"Crecí en un lugar llamado Alcobendas, donde esto [ganar un Oscar] no era un sueño muy realista", defendió Penélope Cruz (49 años) en el discurso tras obtener su primera y única estatuilla en la gala más importante del cine. Era el año 2009, ella tenía 34 años y, a pesar de convertirse, en la Mejor Actriz de Reparto seguía llevando por bandera su ciudad natal y la que le vio crecer.
Fue en el colegio concertado Juan XXIII de Alcobendas donde Cruz dio sus primeros pinitos en el mundo de la interpretación. Así lo recuerdan desde siempre sus profesores, convirtiéndola en el orgullo de la localidad y, en especial, del centro educativo.
El colegio no está atravesando ahora un buen momento. Debido a circunstancias económicas, el centro está en riesgo inminente de cierre. En unos meses, tal y como ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el lugar que vio crecer a los hermanos Cruz cerrará sus puertas para siempre y dejará a más de 300 niños sin colegio y a 38 profesores sin empleo si nada ni nadie antes lo impide.
El profesorado y familiares de los alumnos se están volcando por redes sociales para hacer llegar la noticia a la hija predilecta de Alcobendas. A pesar de que han pasado décadas desde que concluyeron sus estudios, el Juan XXIII de Alcobendas sigue llevando por bandera la formación que le dieron tanto a ella como a sus dos hermanos pequeños.
La familia escogió ese centro porque estaba cerca de su casa, próximo a la peluquería que tenía su madre, Encarna, y de la ferretería de su tío Manuel. Entre sus paredes, Penélope Cruz interpretó su primer papel, tal y como recordaron sus profesoras en 2009: "Fue el de Menciguela en la obra Las aceitunas. Y lo bordó. A los cuatro años ya soñaba con ser una actriz famosa".
Su pasión por la interpretación y el cine comenzó cuando era una niña. La actriz aprovechaba los ratos libres para disfrazarse, tanto en casa como en el colegio; "abría los armarios y cogía todos los vestidos" que encontraba a su paso, recordó su tío tras obtener su primer Oscar.
El pequeño gimnasio del Juan XXIII fue donde dio sus primeros pasos como intérprete y donde pasó largas horas ante la falta de patio en el que correr. Ahora todos esos recuerdos están a punto de apagarse para siempre. Tal y como ha podido confirmar EL ESPAÑOL, el colegió anunció a la Consejería de Educación la semana pasada la decisión de cerrar el centro, aunque esta clausura no se dará hasta que termine el curso.
Enrique Fuentes, portavoz de prensa de la Consejería, ha asegurado que trabajaron "mano a mano" con los familiares para "garantizar la escolarización de todos sus alumnos en otros centros cercanos. La intención es trasladarles a colegios públicos, aunque la decisión final será de las familias.
"Fui profe de tu hermano Eduardo unos años, en el Colegio Juan XXIII, en el día de hoy me confirman el tratamiento de mi cáncer, pero el dolor más grande es que me han contado que cierran el colegio...", escribe Jesús Sánchez, quien fuese maestro del pequeño de los Cruz.
La relación entre la familia y el colegio siempre ha sido muy estrecha. De hecho, tal y como ha podido saber este periódico, Mónica Cruz asistió al tanatorio cuando murió el antiguo director y fundador del centro.
Quienes conocieron a la laureada actriz en su niñez la recuerdan como alguien que "no pasaba desapercibida" y que mostraba siempre gran interés por todas las actividades. Sus profesores destacan que "sabía lo que le gustaba" y en aquellas asignaturas que eran de su interés sobresalía.