Cada vez que Boris Izaguirre (57 años) aparece en un evento social hay un antes y un después. Impregnado de una cultura y unos ademanes exquisitos, el venezolano calcula perfectamente cómo meterse a la gente en el bolsillo. Tiene las palabras acertadas, los gestos están estudiados, las emociones controladas y, sobre todo, sabe controlar muy bien los tiempos.
Esto último lo hace a la perfección la que siempre ha sido su gran amiga Isabel Preysler (72), a quien le ha unido una íntima amistad hasta la diferencia que protagonizó el escritor con Tamara Falcó (41). La marquesa, de momento, sigue sin hablarle.
Boris ha acudido a su adorada Barcelona para ejercer un nuevo papel en la fiesta organizada por el Gremio de Restauración de Barcelona: el de pregonero de Santa Eulàlia, la copatrona de la ciudad condal. En este sarao de alto nivel se han mezclado actores, políticos, presentadores o chefs.
Al evento han acudido Juanjo Puigcorbé (67), su esposa, Lola Marceli (55), la alcaldesa de la ciudad Ada Colau (49), Enrique del Pozo (65), Lita Claver La Maña (78), el padre Apeles (56) u Octavi Pujades (48), entre otros.
Boris se ha metido en el bolsillo a todos los asistentes a La Paloma, la sala de baile más antigua de Europa. "Llevamos juntos 30 años", ha asegurado a Boris, con contenida emoción, durante su entrevista con EL ESPAÑOL, sobre su historia de amor con Rubén, su marido.
En un acto de estas características, donde la comida es la protagonista, ¿cómo son esas meriendas en casa de Isabel Preysler?
Extraordinarias. La mejor comida en la mejor compañía. Isabel en una época decía que se hablaba de todo sin tabú. Como bien ha dicho su primer marido, Julio Iglesias (79) en estos días, es una mujer fantástica, única e irrepetible. Es irrepetible. No habrá nadie como Isabel Preysler. No es que siga siendo la reina (de corazones), es que es la reina. Y como tal, es extraordinaria. Es mejor que cualquier otra reina.
¿Cómo está viviendo todos los ataques que Isabel está recibiendo en las últimas semanas?
Son muy injustos. Me gustaría atenerme a las palabras de Julio Iglesias, que realmente hemos llegado a un punto donde él ha tenido que intervenir. Isabel no necesita a nadie que la defienda porque se defiende muy bien ella sola, está muy acostumbrada a eso. Pero en este momento me parece que se han pasado muchísimo de la raya y son completamente injustos.
Le han tachado de fría, calculadora…
No es ni fría, ni calculadora. A la vista está cómo ha sido su vida. Es imposible que se pueda decir que su vida ha sido calculada. Ha sido una gran vida con hechos extraordinarios porque es muy apasionada y disciplinada.
Como la comida une, ¿para cuándo la reconciliación con Tamara?
En breve, en breve. Espero que sea pronto. (La invitación de boda está en suspenso).
Ha comentado que su marido está algo enfadado porque no supo transmitir bien lo mucho que le quería durante su entrevista con Gemma Nierga en Café d’Idees, ¿tanto le cuesta mostrar palabras el amor?
Es verdad. Me siendo algo culpable. Pero lo importante del amor es darlo y no dejar de darlo. Sin embargo, parece que Rubén no lo entendió así cuando lo vio. Está un poco como molesto por esta intervención, y pensé que en este acto lo podía solucionar, pero parece que lo he empeorado (sonríe).
¿Con qué nos va a sorprender a nivel laboral?
Con una zarzuela que se estrena el 29 de abril en el Teatro de la Zarzuela, para la que he escrito el libreto. La música es de Lucas Vidal. Se llama Trato de favor. Entramos en ensayos el 27 de marzo. Llevamos años esperando, pero al final ya va a ser.
¿Qué coeficiente intelectual tiene?
(Sonríe) No lo sé, nunca me lo he medido. Para mí siempre ha sido muy importante el teatro como espectador y he anhelado toda mi vida escribir teatro. Y creo que a partir de esta zarzuela he conseguido ese deseo.
¿Cómo ve la lucha entre el catalán y el castellano en esta ciudad? Sobre todo, la persecución por parte de la Plataforma per la Llengua en colegios, restaurantes, consultorios médicos…
Lo grande de esta ciudad es que te enseña perfectamente a convivir con todo, no sólo con el castellano y el catalán, sino toda la infinidad de idiomas que han venido con la inmigración. Esto forma parte del espíritu de esta ciudad y espero que no lo pierda ni la obliguen a perderlo.
Prácticamente nació como personaje en Barcelona con Crónicas Marcianas y ha destacado la figura de Terenci Moix…
No se puede olvidar a Terenci porque ha sido uno de los escritores más fascinantes que ha habido. Su inteligencia atravesaba fronteras. Todavía recuerdo una reflexión que me hizo: "Claro que existe la alta cultura y la baja cultura, pero nosotros podemos ser un ascensor para mantenerlas unidas". Pertenezco a esa generación a la que llamo el puente aéreo, porque en aquella época vivíamos entre Madrid y Barcelona. A Crónicas le debo muchísimo.