"Sabes cuál es la postura de Paloma Cuevas (50 años) desde siempre, pero, vamos, no ha gustado nada. Esa es la realidad", confía a EL ESPAÑOL una fuente de total solvencia, cercana a la diseñadora, acerca de su reacción a la entrevista que concedieron en televisión Enrique Ponce (51) y Ana Soria (25). En la familia Cuevas hay malestar y "disgusto", según se hace constar.
No sólo habla la fuente por lo que conoce a la exmujer del diestro de Chiva, sino también se hace extensible ese conocimiento a su familia. Muy en concreto, a su padre, el legendario torero Victoriano Valencia (89). Para él, Ponce no sólo fue su yerno adorado, ni ejerció de su apoderado: siempre lo vio como a un hijo. A un segundo hijo, por eso no puede disimular el "dolor" ante esta última exposición, que se tilda de "innecesaria".
Se matiza, hasta por dos vías diferentes, que ni Paloma ni su familia vieron la entrevista de Enrique y Ana con Pablo Motos (57). Ni en directo ni después, pero no hizo falta. Le han llegado "retazos" y un buen amigo de Victoriano sostiene al otro lado de la línea: "Hombre, dentro de que no ha gustado nada, de cabo a rabo, cuando habla de su carrera como torero... ¿ni una mención a Victoriano? Cuando le debe tanto".
Y se añade: "Victoriano fue clave en la carrera de Enrique y ha sido un hombre que le he dado grandes consejos. Lo cogió siendo un crío -Ponce-". Conviene subrayar que Victoriano fue el hombre fiel que acompañaba a Ponce en sus periplos taurinos tanto en España como en Francia o en las giras latinoamericanas, y quien "daba el parte a su hija Paloma" de cómo había ido la jornada.
Pero esos detalles, se indica, son nimios e incluso frívolos. Hay otros aspectos más serios que han provocado desasosiego. Se entiende que Enrique Ponce ha reaparecido en televisión en un momento en que todo estaba calmado y tranquilo; las aguas bajaban más templadas.
El malestar de Paloma no vendría por ella misma, pues "ya pasó el duelo y ahora está viviendo un dulce momento, pero es como reabrir heridas y revolver los sentimientos". Los sentimientos no sólo de los adultos, sino también de otras personas que, indirectamente, pasan por otro trance -doloroso- similar al de aquel pandémico 2020. "Hoy en día con los teléfonos te llega de todo. Es muy difícil de controlar".
En otro orden de cosas, Paloma Cuevas continúa viviendo su particular historia de amor con el cantante internacional Luis Miguel (52). Ese es su presente y, espera, su futuro. Forman una de las relaciones sentimentales que mayor interés despierta en el papel couché patrio y allende los mares.
Desde que el pasado año 2022, en julio, se desvelara su romance -nunca confirmado directamente por los protagonistas-, Paloma y Luis Miguel han sido fotografiados en diferentes viajes románticos y su amor se consolida día a día y a golpe de rotundos gestos -a falta de palabras-. Una solidez en su amor que, el pasado mes de abril, adquirió otro cariz cuando se informó de que Luis Miguel ya tenía casa en Madrid.
En concreto, en la exclusiva urbanización La Finca. Cabe recordar que EL ESPAÑOL publicó el pasado 4 de marzo que el intérprete estaba buscando residencia en la capital de España.
El Sol de México, finalmente, ya tiene domicilio. El inmueble que ha conquistado a Luis Miguel está valorado en 12 millones de euros, tiene helipuerto y una gran seguridad, extremo que preocupa muy mucho al cantante de La chica del bikini azul. Luis Miguel estaría viviendo, eso sí, en régimen de alquiler. El artista ha sido fotografiado con Paloma Cuevas en la urbanización.
El amor de Enrique
"Ana es la mujer de la que estoy enamorado locamente, pero por muchísimas cualidades humanas que ella tiene. Podría estar enumerándolas aquí, pero para mí sobresale el corazón tan grande que tiene, lo buenísima persona que es de verdad", fueron las primeras palabras de Enrique Ponce en el plató de Antena 3, nada más sentarse frente a Pablo Motos.
Seguidamente, añadió que la joven "siempre está más preocupada por los demás que por ella misma. Y luego, también es muy fuerte, tiene una gran fortaleza, porque ha sabido soportar muy bien, como todos sabemos, las injurias y calumnias de alguna gente que la ha juzgado sin conocerla por haberse enamorado de mí. La verdad es que todavía te quiero más -dirigiéndose a ella-".
Por su parte, Ana Soria desveló la parte menos agradable de la fama: "Desde que me enamoro de él paso a ser alguien conocido, pero sin que la gente sepa cómo soy. He aguantado mucho, los dos, llevamos tres años aguantando cosas, escuchando cosas que no son justas, que duelen. Somos personas con corazón, tenía ganas de que la gente vea que soy una chica normal, con sentimientos y ya está. Que puedan conocerme de lo que ha salido de mi boca, y nos parecía el sitio ideal".
En esa entrevista, Ponce habría cometido un grave desliz a la hora de dar detalles de cómo conoció a Ana Soria: "Fui a torear a Almería, y estando allí en el callejón, la vi en el tendido, sentada". Preguntó a un amigo si la conocía y éste le dio su nombre. "La busqué por Instagram y la encontré", agregó. También aseguró que conocerla le dio tanta suerte que cortó "cuatro orejas" esa tarde.
Rápidamente, los más avezados de las redes sociales rescataron que fue en agosto de 2017 cuando Enrique consiguió esa hazaña de cortar cuatro orejas. ¿Se conocieron en realidad Enrique y Ana en 2017?