Neymar Júnior llegó a París para ser el mejor jugador del mundo. Pero el primer objetivo del fichaje más caro de la historia del fútbol, que le costó al PSG 222 millones de euros, no se ha cumplido. Los años parisinos han sido de niebla, lesiones y dudas. Se ha perdido la mitad de los partidos. Un purgatorio de oro para un genio inconstante y caprichoso, un atleta frágil. Ahora vuelve a verse las caras ante un Real Madrid contra el que apurará la recuperación de su último problema físico.
El astro brasileño ha completado el entrenamiento matutino en Camp des Loges con total normalidad y la evolución de su lesión en el tobillo progresa adecuadamente. Parece que partirá desde el banquillo para no arriesgar, pero el brasileño quiere hacer frente a esa maldición que le ha acompañado siempre en los octavos de final. Junto a Leo Messi y Kylian Mbappé, quiere ser parte del trío que dé un golpe encima de la mesa eliminando al Real Madrid.
El jugador brasileño estuvo en la órbita del equipo blanco en varias ocasiones. Además de pasar por Valdebebas cuando los principales equipos europeos participaron en la subasta que hizo el entorno del jugador cuando tan solo tenía 18 años y que acabó con él en el Barça, en 2019 hubo una opción real. Neymar Júnior se puso en pie de guerra y quiso salir del PSG. Finalmente, permaneció en Francia.
El año siguiente pudo quitarse la espina de no haber ganado nada importante con los parisinos. Durante la temporada de la Covid-19, el PSG llegó a su primera final de la Liga de Campeones. En Lisboa se enfrentó al Bayern Múnich y terminó cayendo con un gol de un ex del equipo parisino. El hombre que tenía que guiar a la gestión estatal de Catar a su primera Champions volvía a fallar. Este martes quiere poner la primera piedra para que en esta ocasión el castillo no se caiga.
A 4,4 millones el gol
Al PSG, cada partido de Neymar le ha costado 3,07 millones de euros; cada gol, 4,44 millones. El brasileño ha jugado 130 encuentros con el equipo francés y ha marcado 90 tantos en cinco temporadas. En el Santos, en cuatro años, jugó más partidos y vio portería 20 veces menos a pesar de su juventud. Cuatro campañas pasó en Barcelona, donde anotó más, 105 goles, y disputó muchos más partidos: 187. Los números ponen en evidencia la mala gestión que se hizo con su fichaje.
Desde fuera podría parecer un negocio ruinoso, pero algunos no lo ven así. Neymar ya ha cumplido en términos de merchandising, de promoción en las redes sociales y, en definitiva, de exposición de la marca del equipo parisino en todo el mundo. Además, ha servido a Catar para limpiar su imagen ante determinadas polémicas que se crearon en torno a la nación. El club dio un salto para que los mejores quisieran vestir la camiseta azul oscuro.
La trayectoria de Neymar en París ha tenido momentos excelsos y otros muy decepcionantes. En enero del 2018 marcó cuatro goles contra el Dijon en un partido memorable. Sus fases de gloria se veían luego interrumpidas por las lesiones o por los sinsabores con la selección brasileña. El 27 de abril del 2019 fue otro día aciago. Neymar agredió a un aficionado tras perder el PSG contra el Rennes en la Copa de Francia. Quizá fue el momento en el que tocó fondo ya que ese verano, además, quiso salir del club y la afición no se lo perdonó.
Entre silbidos e insultos, Neymar renovaba y confirmaba su vinculación hasta 2025. La gran duda es si, superados los 30 años y después de tantos problemas físicos, volverá a rendir al máximo nivel con continuidad o iniciará un declive. Esta temporada podría ser la de la redención definitiva y subirle la moral. Aún podría ganar la Champions y el Mundial de Catar 2022. La eliminatoria ante el Real Madrid estaba marcada en rojo y ahora llega su momento.
Vida frustrada
Todo esto llega después de que meditara dejar el fútbol. Neymar ha tenido durante toda su vida la pesada carga de haber sido considerado una gran estrella incluso cuando todavía era un niño. Estaba llamado a ser uno de los más grandes y no encuentra un trono en el que aposentarse. Pero si el mundo del fútbol le tenía como el próximo gran ídolo capaz de dominar y asumir el liderazgo que dejarían en algún momento, Cristiano y Messi, en Brasil todos tenían en él depositadas sus esperanzas para atacar otro reto gigantesco.
Si llegaba a ser el mejor del mundo y a consolidarse, tenía todas las papeletas para convertirse en el gran relevo histórico de Pelé. A sus 29 años, y con 111 partidos jugados, Neymar suma ya la friolera de 68 tantos con la camiseta de Brasil, por lo que está a tan solo 9 tantos de coger a la grande leyenda. A pesar de que la media es dos décimas menor que la del genio del Santos, va camino de convertirse en el máximo goleador histórico de la mejor selección del mundo, un título apto solo para las leyendas.
Uno de sus grandes problemas para triunfar de verdad, por encima de los defensas que le han cosido a patadas durante toda su carrera, es que muchas veces el personaje termina devorando al genio del balón. Especialmente, sus fiestas y por sus escapadas a Brasil en mitad de la temporada para celebrar su cumpleaños o el de algún familiar cercano le marcaban. Cualquier excusa era buena para hacer un parón, montar una buena juerga y dar que hablar a las revistas y los programas de televisión.
En esta eliminatoria pondrá en cuestión todas esas dudas que se crearon en torno a su figura. Neymar todavía podría completar algunos retos antes de su retirada. El primero de ellos, quizás el más asequible, será ganar la Champions con el PSG, empresa para la que fichó por la potencia parisina. El Real Madrid será el primer gran escollo en esta edición en lo que se remarca como un duelo de gran altura entre las dos potencias del fútbol mundial.
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