Madre de ocho hijos y exbailarina: así es Hannah Neeleman, la americana que compitió para Miss Mundo
La ganadora en su país, de 33 años, dio a luz un bebé tres semanas antes de presentarse a un premio internacional de mujeres casadas.
1 febrero, 2024 10:55"Todavía estoy sangrando un poco", comentaba Hannah Neeleman en un reportaje de The New York Times. Esta mujer de 33 años se refería así a las secuelas del nacimiento de su último bebé. Era el octavo. Y nacía tres semanas antes de una fecha clave: la ganadora de Miss América se presentaba al certamen internacional Mrs World, de donde se elige a la mejor modelo entre mujeres casadas. Ya no necesitaba pañales postparto, aclaraba, pero aún cargaba con los últimos coletazos del embarazo.
Según defendía, muchas mujeres de las que acudían a este concurso nacido en 1984 tenían hijos y eso no significaba "ninguna vergüenza". En lo único que le iba a afectar era en que no iba a tener "un estómago perfectamente plano", bromeaba. Neeleman, además de presumir de maternidad, atesora un pasado curioso: fue una bailarina formada en la escuela Juilliard de Nueva York y es una estrella de las redes sociales.
De ahí su apodo, Ballerina Farm. De su pasado artístico y de su vida en el campo, a unos 50 kilómetros de Salt Lake City, la capital de Utah. Su popularidad empezó en 2021. Entonces tenía poco más de 200.000 seguidores en Instagram. El 21 de enero, día del concurso, el número había subido a nueve millones. Ahora, Neeleman le muestra a su amplio público cómo ordeña a Tulip, su vaca, o cómo hornea pan de masa fermentada en una antigua estufa verde: la llama Agnes y la encontró en Craigslist, una web de segunda mano.
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Neeleman muestra una vida "saludable y bucólica", según definen en el rotativo estadounidense. Además, se introduce como fundadora y directora ejecutiva de Ballerina Farm. Un negocio que comparte con su prole y con su marido, Daniel. Como familia feliz, suelen copar los focos degustando los platos que cocina la madre o incluso en algunos post de discusiones familiares y pequeños problemas que entorpecen esa imagen idílica.
"Me gustaría que pudieras oler mi casa ahora mismo, ¡huele tan bien!", exclamaba en un video reciente en el que sostenía una bandeja humeante de patatas. Neeleman, tal y como analizan en el periódico norteamericano, congrega en su perfil el reflejo de la polarización del país: por un lado es una de las figuras más queridas y, por otro, ejerce de "pararrayos de las críticas".
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Los comentarios suelen acompañarse de dos dudas irresolubles: ¿Es esa madre dedicada a sus hijos y su granja o es alguien que utiliza las redes sociales para presionar por un retorno a los roles de género tradicionales? Neeleman no ha resuelto estos interrogantes, pero ha utilizado su popularidad. Hace poco protagonizó una publicidad de una gran empresa de mensajería y ha lanzado una línea de alimentos propia con cruasanes y objetos como un delantal a cuadros o un juego de platos esmaltados.
Sus seguidores -que incluyen a los actores Jennifer Garner y Hilary Duff- son leales. Devoran sus historias bebiendo leche cruda o apoyan fielmente lo que catalogan como tradwife, abreviatura en inglés de "esposa tradicional". "Creo que la misión de cada uno es diferente. Encuentro mucha alegría y satisfacción al estar con mis hijos", defendía ella en conversación con The New York Times.
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Otras de las valoraciones punzantes se dirigen a la fortuna de su marido. Su padre es David Neeleman, fundador de varias aerolíneas (entre ellas JetBlue). Por eso, la acusan de esconder a trabajadores que se encargan de los niños o de sus propiedades. Ella ha indicado que no tiene niñeras habitualmente, pero sí empleados agrícolas, un asistente personal, una cuidadora para salidas nocturnas y una maestra para educar en casa a cinco de sus hijos.
Además, Neeleman pertenece a la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Una fe a la que alude ocasionalmente, sin convertir sus publicaciones en algo religioso. Tampoco opina sobre candidatos políticos ni sobre la actualidad. Su trabajo en TikTok e Instagram se caracteriza por su actitud positiva, de mujer dispuesta a ensuciarse en un lodazal y luego participar en un concurso de belleza.
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La única mención a sus creencias fue cuando se planteó ir o no al certamen. Ella y su marido rezaron para obtener la llamada: "Mi marido dijo: 'Dios, hazle saber a Hannah lo que tiene que hacer'. O hazle saber que está bien no ir, o dale la fuerza y la curación para llegar allí", explicaba la modelo. Después de tomar la decisión, tuvo a su hijo. Y se unió a otras 37 concursantes en una ronda preliminar en Las Vegas.
Preguntada por el jurado en las rondas previas a la final, Neeleman hizo un alegato de su maternidad. No pasó más etapas, pero soltó unas palabras que resumen su figura y la han erigido como un icono: "Después de sostener al bebé recién nacido en mis brazos, la sensación de maternidad y de traerlos a la tierra es el sentimiento más empoderador que jamás haya sentido".