mitad de la población. Los privilegios que históricamente ha tenido el hombre blanco, europeo, heterosexual. Es el heteropatriarcado.
Cuando nosotras reclamamos la igualdad de derechos y oportunidades, lo que el hombre reivindica es que los derechos que solo tienen ellos, que son privilegios. Los derechos son derechos si los tenemos todos, si los tienen solo unos pocos privilegios. Yo sí me he encontrado en el sector del deporte posiciones machistas. Pero también me he encontrado a mujeres deportistas supercombativas y concienciadas que luchan todos los días contra ello.
¿Qué aspecto fue lo más complicado de sacar adelante con la liga profesional?
También quiero subrayar es que mi colega Franco lo ha continuado y ha hecho mucho trabajo después. El impulso fue en mi etapa, pero sin su trabajo no se hubiera llegado. Lo más difícil creo que fue poner de acuerdo a intereses diferentes. La Asociación de Clubes tiene unos intereses, los que llevan la gestión audiovisual tienen otros intereses, las futbolistas otros...
El trabajo mío inicial y político fue hacerles ver que si trabajamos todos juntos en una liga profesional, lo que veían como un perjuicio a sus intereses, podían ser beneficios para todos. Yo creo que hay suficiente mercado audiovisual para una liga profesional femenina.
Obviamente no va a ser como la masculina a día de hoy, quién sabe en un futuro. Pero hay suficiente mercado para que todos se vean beneficiados empezando por ellas, las jugadoras. Por encima de todo estábamos perdiendo una oportunidad de negocio como país. La gente en general no le gusta en cambio. Esta es mi parcela, este es mi beneficio y en este cambio no sé si se va a conservar. Pero yo creo que sí. Ese fue el trabajo que tuve que hacer.
Además, el anuncio se hizo en un momento en el que las altas instancias del deporte vivían un poco momentos de tensión entre ellas.
Yo trabajé, no solamente en esto de la liga, sino en general por un mejor entendimiento. La prueba es el Pacto de Viana. Para mí es algo evidente, que con todo el potencial que tiene el fútbol en España, pues tendríamos aún más si las instituciones trabajáramos con mayor armonía. Y otro factor es que en términos económicos el fútbol es el que tira, es la locomotora del deporte.
Igual que con la liga femenina, es la primera piedra pero después vendrá la de baloncesto y quién sabe las que vendrán después. Siempre, en cualquier sector, el trabajar unidos es mejor. Siempre vas a tener rivalidades con otras instituciones, pero trabajar en lo común acaba beneficiando a todo el mundo a largo plazo.
Igual que con la liga femenina, es la primera piedra pero después vendrá la de baloncesto y quién sabe las que vendrán después
Me sorprende lo que contaba que las jugadoras preguntaban sorprendidas si se iba a hacer. Es reflejo de la situación que habían vivido.
Lo que me transmitían al principio, luego creo que cogieron confianza, es que no se lo creían. Como si se lo hubieran dicho muchas veces. Y yo les decía que me había comprometido en público. Si yo doy mi palabra de algo en público, no la doy alegremente, la doy porque sé que lo podemos hacer. Y, además, una vez que me he comprometido en público estoy obligada.
Los políticos lo que tenemos es nuestra palabra. Ellas tenían esa incredulidad. Ahora falta rematar lo que queda hasta que empiece la temporada, el convenio, elegir a una presidenta. Yo creo que tiene que ser una presidenta mujer, claramente. Igual que avanzan las mujeres futbolistas, que avancen las mujeres directivas del deporte que tampoco hay muchas. Su situación también es de una enorme invisibilidad. Es importante que sea una mujer. Yo, el día que se toque el silbato de la liga profesional, lo estaré viendo y lo celebraré.
Usted va a quedar en la historia por haber impulsado esta reforma. Pero a su llegada al CSD recibió muchas críticas porque se le achacaba desconocimiento del sector. La idea de la profesionalización nace de usted, del Gobierno... Más allá de la presión social y del sector.
Yo defiendo que los políticos, yo ahora no lo soy pero cuando estaba en el CSD, tenemos un papel muy importante que hay gente que confunde y que quiere mezclar con esto de los expertos. Y creo que son papeles distintos.
El papel de un político cuando llega a un puesto como la presidencia del CSD, es ver el panorama completo del deporte en el tiempo más breve posible y analizarlo desde el punto de vista de la política. No es necesariamente lo mejor para los intereses del sector, o lo que tengo que hacer bien para llevarme bien con el sector, o si perteneces al sector lo que tengo que hacer para luego ser aceptado cuando me vaya. Venir de fuera tiene inconvenientes, pero venir de dentro también. Conocer mucho a la gente te impide hacer también ciertas cosas.
Cuando yo vi todo el panorama, el big picture del deporte, dije: 'Tenemos dos ligas profesionales, fútbol y baloncesto, y son masculinas. No tenemos ninguna femenina. Cómo es posible en 2020'. Lo puse en marcha y tenía la certeza de que se alineaba con las políticas del Gobierno en términos de igualdad. Enseguida encontré el respaldo necesario para ello.
Se vio esa imagen con la vicepresidenta Carmen Calvo. No sé si el Presidente le dijo algo.
Yo de esas conversaciones no cuento nada, no lo hago ni para bien ni para mal. Ni para presumir ni para desvelar cosas.
Yo creo que tiene que ser una presidenta mujer, claramente. Igual que avanzan las mujeres futbolistas, que avancen las mujeres directivas
Sobre todo si lo recibió bien para situarla como un eje clave en su política.
Sí, por supuesto. Y luego encajaba a la perfección con los Fondos Europeos. Las tres líneas claves son la digitalización, la transición ecológica y la pata que llamamos el motor social, y gran parte es la igualdad. No generaba ninguna duda, era una obviedad y más para un Gobierno feminista como es este.
Siempre está la batalla política de apuntarse los tantos. No sé cómo se lo tomó la otra parte del Gobierno de coalición.
Yo quise desde el primer momento que fuera de todo el Gobierno. Y por eso lo anuncié en un acto del Instituto de la Mujer, que pertenece al Ministerio de Igualdad, y con la que era entonces la Secretaria de Estado de Igualdad (Noelia Vera). Lo anuncié allí, yo se lo propuse y le pareció estupendo. Siempre pienso que cuanta más gente del Gobierno comparta el proyecto, más fuerte es. Yo tuve claro que tenía que ir de la mano con el Ministerio de Igualdad y a la Secretaria de Estado se lo explicamos. Estuvo en el CSD y le contamos todos los detalles.
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