Fue por septiembre de 2020 cuando el Consejo Superior de Deportes anunció una medida histórica. El deporte femenino, y en concreto el fútbol, iban a tener por primera vez en la historia de España una liga profesional. Se iba a poner a las mujeres al mismo nivel que los jugadores de LaLiga y Liga Endesa, únicas competiciones con dicha calificación. Sin embargo, ha tenido que pasar mucho tiempo hasta que esa promesa del Gobierno se ha hecho realidad. Casi dos años después, el rumbo parece claro.
España ha superado seis oleadas de la Covid-19. El Ministerio de Cultura y Deportes ha tenido dos nombres diferentes al frente. Y el mismo CSD ha contado con dos presidentes distintos. La semilla que plantó Irene Lozano en 2020 ha acabado germinando en 2022. Y, cosa del trabajo o de la casualidad, cumpliendo los objetivos que siempre se fijaron: sacar una nueva competición con una imagen de unidad y de apuesta gubernamental para que los primeros pasos fueran lo más sencillos posibles.
La Comisión Directiva del Consejo Superior de Deportes aprobó este lunes los estatutos de la nueva liga por unanimidad. Unos estatutos que, por otra parte, estuvieron en el aire durante meses y que provocaron que se hablara en el sector de la temida huelga de jugadoras. Denuncias de los sindicatos y críticas de la patronal que reflejaban la tensión del ambiente.
El peor de los escenarios no se cumplió y el Gobierno, una vez más, acabó venciendo. Quisieron dejar en manos de los clubes el acuerdo. Muchas veces se solicitó que Iceta y Franco intercedieran con mano dura para desatascar las negociaciones. Y, pese a que parecía imposible, en ocasiones acabando con la esperanza de muchos, los equipos alcanzaron la unanimidad para sacar adelante las normas de su nueva competición. Un apoyo absoluto que se ha vuelto a repetir durante esta última jornada en la Comisión Directiva.
Por delante quedan muchos pasos por dar. Entre ellos, el de organizar una nueva asociación con una presidencia y directiva que dirijan la liga femenina profesional. Aún hay que solventar ese reparto de poder y ver los diferentes acuerdos comerciales que se alcanzan para hacer de la competición un verdadero foco de interés deportivo y económico.
Igualmente, se tendrá que renegociar el Convenio Colectivo con FUTPro como nuevo sindicato mayoritario en el fútbol femenino. Pero, hasta que se produzca el debut la próxima temporada y se desarrollen las siguientes fases, todos los protagonistas del proceso parecen ir todos a una.
La aprobación de los estatutos contó con todo tipo de representantes. Además del Consejo Superior de Deportes, al acto acudieron miembros de los diferentes sindicatos, dirigentes de los clubes y hasta la RFEF. Una unión pocas veces vista en el fútbol español y que, tras la tensión de los últimos tiempos, es todo un tanto a favor de la nueva liga femenina y de la estrategia de un Gobierno que tanto pública como en privado trasladó su intención de que los clubes y actores principales del fútbol femenino resolvieran entre ellos sus diferencias.
Además, desde el CSD se incidió en el apoyo de Luis Rubiales, presidente de una Federación que ahora perderá el control de la liga femenina. A pesar de quedarse sin esa organización, el respaldo federativo ha sido una de las claves del proceso. Incluso Miquel Iceta, ministro de Deportes, ha destacado esa "contribución a un avance que beneficia a todo el deporte español".
El respaldo de los fondos europeos
Pero no solo de actitudes y palabras vive el deporte. También de fondos y de inversión. Y es ahí donde entra el compromiso del Gobierno mediante la aportación de los fondos europeos. La liga femenina profesional se incluyó dentro de las medidas del Plan de Recuperación y Resiliencia que se llevó a Europa y que ya ha tenido sus primeras aportaciones económicas.
Hace unas semanas, sin ir más lejos, se produjo la primera inyección de 16 millones de euros del CSD a los clubes femeninos para abordar las diferentes mejoras estructurales necesarias para esta nueva etapa. "Se trata de una inversión enmarcada en el Plan Social del Sector Deporte, que irá destinada a la construcción, adaptación y mantenimiento de las infraestructuras necesarias para el desarrollo de la competición de máxima categoría femenina de fútbol", explicaron desde el Consejo.
Las diferentes inversiones que se produzcan están guiadas por el punto 26 del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. Este habla concretamente de la "dinamización del deporte femenino" y del objetivo de "impulsar una competición profesional femenina sostenible (tanto económica como deportivamente) e innovadora". La inversión deportiva total será de 300 millones. Por el momento, 16 de ellos ya han sido anunciados en el BOE.