Cada vez que compramos queso nos surgen dudas sobre la conveniencia de conservarlo en el frigorífico o mantenerlo fuera de él. Lo adecuado, según la opinión de los expertos, es dejarlo en un lugar en el que se reúnan una serie de condiciones que sean favorables para que nos aguante el mayor tiempo posible en las mejores condiciones. Para ello será necesario que sea un espacio fresco y seco, como puede ser la despensa. En ningún momento se contempla la posibilidad de la nevera.
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¿Cómo mantener en buen estado el queso?
Mucha gente piensa que si guardamos el queso en la nevera se conservará mejor, o incluso se podrá disfrutar de él durante más tiempo. Pero si lo mantenemos lejos del frigorífico conseguiremos que se endurezca más, que es lo que pretenden muchas personas.
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Ante eso, lo aconsejable es buscarle un sitio en la despensa, al aire o envuelto en un papel. Hasta hace unos años era habitual que en los hogares se mantuviera en una quesera, que era un recipiente pensado en exclusiva para este tipo de alimentos.
Es complicado que se mantengan las propiedades del queso durante mucho tiempo, sobre todo si has cortado un trozo y vas a tardar un tiempo en consumirlo. En ese caso, lo correcto sería echar un poco de aceite de oliva en la zona donde se haya producido el corte para que nos aguante más tiempo y se conserve jugoso.
No sólo cometemos errores a la hora de guardar el queso, también al envolverlo. Hay que evitar, en la medida de lo posible, que permanezca mucho tiempo envasado al vacío, ya que de esa forma lo único que conseguiremos es que no transpire. También debe descartarse otras alternativas empleadas como pueden ser el papel de aluminio o los tupper cerrados.
Hay que hacer lo posible para que el producto transpire y de esa manera permanezca en buen estado durante más tiempo. Lo mejor sería emplear papel microperforado, como el que se utiliza en las queserías. Como es lógico en casa no solemos contar con él, pero sí que se puede echar mano de papel de horno. Con él tenemos la posibilidad de envolver el queso y conseguir que quede en cierta medida holgado.
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A la hora de comerlo trataremos de sacarlo media hora antes de su consumo, sobre todo si te resistes y prefieres guardarlo en la nevera. Debe tener una temperatura ambiente para que le saquemos un mayor partido a su sabor.
Cómo deben conservarse los distintos tipos de quesos
La manera de conservación del queso dependerá en cierta medida también del tipo que sea. Hoy en día resulta complicado que una familia, por muy aficionada al queso, se haga con un queso entero. Por lo general suele adquirir en el supermercado o en la charcutería de confianza una cuña. De decantarnos por la primera opción, suelen venir envasados al vacío, por lo que una vez que lleguemos a casa los abriremos para que puedan transpirar.
Cuando se trate de queso curado, al igual que sucede con los embutidos naturales que se comercializan en una sola pieza, como puede ser el jamón o el chorizo, no es preciso guardarlos en el frigorífico para que se mantengan en buen estado. Ya de por sí suelen durar mucho tiempo, y además, seguro que en casa hay bastante gente que se ocupará de que no se vaya a estropear.
Trataremos de dejarlos fuera de la nevera para que no pierda su sabor ni sus propiedades naturales. No cuesta nada reservarles un hueco en la despensa o en algún armario de la cocina donde se escape de la humedad.
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Otra cosa bien distinta es la conservación que requieren otro tipo de quesos, como suelen ser los frescos. Dentro de este grupo se incluyen, por ejemplo, la mozzarella, el requesón y la ricotta. En su caso, será obligatorio meterlos en el frigorífico, ya que en cuestión de horas podrían ponerse en mal estado y sería imposible consumirlos.
Sí que existe cierto debate cuando se trata de la mozzarella. Algunos expertos explican que la fresca tiene un mejor sabor cuando se sirve a temperatura ambiente. De hecho, cocineros italianos dan una clave para sacarle el mayor partido posible. Para conseguir darle de nuevo el sabor original lo adecuado sería remojarla en leche salada tibia durante una hora. Con este gesto tan sencillo habremos conseguido devolverle su toque original.
Es cierto, que cuando se habla sobre el consumo de los quesos, siempre sale a relucir la temperatura con la que se deben comer. Lo ideal, para disfrutar mucho más de su sabor, es que se haga a temperatura ambiente. Por lo tanto, sí eres de los que lo guarda en la nevera debes sacarlo de ella unos minutos antes.
¿Se puede congelar el queso?
Hay cierto tipo de alimentos que nunca deben de congelarse, y entre ellos se encuentra el queso. Es cierto que no hay ningún inconveniente para meter en el congelador algunas clases. No obstante, no es lo más adecuado, ya que el proceso de congelación afectará al sabor.
Para no tener que verte obligado a hacer esto, sería preciso que no compres raciones excesivamente grandes, ya que con el paso del tiempo se irá secando y siempre puede aparecer el moho. Decántate por adquirir cuñas más pequeñas que te duren unos pocos días y así puedes comer el fresco mucho más rico, disfrutando de todo su sabor.