Movistar Team ha cuajado uno de los peores Tour de Francia de toda su historia. La formación telefónica con base central en Navarra fue fundada en el año 1980 para poner al ciclismo español en lo más alto del panorama mundial. Sin embargo, ahora, más de 40 años después, se encuentra en uno de sus momentos más bajos. El positivo por Covid-19 de Enric Mas, que le ha obligado a bajarse de la bicicleta, ha supuesto su puntilla en tierras galas.
El ciclista de Artà estaba llamado a ser la referencia de un equipo que no iba con un plan realmente establecido para las tres semanas que iba a pasar por carreteras danesas, belgas, suizas y, sobre todo, francesas. Enric Mas era el líder que debía pelear por hacer un buen puesto en la general. Carlos Verona, su guardaespaldas de lujo, Imanol Erviti, la voz de la experiencia. Y corredores como Jorgenson serían los encargados de buscar el premio de las victorias de etapa.
Sin embargo, ninguna de estas funciones se han terminado llevando a cabo con éxito y el equipo español ha quedado en tierra de nadie dando una imagen que, más que mala, ha sido intrascendente. Se han peleado las fugas, algunas veces con voluntad, pero siempre sin éxito. Y la debacle de Enric Mas, con dos etapas de explosión en la montaña y con un miedo terrible en las bajadas, ha convertido el reto del podio en un triste undécimo puesto que se ha ido al limbo por ese positivo por Covid-19.
Un botín pequeño e infinitamente menor de lo esperado que, aún así, iba a dar algunos puntos a un Movistar que se encuentra muy necesitado. En 2022 se cierra el ciclo que deberá marcar qué equipos forman parte del World Tour en las próximas temporadas y los navarros están al borde del precipicio. Y lo peor es que la imagen y las sensaciones que transmiten son de total incapacidad ante la que se les podría venir encima. Por primera vez en sus más de cuatro décadas de historia, el equipo de Eusebio Unzué está al borde del caos.
El peligro del descenso
La palabra descenso es la más repetida cuando se habla del equipo Movistar en los últimos meses. Sin embargo, es una situación que se viene gestando desde hace mucho tiempo atrás. La UCI establece una forma de medir el rendimiento de los equipos a través de un sistema de puntos, el cual se fragmenta en periodos de tres años. El último de ellos arrancó en 2020 y finaliza, por lo tanto, en diciembre de este 2022.
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Las últimas carreras de esta temporada terminarán de marcar qué equipos forman parte del World Tour y cuáles caen a la categoría de Pro Team, la segunda del ciclismo mundial, para el próximo curso. Una circunstancia que se mantendrá hasta el año 2025, cuando habrá un nuevo reordenamiento.
Las consecuencias de este terrible descenso, más allá del lógico fracaso de perder la categoría, se explican con una concatenación de circunstancias a cada cuál más graves. Los malos resultados provocan cosechar pocos puntos. Esto trae consigo la pérdida de puestos y la caída libre en la clasificación. Una vez se pierde la categoría, se pierde también el derecho a correr en todas las carreras del calendario World Tour y solo se puede acceder a algunas de ellas, bien por puntos o bien mediante invitaciones.
Si no se corren las mejores pruebas del mundo, se pierden muchos ingresos y también muchos beneficios por patrocinadores principales. Sin dinero, lógicamente no se pueden mantener los contratos de las grandes las estrellas y es muy complicado atraer a otros buenos corredores que son quienes tienen más posibilidades de sumar puntos. Y sin ciclistas de primer nivel y sin puntos, es imposible volver a ganar posiciones para regresar en el siguiente recuento al World Tour.
Un círculo vicioso de malas noticias que podría hacer muy complicado salir del infierno para regresar a la élite. Por ello es tan importante mantener la categoría a toda costa. Y en ese pelea hay ahora mismo muchos equipos inmersos. Cofidis, Education First, Movistar Team, Bike-Exchange, Lotto-Soudal e Israel Premier Tech. Estos dos últimos son los equipos que se encuentran en puestos de descenso.
La manera de ganar puntos se establece mediante varios criterios. O bien a través del puesto de los corredores en las etapas, o bien mediante la posición en las clasificaciones generales. En las rondas de tres semanas, también suma vestir el maillot de líder en cada etapa y la composición de las clasificaciones de la regularidad y la montaña.
No todas las pruebas del calendario suman igual. El Tour de Francia es la carrera que más puntos entrega tanto en cantidad como en un número de corredores premiados, ya sea por victoria, por la clasificación general y clasificaciones secundarias o por portar el maillot de líder. Después vienen La Vuelta y el Giro de Italia.
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Por debajo se encuentran los llamados eventos mayores, donde figuran los cinco Monumentos, algunas Clásicas de relevancia y algunas vueltas de una semana. Después están los eventos menores y las carreras por debajo de la categoría World Tour. También suman puntos los Campeonatos Mundiales, Continentales y Nacionales en ruta y contrarreloj y las pruebas de los Juegos Olímpicos.
Sin embargo, hay algunas restricciones y es que, por ejemplo, no vale que cualquier corredor consiga puntos. Solo se contabilizan aquellos reunidos por los diez miembros del equipo que más han sumado durante la temporada. Por ello, hay que estudiar todo hasta el más mínimo detalle, ya que no consta en sumar puntos por sumar. No se puede, por ejemplo, mandar a un corredor a filtrarse en una fuga para buscar una etapa sin haber comprobado si, con esos puntos, conseguiría colocarse entre los diez que más han sumado a lo largo de la temporada. Un sistema complicado que requiere de una logística especial para encontrar la salvación cuando se está en situaciones agónicas.
La situación de Movistar
Uno de esos equipos que ahora mismo está en un punto peligroso es el Movistar Team. El peligro del descenso es tan real como la vida misma. De hecho, ya lo era y mucho antes del Tour de Francia. La formación de Eusebio Unzué se encuentra en la penúltima posición de los equipos que están a salvo con 13.380. Justo por debajo se encuentra el Bike-Exchange, una formación que ya ha ganado dos etapas en este Tour y que podría rascar un tercer triunfo en París. Ellos suman un total de 13.083 puntos.
El primer equipo que se encuentra en descenso es el Lotto-Soudal, quienes tienen 12.732 puntos. De esta forma, Movistar ahora mismo tiene un margen de 648 puntos. Una diferencia realmente pequeña teniendo en cuenta las variaciones que se pueden producir en cada carrera. Por debajo de todos ellos se encuentra el Israel Premier-Tech, con 12.591. Ellos también han sumado dos victorias de etapa en la ronda gala.
Todo hace indicar que Movistar se terminará salvando. Sin embargo, actuaciones tan pobres como la de este Tour hacen que sea imposible tener eso claro. El equipo español ha estado persiguiendo durante toda la carrera una victoria de etapa que no ha llegado. Corredores como Imanol Erviti, Nelson Oliveira, Carlos Verona o Matteo Jorgenson se han filtrado en varias fugas, pero sin éxito. El mejor resultado ha sido un tercer puesto de Carlos Verona en la novena etapa con final en el Chatel les portes du Soleil, el cual supuso una ganancia de solo 25 puntos.
La gran baza de Movistar para sumar puntos en la carrera era Enric Mas. Primero con un puesto en la general y después con la pelea de alguna etapa. Su bajo rendimiento hizo perder casi todas las expectativas con el puestómetro en la tabla de líderes y la desesperación terminó provocando que no consiguiera ni tan siquiera estar cerca de pelear una etapa en las fugas en las que consiguió filtrarse.
El despropósito total llegó cuando el positivo por Covid-19 obligó al escalador del Artà a bajarse de la carrera, lo que se ha traducido en una pérdida de 150 puntos, los que hubiera sumado de terminar el Tour en undécima posición de la general. Ahora, los únicos puntos que va a poder recibir Movistar al término del Tour son los 40 que ofrece el puesto 21 en la general de Jorgenson y los 30 que da el puesto 27 de Carlos Verona.
Por el camino se van a perder los 30 que recibiría Gregor Mühlberger, los 25 de Gorka Izaguirre y los 10 de Nelson Oliveira, ya que ninguno de ellos están entre los 10 corredores que más puntos UCI han sumado este curso en el equipo. Un balance muy pobre y que lo será todavía más debido a este complicado sistema de puntuación.
El corredor del equipo que más puntos ha dado ha sido, una vez más, Alejandro Valverde, con un total de 1392. El murciano está a años luz de cualquiera de sus compañeros. Alex Aranburu es el segundo con 392, Carlos Verona es tercero con 338 (sin contar los que recibirá en el Tour), cuarto es Iván García Cortina con 309, quinto es Enric Mas con 298, sexto es Iván Ramiro Sosa con 254, séptimo Matteo Jorgenson con 203 (también sin los que sumará en Francia), octavo Max Kanter con 201, noveno es Óscar Rodríguez y décimo Antonio Pedrero con 166 y 116 respectivamente.
Por hacer una comparación con algunos de los líderes del pelotón, ciclistas como Remco Evenepoel, Wout Van Aert o Tadej Pogacar suman 1794, 2565 y 2821 puntos respectivamente. Diferencias abismales con la mayoría de corredores del conjunto español. Movistar tiene por delante un final de año muy movido y complicado en el que deberá buscar puntos hasta de debajo de las piedras.
Se acabó eso de plantear las carreras únicamente reservando a las estrellas para lograr buenos puestos en la clasificación general y el resto del equipo a trabajar. Ahora, todos tendrán que intentar sumar sea de la forma que sea. Bien buscando victorias de etapa o bien buscando simplemente hacer buenos puestos día tras día. Y, por supuesto, terminando lo más arriba posible sin sufrir percances como el vivido por Enric Mas.
Además, la formación telefónica estará obligada a partir de 2023 a plantearse sus próximos fichajes también buscando corredores que le den puntos y no solo ciclistas que, como Enric Mas, sueñen con un Top5 en grandes vueltas. Sobre todo teniendo en cuenta que Alejandro Valverde, quien sostiene a Movistar en la pelea, se retira al término de este curso.
La catarsis de Enric Mas
Uno de los grandes problemas que está padeciendo el Movistar Team este curso está siendo la pobre temporada de Enric Mas en cuanto a resultados se refiere. Antes de arrancar el Tour de Francia, reconocía en una conversación con EL ESPAÑOL que había mejorado sus métodos de entrenamiento y que eso le daba confianza para tener un buen resultado en la Grand Boucle. El sueño era el podio y el objetivo real el Top5.
De haber sido así, hubiera supuesto un suculento botín para Movistar que hubiera ayudado a tener una posición mucho más segura. De los equipos envueltos en la pelea por no bajar, ninguno tiene a un corredor como Enric Mas que sea capaz de hacer buenos puestos en la general al máximo nivel y en las grandes vueltas. Sin embargo, este no ha sido el Tour del balear. Tampoco está siendo su temporada.
El escalador de Artà, renovado hasta 2025, ya perdió un montón de puntos con su debacle en la general tras sus crisis en el Col du Granon y en Hautacam. A pesar de eso, el undécimo puesto era un mal menor, un pequeño botín en una lucha al límite en la que todo cuenta. Pero su positivo por Covid-19 ha sido lo peor que le podría haber pasado al equipo en el aspecto deportivo. Su mejor puesto había sido octavo, lo que hubiera reportado un total de 275 puntos. Casi los que llevaba en los seis primeros meses de curso.
La temporada está siendo un auténtico desastre para un Enric Mas que ha perdido muchos puntos por culpa de caídas y abandonos. Le sucedió en la Tirreno-Adriático, cuando por una caída perdió el podio y terminó abandonando. También en la Itzulia, donde llegó a ser séptimo y por otro percance similar terminó noveno. Y por último en el Critérium del Dauphiné, prueba que abandonó cuando también peleaba por el Top10. Muchas carreras perdidas y muchos puntos que ahora, y sobre todo al final de la temporada, se echarán en falta. Con ellos, se calcula que podrían ser más de 700, Enric seguramente podría estar peleando el primer puesto del equipo a Alejandro Valverde.
Por si esto fuera poco, el Tour de Francia ha venido a confirmar la catarsis mental y personal que está sufriendo el ciclista de 27 años. Tras los desastres de Peyragudes y Hautacam, Mas confirmó que estaba padeciendo un miedo que no puede superar. Se trata de la inseguridad que le provocan los descensos después de todas las caídas que ha tenido este curso. Se atenaza en las bajadas, pierde tiempo y su musculatura termina pagando esa tensión y ese agarrotamiento, restándole las pocas fuerzas que estaba demostrando en las subidas.
Una pescadilla que se muerde la cola y que no le deja ni subir ni bajar puertos. Y un mal que amenaza con arruinar la temporada más importante de su equipo. Si Enric no consigue revertir esta situación, la formación telefónica podría tener un problema gravísimo, ya que necesita los puntos del balear en carreras como La Vuelta para sobrevivir. Sin él, estarán colgando de Valverde más que nunca. Algo a lo que no podrán agarrarse en un 2023 en el que quizás ya no sean equipo World Tour.
Por el bien del ciclismo español y mundial, Movistar debe pelear y conseguir esa permanencia. Sin embargo, las cosas se han puesto mucho más complicadas de lo que Eusebio Unzué, 'Patxi' Vila y compañía esperaban. Y todavía queda año para que se sigan complicando. De momento, de cara al próximo curso ya han perdido el fichaje de un corredor como Richard Carapaz y otros como los de Daniel Felipe Martínez o Carlos Rodríguez podrían seguir los mismos pasos. Tiempos complicados para un equipo que ha sido una mina de grandes triunfos con más de 1.000 victorias profesionales, 7 Tour de Francia, 5 Giros de Italia y 4 Vueltas a España.