El nombre de Luisa Isabel Álvarez de Toledo, conocida como la duquesa roja, sigue copando el foco mediático 16 años después de su muerte. Ahora, porque su hijastra, Rosario Bermudo (71 años), ha sido obligada a llegar a un acuerdo con sus hermanos para cobrar la herencia. Pero hace tan sólo tres meses, porque su viuda, Liliane Dahlman (68), era condenada a seis meses de prisión por apropiación indebida de 278.000 euros.
Aunque es el último enfrentamiento entre los hijos de la duquesa roja contra Liliane, el caso se remonta a 16 años atrás. Fue en 2008 cuando los herederos de Luisa Álvarez de Toledo comenzaron a denunciar en los tribunales y de manera reiterada una serie de operaciones ilícitas ejecutadas por la alemana con el propósito de desheredarles.
Poco después se conocía que, inconforme con ello, Liliane Dahlman decidía recurrir la sentencia. Alegaba que la única persona que pudo disponer de los 278.000 euros fue Leoncio Alonso González de Gregorio (68), primogénito de la duquesa de Medina Sidonia. Su abogado explicaba que la alemana había renunciado a sus derechos con respecto a la cuenta conjunta que la aristócrata y ella tenían y que el único que pudo disponer de esos fondos era su vástago.
No obstante, cabe recordar que Dalhman también ha tenido poder en el vasto legado de la duquesa roja, como presidenta de la Fundación Casa de Medina Sidonia. Si cabe, la mayor herencia de Luisa Álvarez de Toledo en lo que a historia se refiere.
El objetivo de la organización, según indican en su web, es conservar y difundir los bienes que lo integran: el Palacio de los Guzmán, declarado en 1978 Bien de Interés Cultural, su patrimonio pictórico y mobiliario; su jardín trazado en 1541, así como su archivo histórico.
En cuanto al Palacio de los Guzmán, es un edificio de tres plantas ubicado en Sanlúcar de Barrameda que, por expreso deseo de Luisa Álvarez de Toledo, forma parte del patrimonio histórico artístico de la Fundación Casa de Medina Sidonia. Cuenta con un extenso patrimonio mobiliario, pinturas y esculturas, distribuidas por sus diversos salones y estancias.
Está abierto para hacer visitas guiadas, que llevan a cabo una serie de voluntarias que colaboran de manera desinteresada en la difusión del legado de la duquesa roja. Se llevan a cabo en grupos de cinco, los miércoles y domingos, mediante cita previa. Las entradas, de acuerdo con la información de la página web, tiene un valor de ocho euros por persona.
El mayor tesoro del Palacio es la tercera planta. Allí se encuentra el archivo general de la Fundación Casa de Medina Sidonia, formado por 6.318 expedientes que reúnen la documentación producida y recibida por diferentes titulares de las Casas que se han ido integrando en la de Medina Sidonia.
A mediados de 1956, Luisa Álvarez de Toledo inició el acondicionamiento del tercer piso del Palacio para convertirlo en el depósito. Así fue hasta 1960, cuando comenzaron las labores de descripción, organización y catalogación de los fondos. Según la Fundación de Casa de Medina Sidonia, "todos ellos de una riqueza y valor excepcional desde el punto de vista paleográfico, diplomático, filológico y archivístico".
El Palacio también sirve de alojamiento. Sus habitaciones, con una estética y mobiliario antiguo, propio de la historia de la Casa de Medina Sidonia, tienen un valor que oscila entre los 95 euros y los 150 euros por noche. "En nuestra hospedería, cada rincón está diseñado para que todos nuestros huéspedes se sientan como en casa", aseguran desde el apartado dedicado al alojamiento.
De elegirse como refugio, el Palacio de los Guzmán ofrece la opción de conocer otros de sus rincones. Alguno más comercial que otro. En concreto, cuenta con "acogedores salones", jardines y una cafetería con una variada propuesta de postres.
Según consta en su plataforma, la Fundación también organiza otro tipo de actividades, como coloquios y conferencias. Las últimas tuvieron lugar a finales del pasado abril y fueron presentadas por Liliane Dahlman, viuda de la duquesa roja.