Este verano de 2022 es el primero que Iñaki Urdangarin (54 años) y su hasta ahora esposa, la infanta Cristina (57), viven por separado tras la interrupción de su matrimonio, anunciada el pasado mes de enero. Por su parte, la Infanta está viviendo este período estival en soltería y arropada por su familia. En cambio, el exduque de Palma continúa su historia de amor con Ainhoa Armentia (43).
Hace unas semanas, EL ESPAÑOL informó del "distanciamiento" que vivieron Iñaki y Ainhoa. Una suerte de crisis que supieron solventar a tiempo y vieron la luz unas fotografías de ambos paseando por las playas de Bidart, la localidad francesa donde Urdangarin y la hija de Juan Carlos I (84) han veraneado durante años junto a sus hijos. Hoy, el escenario es otro y podría convertirse en incómodo, teniendo en cuenta las intenciones de la infanta Cristina.
Tal y como ha podido confirmar este periódico, tras el avance de Vanitatis, Cristina de Borbón tiene la firme intención de visitar Bidart este mes de agosto. "Se pasará por Bidart unos días tras Mallorca para ver a amigos y a Claire (86), la madre de Iñaki, con la que se lleva estupendamente", informa una fuente de total solvencia. Eso sí, el todavía matrimonio a efectos legales no se verá; se 'evitará'.
"Está todo cuadrado para que se vaya uno y llegue el otro", se añade. Con este viaje no se detienen los planes de verano de la hermana de Elena de Borbón (58), como ha podido conocer en exclusiva este medio: "Cristina tiene previsto pasar en Bidart dos o tres días como mucho, algo muy exprés, y luego pondrá rumbo a Abu Dabi con Elena para ver al padre, que llevan sin verlo desde su visita a España".
En lo que respecta al exjugador de balonmano, se desliza a este periódico que este mes de agosto, tras su viaje a Estados Unidos para asistir a la boda de su sobrino -"Ainhoa no lo acompañará"-, pondrá tierra de por medio y "se escapará lejos unos días" con su pareja sentimental. Se desconoce si los acompañarán los hijos de ambos u optarán por un plan más romántico.
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Este periódico ha podido confirmar, además, que la pareja no está viviendo aún en la casa que, como adelantó EL ESPAÑOL, alquilaron, y dieron señal, en una de las urbanizaciones más selectas de la ciudad de Vitoria. "Cada uno vive con su familia, aún nada", se confía a este medio. El hecho de no vivir juntos de momento sería una decisión que tomaron Iñaki y Ainhoa de forma conjunta: hacer las cosas poco a poco, gradualmente y con calma.
Aclara la persona con la que se habla que "no es verdad", como se ha publicado, que la madre de Iñaki y Ainhoa no tengan relación: "Tienen la relación que tienen que tener, se conocen y hay cordialidad". Eso sí, no es comparable en modo alguno al vínculo que existe entre Claire y la infanta Cristina.
Para terminar, se explica que Iñaki y Cristina están atravesando un momento bueno tras la tempestad: "Los hijos han tenido mucho que ver y han templado gaitas. No se llaman ni son amigos ni nada de eso, pero hay más fluidez".
Un pacto y la nueva Cristina
Hace unas semanas, cuando EL ESPAÑOL informó que Iñaki y Ainhoa estaban sufriendo un distanciamiento en su historia, una fuente experta en Casa Real arrojó algo más de luz: "Hay que analizar bien los movimientos. Desde que él se reunió por última vez con Cristina en Barcelona, no hubo más fotos con Ainhoa y sí se volcó Iñaki como padre". De este modo, se confirmaría la suerte de 'pacto de no agresión' que firmó el exmatrimonio por el bien de sus hijos en común y en aras de la cordialidad.
Cristina de Borbón vive un período de sosiego y felicidad que se refleja en su rostro. A mediados del mes de julio, acudió a un encuentro sobre empresas multilatinas en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander, en su cargo de directora del área de internacional de la Fundación La Caixa. Allí, se la vio más sonriente que nunca y visiblemente más delgada y rejuvenecida.
Vestida con unos pantalones tipo sastre de lino en color tierra, un top a juego con bordados de aire étnico, una americana blanca y unas cuñas de esparto, Cristina de Borbón repartía apretones de manos y sonrisas entre los asistentes a esta reunión. Se la veía desprendiendo un aire renovado y rebosante de felicidad.
Aunque ha pasado unos meses alejada de todo, superando el duro golpe que supuso la infidelidad pública de su marido, poco a poco se ha ido recuperando. Ya lo anunciaba Konstantin de Bulgaria (52) tras coincidir con ella en la boda de Mafalda (27) en mayo: "Cristina estaba muy bien, muy bien, tranquila y cómoda". Un mes y medio después, se ha comprobado con esta última aparición que sigue en la misma línea y que afronta con positividad y ganas su primer verano como soltera.