Omar Felice (Roma, 1981) es una de esas personas elegidas que tienen capacidades especiales y que las utilizan para intentar hacer del mundo un lugar mejor. En su caso se podría decir que incluso es un superhombre por todos los retos que ha conseguido llevar a cabo a largo de su vida. Su carrera comenzó con 14 años, en 1995, y desde entonces no ha parado de desafiar las leyes de la resistencia humana siempre con un motivo de peso detrás.
Su especialidad son las experiencias extremas sobre una bicicleta. Casi siempre solo y en invierno, cuando las condiciones se hacen casi irresistibles para los mortales. Desde pequeño ha perseguido con insistencia muchos sueños. Uno de ellos era convertirse en ciclista profesional y lo consiguió militando en equipos como el Amore & Vita y el Team Nippo Endeka.
Sin embargo, en el año 2012 se dio cuenta de que había otras pasiones que le movían más que su vida profesional y eran esas experiencias denominadas como ultraciclismo. Así comenzó a crear retos imposibles en su cabeza y a convertirse en la primera persona en conseguirlos. Uno de los más célebres de su carrera fue cruzar el Himalaya en invierno y llegar al campo base del Everest en bicicleta. Algo que nadie había realizado.
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Otra de sus grandes aventuras, terminada además hace solo unos meses, fue la de completar una vuelta al mundo por el Ártico, siendo el primero que conseguía este reto. Las aventuras de Omar di Felice siempre tienen un mensaje de ayuda al planeta y en esta ocasión era concienciar sobre el impacto del cambio climático en una de las zonas de mayor riesgo de la Tierra.
Ahora, Omar se ha planteado otro gran reto, seguramente el más complicado y extremo de toda su asombrosa carrera. Se trata del Antartica Unlimited, la travesía en bicicleta más larga a través de la Antártida. Un viaje que quiere realizar, y en el que se jugará la vida, para intentar lanzar un mensaje al mundo de concienciación sobre una de las zonas más afectadas por el cambio climático. EL ESPAÑOL ha hablado con Omar di Felice, atleta apoyado por el equipo de Lymbus, que trabaja con otras estrellas como Kilian Jornet, para conocer más sobre el gran reto de su vida.
Una aventura histórica
Omar tiene inquietudes mágicas desde que era solo un niño. Desde muy pequeño se entretenía leyendo historias de Ernest Shackleton, un explorador irlandés de finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Su figura pasó a la posteridad por ser uno de los protagonistas de la conocida como Edad Heroica de la exploración de la Antártida.
A Omar le encantaba pasarse horas entre los libros que contaban sus hazañas y viendo documentales que narraban sus aventuras por uno de los lugares más desconocidos de la Tierra. Con el paso de los años, este ultraciclista italiano ha podido cumplir uno de los sueños de su infancia: poder dedicarse en cuerpo y alma a la salvación de uno de los territorios más dañados por el cambio climático y por el calentamiento global.
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Han pasado 30 años desde que pasaba aquellas tardes disfrutando con las anécdotas de Shackleton y ahora, después de mucha pelea, ha podido dar forma a su gran proyecto: Antartica Unlimited. Este constará de una travesía, la más larga de la historia en este inhóspito territorio, de unos 1.600 kilómetros de recorrido con 10.800 metros de desnivel positivo. Durante este viaje, Omar espera reencontrarse con aquel niño que soñaba con recorrer la Antártida, ya que estará durante unos 60 días en esta compleja batalla en solitario y resistiendo temperaturas de hasta -50ºC.
Este atleta italiano arrancará su aventura en noviembre y con la previsión de recorrer la Antártida de costa a costa. Comenzará en Hercules Inlet y pasará por el polo sur hasta llegar a la base del glaciar Leverett. En su intento por cubrir la mayor distancia jamás recorrida íntegramente en bicicleta, si consigue llegar allí, tratará de regresar al polo sur haciendo el camino de vuelta, firmando así la travesía más larga de la Antártida en bicicleta de todos los tiempos.
La importancia de la Antártida
Omar ha conseguido infinidad de retos imposibles desde que comenzó su carrera deportiva. Sin embargo, tal y como le confiesa a EL ESPAÑOL, este será más especial que ninguno: "Este es mi verdadero sueño y proyecto con el que llevo soñando desde niño, trabajando duro desde que me di cuenta de que podría ser viable. Para mí este lugar significa el punto en donde nos damos cuenta de cómo está cambiando el planeta. Es el lugar más remoto e inaccesible que existe y que, pronto, ya no será posible hacer una aventura como ésta porque los glaciares se están derritiendo y el riesgo no para de aumentar. Obviamente, me pone triste que su desaparición esté cada vez más cerca".
A pesar de que este ultraciclista italiano lleva soñando con algo desde que era muy pequeño, el proyecto Antartica Unlimited empezó a tomar forma de manera real hace alrededor de una década: "Como proyecto de ultraciclismo lo comencé a valorar hará unos 10 años, cuando estudiando detalladamente las posibilidades empecé a creer que podría ser viable. Hace 3 años que estoy trabajando duro para que sea finalmente posible cubrir la mayor distancia jamás recorrida en bicicleta en la Antártida".
Di Felice es un auténtico enamorado de la bicicleta. Sin embargo, todos sus viajes y sus aventuras tienen detrás un gran trasfondo medioambiental. En este caso, quiere luchar contra el calentamiento global y contra el cambio climático. La Antártida es uno de los sitios que más padece sus terribles consecuencias en el mundo y por eso está considerado como un termómetro perfecto de la avanzada destrucción que tiene el medioambiente a nivel global. Los glaciares y los polos se están derritiendo a un ritmo mucho mayor del que la sociedad general cree.
En estos momentos, la Antártida se ha convertido en un gran lugar de estudio para conocer, entender y saber cómo frenar los efectos que están acabando con el planeta. Allí se encuentran científicos de todo el mundo que estudian las manifestaciones del cambio climático. Incluso la ESA (la Agencia Espacial Europea) trabaja en este territorio con un sofisticado sistema que consta de un radar para sondear los glaciares y analizar la tendencia de las temperaturas globales.
Por su parte, Omar colabora con la Red Italiana del Clima, de quien es embajador y con quien ha realizado ya importantes proyectos. Como él mismo cuenta a EL ESPAÑOL, la situación de esta zona es crítica: "La Antártida es el sitio más frágil y más remoto del mundo. Es el termómetro de nuestro planeta y de la situación en la que se encuentra. Lo que está pasando en la Antártida no se queda en la Antártida, sino que afecta al mundo entero: el hielo que se derrite aumenta el nivel del mar, las temperaturas… es un ciclo".
"Todos deberíamos ser conscientes del cambio climático y ayudar a difundir esta concienciación. El principal problema hasta ahora es que la gente no ha estado escuchando las declaraciones de los científicos. Comenzaron hace 30 o 40 años a activar la alerta sobre el cambio climático y es sólo ahora que todos somos conscientes de cómo está afectando al mundo".
"Creo que las figuras públicas, como yo, por ejemplo, pueden hacer un gran trabajo usando su influencia para conectar con la gente y difundir todos los problemas que hay. Mi voluntad es crear un puente entre la ciencia y la gente normal que practica el deporte. Contar la historia de nuestro planeta a través de una aventura increíble y mostrar la belleza del corazón es la mejor manera".
Un viaje infernal
Para poder llevar a cabo esta increíble hazaña y ser capaz de cruzar un desierto helado como es la Antártida, Omar ha tenido que realizar una preparación al límite y al milímetro. Continuará con esta rutina durante unas semanas más, ya que su viaje no está previsto que arranque hasta el próximo mes de noviembre.
"Físicamente estoy entrenando como nunca y, de hecho, todos los retos anteriores que he completado ya han sido un entreno para el reto de los retos, la aventura de las aventuras. He aprendido a enfrentar el frío, la soledad, la autosuficiencia... Pero no es el entrenamiento físico lo más complicado, sino la organización y la logística, una gran parte de este trabajo. Ahora tengo que convertir en realidad la aventura más larga y extrema que puedo imaginar".
Esta heroicidad para la que se ha preparado a conciencia Omar está enmarcada dentro de un gran proyecto que durará año y medio. Uno de sus objetivos es acercar a todo el mundo la realidad de cómo es la Antártida y para eso necesita dar continuidad a su obra incluso después de bajar de la bicicleta: "La complejidad de la Antártida es la razón por la que el proyecto tiene una duración de 18 meses. Voy a tardar 2 meses en cruzar este 'desierto helado', pero luego haré conferencias, artículos, una película, contenidos y todo el proyecto científico que incluirá para explicar la Antártida de la mejor manera posible".
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Uno de los puntos claves de esa logística que tanta importancia tiene según cuenta Omar es el asunto de las comidas. Desde realizar un plan exacto de lo que consumir en condiciones tan extremas hasta la forma en la que podrá cocinar algo mínimamente preparado. Está claro que además de la distancia y el frío, un factor importante es alimentarse y cómo hacerlo. Teniendo en cuenta también que no tendrá reabastecimientos en su viaje y que tendrá que racionar toda su nutrición. Solo recibirá provisiones una vez llegue a la base científica del polo sur.
"Usaré comida seca para cocinar con agua con hielo derretido y vitaminas, barritas energética y este tipo de cosas. Lo más difícil es hacer un plan exacto de calorías: tendré que llevar toda la comida conmigo ya que no tendré ningún reabastecimiento". A cada paso que da, este viaje se complica incluso antes de haber puesto un pie sobre el hielo de la Antártida.
Para completar esos 1.600 kilómetros, Omar utilizará el prototipo de fat bike desarrollado por Wilier Triestina equipado con componentes Shimano. Un prodigio único capaz de rodar por los terrenos más extremos y que tendrá en esta Antartica Unlimited su mayor prueba de fuego. Además, con su bicicleta irá tirando de un trineo especial fabricado por la empresa americana Ski Pulk para poder transportar todo su equipo.
Otro punto importante de su aventura es la ropa elegida para hacer frente al desgaste de un viaje de 60 días sin parar de pedalear y en unas condiciones de frío extremas con mínimas de hasta -50ºC. Para ello ha confiado en UYN, una marca italiana de la empresa Trerè Innovation que ha desarrollado un traje especial para gran altitud similar al que utilizan los alpinistas a más de 8.000 metros. No obstante, el suyo será un prototipo especial con características adecuadas a la comodidad necesaria que se requiere para la práctica del ciclismo durante un viaje tan largo.
De la materia de acampada se ha encargado la marca Ferrino, quien ha suministrado la tienda de campaña y el equipo necesario. Además, Omar indica a EL ESPAÑOL que cargará también con una placa solar, varios GPS, algunas brújulas, estufas y algún repuesto. Por si esto fuera poco, este aventurero italiano estará completamente solo en su viaje: "Solo tengo un teléfono satelital GPS para alertar de un rescate de emergencia. Pero debo tener en cuenta que el tiempo entre la señal SOS y el rescate podría ser de 7 a 10 días en caso de mal tiempo, así que... es mejor cruzar los dedos y que no pase nada". El testimonio de Omar y la valentía con la que afronta su reto impactan.
Por último, Di Felice narra los peligros más importantes que se encontrará en una zona en la que cualquier mortal solo vería riesgos para su vida. Pero él lo afronta con una naturalidad total: "Las condiciones de hielo son el mayor riesgo, ya que tendré que prestar atención a las grietas, por ejemplo. Entonces el viento catabático es tan fuerte que a veces me obligará a detenerme en la tienda rezando para que haya mejores condiciones". Omar emprende su aventura con fe y con la esperanza de todo se alinee para que no ocurra nada.
Al final, su misión no es otra que demostrar que se pueden cambiar las cosas con la implicación de todos. Sin embargo, para ello ha decidido poner en el alambre su vida: "Estoy muy emocionado, aunque también tengo un poco de miedo: el miedo es mi limitador de velocidad natural". Además, reconoce que su familia y su entorno también están un tanto preocupados por la locura en la que se va a embarcar: "Todos saben que la exploración es mi vida y que la Antártida es mi única aventura histórica. Seguro que tienen miedo, pero saben que empiezo un desafío de la manera más segura posible".