El mes pasado, los medios alemanes informaron que el campeón del Tour de Francia de 1997 terminó en un hospital mexicano después de irse de viaje a Cuba. Ahora ha sido el propio Jan Ullrich el que ha explicado lo que le sucedió. En declaraciones a Bild, el exciclista de 48 años alejó las suspicacias de que hubiera vuelto a caer en problemas con las drogas y el alcohol, los mismos culpables que le sumieron en un infierno de depresión y una larga recuperación.
Después de caer en el destierro para toda Alemania tras su implicación como 'Número 1' de la Operación Puerto, continuó su descenso con problemas personales derivados prácticamente en su totalidad de las drogas y el alcohol. Tras permanecer internado en un hospital en Suiza, comenzó a mejorar sobre todo con la ayuda de Lance Armstrong. Su némesis durante una época en la que todos los mitos del ciclismo cayeron en la trampa del dopaje fue el hombre que más se implicó en su recuperación.
Parecía revivir un poco en 2021. Se presentó a la marcha cicloturista Mallorca 312, una de las más multitudinarias que se celebran en España. En una época otoñal, en la que el Covid-19 parecía dar una tregua, Ullrich se encontró con los viejos camaradas del pelotón. Se sinceró diciendo que las drogas y el alcohol eran ya una asignatura superada. Pero el que fuera líder del nefasto Telekom volvía de pasar su cumpleaños en Cuba. El ciclista no pudo ni subirse al avión. A Ullrich le agarró el vacío y se hizo añicos.
Ullrich quiso aclarar los recientes incidentes que vivió en México indicando que no ha recaído en el consumo de drogas y alcohol, pero que sí estuvo al borde de la muerte. El alemán explicó que tuvo que ingresar en un hospital por una intoxicación de la sangre y una trombosis y que Armstrong fue el primero en visitarle. El tejano, desposeído de sus siete triunfos en el Tour de Francia y en los que en la mayoría de ellos el alemán fue segundo, estuvo en todo momento con un Ullrich que estuvo muy cerca de "seguir el camino de Marco Pantani".
"Tuve trombosis y una intoxicación grave en la sangre. He escapado otra vez a la muerte. Para salir al paso de los rumores: al comienzo del tratamiento me sometí a un test de drogas y naturalmente resultó negativo. Ya no soy un adicto", explicó Ullrich en una conversación con Bild. Sobre esa preocupación de Armstrong, Ullrich detalla que "es un amigo de verdad, no puedo estar más que agradecido a todo lo que hace por mí".
Pero no son los únicos problemas de salud que tiene el alemán. También le está pasando factura la espalda. "Tres o cuatro discos intervertebrales se han derrumbado por completo. Ahora sólo mido 1.81, dos centímetros de altura menos que antes", explica. El objetivo es que Ullrich vuelva a poder protagonizar una foto como la del pasado otoño. Armstrong le llama una vez al mes para comprobar que todo va bien.
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