El único hombre que ha sido fiel a María Jiménez hasta su último aliento ha sido su hijo, Alejandro Jiménez, nacido el 16 de febrero de 1983. El pequeño también fue la única bendición que trajo los diferentes matrimonios de la cantante con Pepe Sancho, con quien se casaría por primera vez el 1 de junio de 1980. Era una de las parejas más populares y su enlace en Sevilla congregó a 3.500 invitados. Ella había lanzado con un grandísimo éxito Se acabó (1978) y él había dado vida a El Estudiante en Curro Jiménez (1976-1978), una de las series con más audiencia de la época.
María recordaba que el parto había sido difícil. Aquel pequeñín de tez morena y cabello negro azabache era un calco a su padre. De cara a la galería parecía que la familia protagonizaba un cuento de hadas, pero nada más lejos de la realidad, ya que un año después del nacimiento de su único vástago, la pareja decidió separarse. El niño se quedó bajo la tutela de su madre mientras Pepe se dedicaba a sus dos aficiones favoritas, actuar y estar con mujeres.
A diferencia de otros hijos de famosos, Alejandro tuvo una infancia muy tranquila. Los fotógrafos no estaban tan pendiente de él, lo que permitió que fuera desarrollándose con normalidad. Pero algo trágico, negro y doloroso ocurrió el 7 de enero de 1985 cuando su hija María del Rocío falleció con 16 años en accidente de coche. Ni el amor profundo que sentía hacia Alejandro evitó que se ahogara en una depresión tremenda. A pesar de que Pepe había sido posesivo, celoso y bastante infiel, la artista sevillana buscó refugio en sus brazos. Necesitaba consuelo. En febrero de 1987, mientras Pepe rodaba El Dorado, María se presentó por sorpresa con su retoño de tres años y decidieron casarse por lo civil.
No fueron momentos fáciles. La Jiménez protegía tanto a su retoño que incluso llegó a sacarle de la escuela para que siguiera sus estudios en casa con tutores privados. No quería separarse de él. El luto estaba siendo una tortura y tenía miedo de perder también a su único descendiente. Alejandro nunca fue un niño conflictivo. Tuvo que vivir momentos dantescos entre sus padres. La adolescencia de Alejandro se desarrollaba entre las broncas, los insultos y los maltratos físicos de sus progenitores. No podía hacer nada. Sentía miedo.
Siendo muy joven, y sin ser plenamente consciente de ello, Alejandro empezó a tomar partido por su madre quien no solo seguía profundamente deprimida tras el fallecimiento de su hija, sino que la industria discográfica se había olvidado de ella. Él intentó apoyarla de la mejor manera posible. Era una persona muy cariñosa que siempre le daba besos y abrazos para insuflar energía a la intérprete de Se acabó. Como sus padres no tuvieron la educación que a ellos les hubiera gustado, a él le matricularon en colegios de pago para que se formara debidamente.
La discreción siempre ha formado parte en la vida de Alejandro quien, a punto de cumplir 40 años, decidió romper esa máxima sentándose en Sálvame Deluxe para contar los pormenores de la demoníaca relación de sus progenitores. "Soñaba con matar a golpes a mi padre", confesaba mientras dejaba atónitos a todos. "Eran dos caracteres muy complicados, dos trenes que chocan y es desagradable. Estaba todo el día apagando hogueras en casa", puntualizaba en otro momento de la entrevista.
El hijo de María y Pepe se convirtió en adulto antes de tiempo. Tenía que proteger en lo personal. Verla tan triste le rompía el corazón. Ambos mantenían conversaciones interminables hasta altas horas de la madrugada en la que los besos, los abrazos y las caricias se alternaban constantemente. También la apoyaba en el ámbito profesional, no solo en la música, sino cuando decidió reconvertirse en pintora.
Muestra del amor que se profesaban son las imágenes publicadas en 2006 durante la exposición de sus obras en Sevilla y en los últimos meses con la colección de arte digital o NFT. Compartían momentos sagrados en la vida de María, como la Romería de El Rocío y numerosas fiestas de cumpleaños.
En 2012, Alejandro conoció en Londres a Danae, con quien sigue felizmente unido en la actualidad. Al principio, la joven no era consciente de la mala relación que existía entre padre e hijo, pero en cuanto se enteró del asunto intentó mediar para que se reconciliaran ya que unilateralmente el actor decidió cortar todo vínculo existente en 2004. ¿El motivo? Después de que sus progenitores se las ingeniaran para que su hijo declarase en contra del otro a raíz de la denuncia por malos tratos que interpuso María, finalmente Alejandro se puso del lado de su progenitora. Aquellas intentonas por acercar posturas no llegaron a realizarse ya que en 2013 el protagonista de Los lobos de Washington (1999) falleció a causa de un cáncer.
En sus memorias Calla canalla (2002), María escribió que su ex marido era "un asesino cobarde que no tuvo huevos para matarme de una vez e intenta hacerlo, poco a poco, volviéndome loca para que sea yo la que me quite de en medio". Las descripciones que hacía la artista sevillana eran de pesadilla.
Su hijo se pronunciaba poco, pero aquella discreción de la que había hecho gala la rompía sentándose en el programa de Telecinco el pasado mes de enero. Destacó que "fue en la presentación del disco de Sabina. Volvimos al piso de Gran Vía con unas copas y tuvimos una de esas conversaciones entre madre e hijo. Pensé 'a esta mujer no le puedo mentir, tengo que quitarle la venda’ y le dije 'mamá, tienes motivos para sentirte mal y estar celosa. Estás mosca con razón, hay otra y yo los he pillado dos veces". Uno de los momentos más duros que relató fue cuando "después de una pelea vi la sangre de mi madre. Fue ahí donde ella puso freno y dijo: 'Ya no me pegas más'".
Llegó a testificar en dos ocasiones. Finalmente, el juez falló a favor de María. "Yo me sentí en aquel momento como que le había delatado", admitía en referencia a su padre, y añadió que "tengo más sentimiento de odio hacia él por el rechazo que me ha hecho a mí. Siempre quise tener una buena relación con él y poder tomarme una cerveza. No ha sido así. Tan mal lo pasó que en la actualidad sigue teniendo pesadillas, su padre se le aparece en sueños y se siente traumatizado.
Danae y Alejandro le dieron a María los dos regalos más bellos que le podían otorgar, dos preciosos nietos. En agosto de 2016 nació Julia que desde el primer momento se convirtió en el juguetito de la abuela, la personita que más alegrías le estaba dando. Por ello no dudó en trasladarse desde su casa de Chiclana de la Frontera (Cádiz) a Toledo, donde vivían los felices papás. Unos años después, fue abuela de un nieto, de quien se desconoce el nombre y junto al que acudió el año pasado durante la presentación de la Fundación María Jiménez.
Danae y Alejandro no cesan de mostrar su amor en público, aunque los paparazzi no les capten. En el Instagram oficial de María Jiménez se les puede ver cariñosos con el carrito de bebé de su hijo bajo uno de los puentes en Triana en Sevilla. Con todo lo sucedido, Alejandro siempre ha admitido que "mis padres me han enseñado a tener humildad y a hacer las cosas con educación". Desde luego, escándalos no ha tenido.