El ciclismo tiene un nuevo campeón del mundo. De manera brillante, Remco Evenepoel logró la victoria este domingo en el Mundial de Wollongong y será el hombre que durante toda la temporada lleve ese maillot arco iris por el que todos suspiran. El hombre, o el chaval, porque a sus 22 años no hay muchos que hayan podido decir a lo largo de la historia que han conseguido de forma tan temprana un éxito de tales dimensiones.
Evenepoel es otro de esos fuera de serie que ha llegado para revolucionar el ciclismo y para ilusionar a Bélgica entera. Pero más allá de equipos y de banderas, Remco cala hondo en cualquier aficionado ya no por sus triunfos, importantes para la edad que tiene, sino por la manera en la que los consigue. Por su forma de ganar parece que corre en otra época o que se ha pasado la infancia entera viendo ciclismo de unos tiempos que no le corresponden.
Pero mirando sus logros y lo prematuro de muchos de estos éxitos, es imposible no comparar su trayectoria con la de un compatriota suyo. Aquel al que todos conocen y al que muchos le dan el reconocimiento de mejor ciclista de la historia, Eddy Merckx. Remco Evenepoel guarda con El Caníbal unas similitudes en el inicio de su carrera deportiva que asustan pero que emocionan ante lo que puede estar todavía por llegar.
Son palabras mayores, y Remco Evenepoel acaba de empezar a ganar. Además, tiene una competencia feroz, con unos rivales cuyo nivel será difícil de igualar en muchos años, pero el reto para él es mayúsculo y precioso. Por su personalidad, ya ha dejado claro que no se arruga ante nada y ante nadie y que plantará cara a quien sea necesario para conseguir sus metas. Desde el momento en el que comienza la competición, sin amigos.
El Mundial, como Merckx
Ganar un Mundial es algo que muchos ciclistas han intentado durante años y que jamás han conseguido. Sin embargo, Remco Evenepoel tiene ese toque de magia que le permite hacer fácil lo sumamente complicado. Wollongong, en Australia, ha visto coronarse a una estrella emergente, aunque en realidad viene asomando la cabeza desde hace ya un tiempo.
A sus 22 años Remco se enfundará el arco iris, precisamente la misma edad a la que lo hizo Eddy Merckx en 1967. Como si quisiera hacer un homenaje al ciclismo de aquella época (quizás en lo poco que se parecen ya es que se corre sin pinganillos), la exhibición de este pasado fin de semana fue de las que hacen afición y enganchan a la televisión.
La carrera se rompió a más de 70 kilómetros para la meta y ahí, en la pelea y en el corte bueno de la carrera, estaba Evenepoel. Es su manera de ganar, haciendo saltar todo por los aires cuando el resto todavía están esperando a que pasen los kilómetros para estar más cerca de meta. A él le gusta ir al ataque, jugar a un ciclismo de valientes en el que puede salir cara o cruz, pero en el que siempre sabrá que se lo ha dejado todo.
El motor que tiene Remco está muy por encima de casi todos sus rivales, como el de Merckx en sus tiempos. Por eso, volvió a reventar la carrera y decidió emprender una aventura de unos 30 kilómetros sin compañeros buscando la meta. Nadie pudo aguantar esta verdadera exhibición en solitario y a sus 22 años ya puede presumir de que es campeón del mundo. Como Eddy Merckx.
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Una grande a la misma edad
Este ha sido el año del despegue definitivo de Evenepoel. Ya todo el mundo sabía de lo que era capaz por su victoria en la Clásica de San Sebastián u otras carreras de una semana como el Tour de Polonia, pero el aficionado medio seguía teniendo una gran duda en la cabeza. ¿Será Remco un vueltómano? ¿Podrá ganar alguna vez Giro, Tour o Vuelta?
La incógnita quedó despejada hace un par de semanas cuando entró a Madrid triunfante y con el maillot rojo de líder. Atrás quedaron 21 días de solidez, solvencia, saber sufrir y también de exhibiciones. En cualquier modalidad, porque Remco es un todoterreno al que le da lo mismo correr contra el crono que afrontar rampas por encima del 20% como en Les Praeres.
A sus 22 años ya tiene una gran vuelta en el palmarés, como Eddy Merckx. En su caso no fue en La Vuelta a España, sucedió en el Giro de Italia. El Caníbal, en aquella edición de 1968 pudo saborear lo que era ser el mejor en una carrera de tres semanas, por entonces mucho más extremas que las de ahora. De hecho, Merckx cumplió 23 años apenas unos días después de aquel triunfo por lo que Remco le aventaja por unos meses en este aspecto.
En lo que sí gana Merckx a Remco Evenepoel es en el tiempo de conseguir antes una victoria en una gran vuelta. En el año anterior a su triunfo total, en 1967 El Caníbal con 21 años, muy cerca de su cumpleaños, se hizo con sus dos primeras victorias de etapa, algo para lo que Remco ha tenido que esperar a los 22. Este año, el del Quick Step estrenó su palmarés en una ronda de tres semanas y logró dos victorias. Un doblete, como Merckx.
La Lieja, antes para Remco
Uno de los Monumentos del ciclismo más especiales para los belgas es, junto con el Tour de Flandes, la Lieja-Bastogne-Lieja. Es una carrera de casa, motivo más que suficiente para tenerla en gran consideración. Y Eddy Merckx ganó la friolera de cinco a lo largo de su carrera deportiva.
La primera de ellas, con 23 años. Esto es un año más tarde que aquel que sueña en grande con seguir sus pasos. Remco Evenepoel, a sus 22, ya sabe lo que es entrar levantando los brazos en Lieja. Cierto es que el primer Monumento llegó antes en la carrera del Caníbal porque con apenas 20 años ya tenía una Milán Sanremo en su poder, pero una por otra pensará Remco.
Con la friolera cifra de quince monumentos terminó su carrera deportiva Eddy Merckx (7 Milán Sanremo, 5 Lieja-Bastogne-Lieja y 3 París-Roubaix), mientras que Evenepoel, es cierto, solo tiene una Lieja en su poder. Pero también es verdad que, como quién dice, Remco acaba de empezar, al igual que en su día estaba empezando su compatriota cuando ganó aquella Sanremo.
40 años después
No se trata de lanzar las campanas al vuelo de cualquier manera con Evenepoel, pero este joven belga ha demostrado tener todas las cualidades para seguir progresando. Es valiente, tiene piernas y lo mejor es que cuenta con mucho margen de mejora. Las estadísticas, además, le respaldan y los números en los inicios de su carrera son impresionantes.
Tanto, que hace más de 40 años que ningún otro ciclista en el planeta conseguía ganar un Monumento, una gran vuelta y un Mundial en la misma temporada. Una gesta. Lo hizo en 1980 Hinault, otro de los grandes ciclistas de toda la historia. Otro espejo más al que mirarse para alguien como Remco Evenepoel que va a comerse el mundo.