Ángeles Béjar, madre de Luis Rubiales presidente de la RFEF suspendido tras su polémico beso a Jenni Hermoso en la final del Mundial femenino, ha tenido que ser trasladada de urgencia al hospital de Motril tras sufrir una crisis de ansiedad.
El párroco, el padre Antonio, que permitió el encierro de madre y tía del presidente de la RFEF, ha sido quien ha comparecido ante los medios en la puerta de la iglesia de la Divina Pastora de Motril asegurando que Béjar "tuvo una crisis, se ha empezado a sentir mal y han tenido que venir a por ella los sanitarios".
La madre de Rubiales se encontró mal y el padre Antonio cree que "ha sido ahora por el calor y por todo. Tenía los pies hinchados y se encontraba cansada. También estaba nerviosa", ha dicho el religioso.
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Los médicos que han acudido hasta la iglesia la han sacado con claros síntomas de desfallecimiento, como ha informado el párroco, quien ha dicho que la "familia está al corriente" de lo sucecido y que "Rubiales ha hablado con ella por teléfono" para convencer a su madre de que tenía que ir al hospital.
Bejar, de 76 años, se encerró en la mañana de este lunes en la iglesia y se declaró en huelga de hambre hasta que se encuentre una solución a la "cacería, inhumana y sangrienta que están haciendo con mi hijo con algo que no se merece".
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El encierro en la iglesia del barrio de Capuchinos de Motril se hará "de manera indefinida, día y noche" hasta que se haga justicia con su hijo, según declaró a la agencia Efe la madre de Rubiales.
Tras tres días de encierro en la iglesia, la madre de Rubiales también ha declarado que no abortaría su huelga hasta que Hermoso dijera "la verdad" de lo sucecido con el beso y que "mantenga la versión que tuvo al principio de los hechos".
En unas declaraciones a El programa del verano, Béjar aseguró que se mantendría en huelga de hambre "hasta que mi cuerpo aguante, no me importa morir por la justicia porque mi hijo es una persona decente".
La tía de Rubiales, que acompañaba a la madre, ha sido relevada temporalmente por una hermana suya, al tener hoy una cita médica a la que no podía faltar.
La familia también ha asegurado que la huelga de hambre la está realizando sólo Ángeles Béjar, y sobre cómo han pasado esta segunda noche han puntualizado que tras la autorización del párroco han puesto un colchón en la sacristía donde han podido dormir con "la comodidad que permite esto".