Neymar se ha convertido en uno de los grandes protagonistas en las últimas horas en el planeta fútbol. El jugador brasileño, gran estrella de su selección y del PSG, uno de los clubes más poderosos del mundo tanto a nivel financiero como deportivo, medita dejar el deporte próximamente. Se trata de un anuncio realmente impactante ya que el futbolista tiene tan solo 29 años, por lo que debería quedarse una amplia parte de su carrera por realizar.
Sin embargo, el peso de ser una estrella y de tener a millones de personas pendientes de todo lo que hace en cada rincón del mundo ha provocado que Neymar pase unos momentos de debilidad mental que, de no ser pasajeros, podrían desembocar en una retirada prematura de una de las mayores estrellas del planeta.
Jugadores como Neymar escasean en el mundo. Seguramente, no haya en el planeta, más allá de gustos, cinco o diez futbolistas que superen al atacante del PSG en técnica, calidad, habilidad, imaginación y capacidad de elaborar y crear en ataque. A pesar de que todavía es joven y de que debería quedarle cuerda para rato, al menos física, Neymar cree que está tocando fondo y que su final podría estar cerca, concretamente tras la Copa del Mundo que se celebrará en Catar 2022.
El trono perdido
Neymar ha tenido durante toda su vida la pesada carga de haber sido considerado una gran estrella incluso cuando todavía era un niño. Sus vídeos haciendo malabares y virguerías con el balón eran famosos incluso antes de que llegara a la élite. Estaba llamado a ser uno de los más grandes y de los más desequilibrantes por su talento innato, su velocidad y su capacidad para hacer con suma facilidad lo que otros ni imaginan.
Se formó en las categorías inferiores del Santos y a la edad de 17 años hizo su debut profesional con uno de los equipos más importantes del continente. Tras varias temporadas deslumbrando al mundo desde Brasil, con poco más de 100 partidos como profesional recibió la llamada de los grandes de Europa.
FC Barcelona y Real Madrid se enzarzaron en una lucha cuerpo a cuerpo por su fichaje. Y cuando el conjunto blanco lo tenía hecho, emergió la figura de Sandro Rossell para decantar la balanza del lado azulgrana. Aquella maniobra y aquella gestión le salieron muy caras al presidente culé, pero consiguió cumplir su objetivo que era ver a Neymar vestido de corto en el Camp Nou.
Neymar estaba llamado a ser el jugador del futuro, a dominar el fútbol durante la próxima década y con ese propósito llegó al Barça. Allí pasó cuatro temporadas en las que estuvo a la sombra de Leo Messi y Luis Suárez y donde solo pudo ganar una Champions. Después se marchó al PSG protagonizando el fichaje más caro de la historia para el rey de una cárcel de oro de la que intentó salir varias veces, algo de lo que no fue capaz. Y allí permanece en un proyecto que sueña con grandes éxitos y en el que se ha vuelto a reunir con Messi y también con Mbappé.
El brasileño siempre ha sido el elegido para ser el reemplazo de los grandes. A la sombra de Cristiano Ronaldo y del propio Messi en su juventud, siempre se creyó y se confió en él para ser el mejor cuando los dos astros bajaran el ritmo. Sin embargo, nunca ha sido capaz de encontrar la regularidad dentro de sus chispazos de talento y han sido otros como Modric, Lewandowski o Luis Suárez quienes han sido capaces de quitarle a los dos 'bichos' trofeos como el Balón de Oro, el The Best o la Bota de Oro. Pero nunca Neymar, el eterno aspirante al cetro del fútbol mundial.
El discípulo de Pelé
Si el mundo del fútbol le tenía como el próximo gran ídolo capaz de dominar y asumir el liderazgo que dejarían en algún momento, Cristiano y Messi, en Brasil todos tenían en él depositadas sus esperanzas para atacar otro reto gigantesco. Si llegaba a ser el mejor del mundo y a consolidarse, tenía todas las papeletas para convertirse en el gran relevo histórico de Pelé.
Por el camino habían pasado jugadores como Ronaldo, Rivaldo, Ronaldinho o Romario, pero lo cierto es que ninguno podía aportar los impresionantes números que ha aportado Neymar durante toda su carrera nacional como jugador de Brasil. Estaba claramente llamado a romper la historia y a ser el sucesor del para muchos mejor jugador de todos los tiempos.
A sus 29 años, y con 111 partidos jugados, Neymar suma ya la friolera de 68 tantos con la camiseta de Brasil, por lo que está a tan solo 9 tantos de coger a la grande leyenda. A pesar de que la media es dos décimas menor que la del genio del Santos, Neymar va camino de convertirse en el máximo goleador histórico de la mejor selección del mundo, un título apto solo para las leyendas. De hecho, la media del jugador del PSG es igual en estos momentos a la de otro astro incomparable como Ronaldo Nazario y superior a la de otras estrellas como Rivaldo, Bebeto o Tostao.
Neymar también va a la caza de otro ránking muy importante como el de mayor número de partidos jugados. El futbolista nacido en Mogi das Cruzes, São Paulo, se ha puesto la camiseta de Brasil en 111 ocasiones, por lo que es el cuarto jugador que más veces la ha vestido. Por delante solo tiene a su amigo Dani Alves y a otros dos defensas históricos como Roberto Carlos y Cafú, ambos a una distancia bastante asequible.
Sin embargo, por muchos partidos que haya jugado y por muchos goles que haya metido, a Neymar siempre se la han demandado títulos en Brasil para ser considerado grande entre los grandes. Algo muy similar a lo que le sucede a Messi con Maradona en Argentina. Y eso que Neymar sí había tenido éxitos con la Canarinha.
Desde que en el año 2011 llevó a la victoria al equipo nacional en el Sudamericano Sub20, Neymar ha levantado trofeos muy importantes con Brasil. Un año después se colgó la plata en los Juegos Olímpicos de Londres de 2012, quedándose a un paso de la victoria. Un año más tarde, en 2013, sumaba su primer gran triunfo con una Copa Confederaciones ganada ante la España de Del Bosque que venía de dominar el mundo desde 2008. Y en el año 2016, en Río de Janeiro, pudo morder esa ansiada medalla olímpica de oro dando su mayor éxito al país.
Sin embargo, a Neymar se le han resistido otros grandes triunfos, en particular la Copa América y la Copa del Mundo. El futbolista del PSG tuvo en su mano la primera este mismo verano, pero terminó cayendo ante la Argentina de Leo Messi, por lo que su mejor resultado ha sido el de subcampeón. Mientras que en el Mundial, su mejor resultado fue un cuarto puesto en el 2014, año en el que terminó con una grave lesión en la espalda tras una durísima entrada. Así pues, el trono de Pelé y de otros grandes que sí levantaron la Copa del Mundo con Brasil también se le ha resistido.
Devorado por el personaje
Neymar es un gran futbolista, de los mejores del mundo en la última década, pero como se suele decir es mucho más que eso. Es un pack indivisible entre su talento en el campo y sus espectáculos fuera de él. Uno de sus grandes problemas para triunfar de verdad, por encima de los defensas que le han cosido a patadas durante toda su carrera, es que muchas veces el personaje termina devorando al genio del balón.
Desde muy pronto, Neymar ha sido protagonista en el terreno de juego, pero también fuera de él. Especialmente por sus fiestas y por sus escapadas a Brasil en mitad de la temporada para celebrar su cumpleaños o el de algún familiar cercano. Cualquier excusa era buena para hacer un parón, montar una buena juerga y dar que hablar a las revistas y los programas de televisión. Una pequeña lesión o una sanción deportiva siempre venían bien para tapar este tipo de irregularidades.
Una de las más polémicas y recordadas iba a tener lugar en plena pandemia, en el pasado fin de año, cuando pretendía organizar un evento de cinco días con 500 personas en su mansión brasileña. Finalmente, las críticas recibidas por su actitud y su falta de consideración le obligaron a rebajar drásticamente las expectativas.
Sin embargo, no solo las fiestas han sido protagonistas de la vida de Neymar. El '10' es un personaje reclamado en todo el mundo por los aficionados, pero también por las marcas, ya que se trata de un icono de masas, un líder publicitario y un producto mediático a la altura de los más grandes de la historia del deporte. Fue imagen de franquicia de Nike durante gran parte de su carrera y después lideró el asalto de Puma a los grandes personajes del fútbol.
Criticado por sus actitudes, su estado físico en ocasiones, su vestimenta, sus polémicas racistas y hasta por terminar, a priori, su carrera deportiva en un club como el PSG que le cubrió de dinero, pero no de felicidad, sus mayores líos han estado en los juzgados, especialmente con el Santos y con el FC Barcelona. De hecho, con el conjunto azulgrana ha puesto fin en este 2021 a cuatro años de litigios entre ambas partes con diferentes sentencias y pagos de un lado hacia el otro, todos ellos derivados de sus controvertidos traspasos y de sus traumáticas salidas.
Retos antes del adiós
Las palabras de Neymar hablando sobre una posible retirada para 2022 han dejado en shock al mundo del fútbol, ya que pocos se imaginan a este deporte sin una figura tan influyente como es el brasileño. Sin embargo, el jugador del PSG, que nunca se ha mostrado como un deportista o un atleta especialmente entregado a su profesión ni a sus cuidados, parece estar saturado mentalmente después de tantos años al máximo nivel.
A pesar de que ya tiene imposible ser considerado como una leyenda, al menos fuera de Brasil, Neymar todavía podría completar algunos retos antes de su retirada. Especialmente tres, los que sí pondrían un broche de oro de altura. El primero de ellos, quizás el más asequible, será ganar la Champions con el PSG, empresa para la que fichó por la potencia parisina.
Después de varios intentos con una final perdida ante el Bayern y una semifinal ante el Manchester City, Catar y Nasser Al-Khelaïfi han tirado la casa por la ventana y han congregado a la mayor agrupación de estrellas que se recuerda. Se lanzaron a por Messi, retuvieron a Mbappé, trajeron a Sergio Ramos, Donnarumma, Wijnaldum y compañía y han creado un proyecto para asaltar el cetro europeo en los próximos dos años. Por ello, Neymar todavía tiene una gran baza de cumplir su reto este curso o el que viene.
Pero por encima de la Champions con el PSG, el brasileño quiere vencer con su verdadera camiseta, la de la Canarinha. Por ello, Neymar tiene un deseo por encima de cualquier otro y es ganar el Mundial con Brasil en Catar. Será después de esa cita, especialmente si la gana, cuando se sienta pleno y realizado y pueda dejar el fútbol con la conciencia tranquila.
Y para cerrar esa trilogía de sueños, si ganara el Mundial o la Champions, Neymar aspiraría con pleno derecho a ganar ese Balón de Oro que durante tantos años se la ha resistido a pesar de que ha sido un eterno aspirante mientras Messi y Cristiano Ronaldo se mostraban intratables en la élite. Neymar siembra las dudas y deja en el aire esa misteriosa retirada a pesar de que todavía tiene fútbol y polémicas que ofrecer. Al menos, seguirá siendo protagonista hasta 2022 y después se verá hacia donde guía el destino sus próximos pasos.
[Más información: Neymar ya planea su retirada: "No sé si tengo la capacidad mental para seguir jugando al fútbol"]