El ciclismo está lleno de grandes historias. Los corredores del pelotón internacional acostumbran a ser superhéroes que acumulan miles de kilómetros en sus piernas bajo un sol abrasador, un frío paralizante y peligrosas lluvias que en ocasiones provocan graves accidentes. Además, se juegan la vida por carreteras que muchas veces no están en las mejores condiciones o en descensos de vértigo. Eso es lo que le pasó a Milan Vader.
El corredor neerlandés del Jumbo-Visma nació en el año 1996 en Middelburg. Desde muy joven, más de lo que todavía es, destacó por su habilidad para darle duro a eso de los pedales. En sus inicios, su hábitat de confianza eran los caminos y los terrenos imposibles entre barro y piedras. Era un fuera de serie del mountain bike.
Tanto es así que llegó a proclamarse campeón nacional e incluso representante de su país en pruebas tan trascendentales como los Juegos Olímpicos. Pero su ambición ilimitada no le hizo quedarse únicamente en estos terrenos quebrados y decidió dar el salto también a la comodidad y la velocidad, de la carretera.
Aunque su principal objetivo seguía siendo poder llegar a la prueba de París 2024 como uno de los grandes favoritos, la llamada que recibió por parte de uno de los mejores equipos del pelotón internacional le cambió la vida. La agrupación líder del World Tour, Jumbo-Visma, le había hecho una oferta para incorporarle a sus filas. Estaría preparándose durante todo el invierno para arrancar a comienzos del 2022 y probar suerte entre los Roglic, Van Aert, Laporte, Vingegaard y compañía.
Sus primeros pasos
Todo salió de una manera muy positiva e hizo su debut oficial el 2 de febrero en una prueba tan prestigiosa como la Volta a la Comunidad Valenciana. Su mejor actuación estuvo en la tercera etapa, cuando finalizó rozando el Top10. Un día después tuvo que retirarse. Su siguiente aparición fue en una prueba que, a priori, podría ajustarse muy bien a sus características de especialista en los caminos: la Strade Bianche.
[Chris Froome sufre un accidente en Mónaco por culpa de un conductor: "Salí volando"]
Aunque no consiguió un resultado excelente, se metió en el Top50, siguió acumulando experiencia y kilómetros al máximo nivel. Su tercera aparición tuvo lugar en la Vuelta al País Vasco, más conocida como Itzulia. Allí aguantó hasta la quinta etapa, donde sufrió su segundo abandono de la temporada. Sin embargo, aquel no fue un abandono cualquiera. Fue más bien una tragedia que estuvo a punto de costarle la vida.
A 100 kilómetros de meta, en uno de los descensos por las peligrosas carreteras entre Zamudio y Mallabia, sufrió un accidente terrible. Ni siquiera las cámaras de televisión consiguieron grabar el impacto. Solo se pudo ver su bicicleta junto al quitamiedos. Y todo hacía indicar que su cuerpo había caído por terraplén abajo.
Rápidamente, los servicios médicos se acercaron hasta el lugar de los hechos para socorrer el ciclista del Jumbo-Visma que se había dado un golpe terrible. Fue trasladado a un hospital de urgencia para ser atendido de sus múltiples y gravísimas lesiones. El parte médico asustaba: parálisis del lado derecho del cuerpo, neumotórax, burbuja de aire en el cerebro, afectación de las arterias carótidas y múltiples fracturas destacando ocho vértebras, la clavícula, el omóplato y el pómulo.
Vader vuelve a nacer
Había sido uno de los accidentes más graves que se recuerdan en el ciclismo de élite. Salvó la vida de milagro, pero permaneció durante 12 días en coma ingresado en el Hospital de Cruces de Barakaldo. Una situación tan espeluznante que le llevó a perder incluso 9 kilos de peso, casi uno por días. Teniendo en cuenta su ya de por sí fina constitución, apenas tenía grasa corporal, todo lo que fue cediendo fue músculo que debía recuperar incluso para poder volver a caminar o ponerse de pie.
[Remco Evenepoel, el prematuro campeón del mundo que sigue los pasos de Eddy Merckx]
Le esperaba una larga batalla por delante ya que no había muerto de milagro e incluso estuvo a punto de quedar paralítico. Tardó varios días en poder recuperar la coordinación motora de sus piernas para poder dar sus primeros pasos. Ahí arrancaba una recuperación que se antojaba larga, ya que ni siquiera los médicos le auguraban que pudiera volver a montar en bicicleta aunque fuera para dar un paseo. Y muchos menos regresar a la competición.
Se puso manos a la obra y después del encomiable trabajo que realizaron los servicios médicos del Hospital de Cruces de Barakaldo, pudo abandonar el centro y arrancar de verdad la fase más agresiva de su rehabilitación. En el mes de junio ya estaba montando en bicicleta de nuevo y poco después retomó sus entrenamientos. El reto era regresar a la competición antes de que terminara el curso.
[Van Vleuten rompe la historia: nueva campeona del mundo de ciclismo tras sufrir una fractura de codo]
El regreso de Milan
El ciclismo ha tenido algunos ejemplos de milagrosas recuperaciones en los últimos años que han servido de inspiración para Vader. Si grandes campeones como Evenepoel, Froome o Egan Bernal habían conseguido volver a formar parte del pelotón internacional después de casi perder la vida, él tenía que intentarlo. Tras un verano intenso preparándose a conciencia, ahora ha conseguido hacer su regreso en la CRO Race, el Tour de Croacia.
Hace un par de semanas estuvo de nuevo en Barakaldo, en el Hospital de Cruces donde le salvaron la vida y donde le dieron una nueva oportunidad para seguir haciendo lo que más le gusta. Agradeció todo el trabajo y la ayuda recibida a un equipo médico que para siempre considerará ya como parte de su familia.
Su regreso en la CRO Race le ha llenado de felicidad porque sabe desde donde ha venido. De rozar la muerte con los dedos a volver a ponerse un dorsal. Algo que define como mágico: "Soy un tío muy afortunado. Podría haber muerto". Sin embargo, regresa con la máxima ambición: "Estoy en la misma forma física de diciembre de 2021. No hay nada que me limite".
Ahora, ha conseguido completar su primera etapa de 223 kilómetros en el Tour de Croacia finalizando en 77ª posición. El triunfo fue para el corredor del Bahrain-Victorious Jonathan Milman. Sin embargo, el gran campeón para todos es Milan.