Ellos no eran los protagonistas, pero inevitablemente se convirtieron en el foco de atención. Paloma Cuevas (50 años) y Luis Miguel (53) aparecían por primera vez en un acto social, después de más de un año de discreta relación que ninguno de los dos ha confirmado con palabras. La pareja ha viajado a París para acudir a la boda de Daniel, el hijo de Rosa Clará, con Anne-Marie Colling, que se celebra este sábado 3 de junio a los cinco de la tarde. Un día antes, el viernes 2, tuvo lugar la fiesta prenupcial a la que ellos, por supuesto, no faltaron.
Los anfitriones habían preparado una noche mágica en un barco que navegó por el Sena, con cena, música, baile... ¡No faltó de nada! Era una ocasión perfecta para ver a Paloma y al cantante mexicano como novios oficiales, sin embargo, ellos hicieron todo lo posible para que no se pudieran captar imágenes de ambos juntos en ningún momento.
Llegaron por separado. Luis Miguel fue el primero en aparecer, vestido con un traje negro y sin quitarse en ningún momento las gafas de sol. Ella lo hacía después y era recibida por su gran amiga Rosa Clará, con quien lleva años colaborando y diseñando colecciones de moda para su firma. Fue uno de estos vestidos el que eligió para tan especial ocasión: negro, con transparencias, aplicaciones y volantes. También estaba presente Boris Izaguirre (57). El mexicano ya se encontraba en el barco, en la parte superior.
No fue posible captar ni una sola imagen de ellos, tampoco durante la fiesta, porque, curiosamente, no se juntaron en ningún momento. Al menos no en exteriores, conscientes de que las cámaras apostadas a lo largo del río podrían fotografiarles con sus teleobjetivos. En el interior de la embarcación, resguardados de ojos indiscretos, seguramente sí compartieron momentos en pareja.
Después de disfrutar junto a los novios y el resto de los invitados de una noche muy especial, en la que el artista cantó uno de sus temas, abandonaron el lugar también por separado, ya de madrugada. El intérprete de La Bikina salió muy sonriente y saludó a los medios con naturalidad. Por su parte, Paloma Cuevas, cercana y amable como siempre, no dudó en posar con Rosa Clará con la torre Eiffel de fondo.
La pareja, tal y como adelantó Vanitatis, había viajado a la capital francesa el miércoles 31 de mayo en el avión privado de él, siempre buscando la discreción. Desde que comenzaron su noviazgo han tratado de mantener su privacidad al máximo y, aunque se han captado algunas imágenes cariñosas entre ellos, de momento prefieren seguir con la misma actitud. Al contrario que su exmarido, Enrique Ponce (51) y Ana Soria (25) que han expuesto su amor en una reciente entrevista televisada, algo que ha molestado y mucho a Paloma.