Ingresado en el Hospital Ruber Internacional desde el pasado sábado, 1 de julio, tras contagiarse por segunda vez de Covid-19, el escritor Mario Vargas Llosa (87 años) evoluciona favorablemente. Este miércoles trascendía la noticia de que el prestigioso premio Nobel está estable y se encuentra en una suite con el constante apoyo de su familia. Vargas Llosa podría recibir el alta en los próximos días, si todo sigue como hasta ahora.
Confirmando estas buenas noticias, su hijo Gonzalo Vargas Llosa ha atendido esta mañana a los micrófonos de Europa Press antes de acudir a la clínica para visitar a su padre y, con una sonrisa de alivio, ha respondido a los medios sobre cómo está el escritor.
Lo más llamativo es que al ser preguntado por Isabel Preysler (72), Gonzalo ha sido tajante y ha reconocido que la socialité, con quien su padre mantuvo una relación de ocho años, no ha llamado para interesarse por su estado de salud, pese a lo preocupantes que eran la información sobre la salud de Mario en los primeros momentos.
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"Está estable felizmente, pero bueno, todavía un poco delicado así que está todavía en el hospital", ha explicado Gonzalo, confesando que, tanto la familia Vargas Llosa como los médicos que le están tratando, "somos optimistas y esperamos que dentro de unos días ya le den el alta y pueda regresar a casa".
Aunque todavía desconocen la fecha en la que se le pueda ver salir del hospital, Gonzalo Vargas Llosa sí ha querido aclarar que aunque su padre está aislado, tanto su madre como sus hermanos "podemos estar en un espacio muy cerquita de donde está él".
"Le podemos ver y a través de una ventana podemos tener contacto con él. Estamos toda la familia y nos estamos turnando para que siempre haya alguien con él" asegura, tranquilizando respecto al estado del escritor, que a causa de su avanzada edad no deja de ser un paciente de riesgo a pesar de sus buenas condiciones físicas.
Un gran susto en el que, como desvela, han recibido "el apoyo de centenares de personas que nos han escrito y han llamado para solidarizarse con él y con la familia, y para preguntar por su estado de salud". "La verdad que muy emocionante", afirma.
Sin embargo, entre las numerosas muestras de cariño que han recibido desde que Mario Vargas Llosa ingresara en el hospital no está la de Isabel Preysler, como ha revelado con sinceridad sin nombrar a la madre de la marquesa de Griñón: "Mira, como te decía hemos recibido centenares de llamadas y mensajes. Yo no he visto ninguno de la persona que usted menciona, pero sí de muchísima gente y eso de verdad que ha sido muy conmovedor para nosotros".