El pasado fin de semana se celebraba el enlace de Álvaro Castillejo (36 años) y una de las invitadas estrella fue curiosamente la que menos se dejó ver, escabulléndose de la prensa y sin compartir ninguno de los momentos del día en sus redes sociales. Su actitud tiene una razón de ser: Tamara Falcó (40) es la joya más cotizada de las bodas familiares en las que hay exclusiva de por medio, ya que su presencia ayuda a revalorizar la portada pactada por los novios.
Esto explicaría el hecho de que la marquesa de Griñón no entrara en el templo por la puerta principal, como sí hicieron su madre, Isabel Preysler (71), que ejerció de madrina, y su hermana, Ana Boyer (33), del brazo de Fernando Verdasco (38), así como el resto de los invitados. Ella, sin embargo, no se dejó ver y accedió a la iglesia por la parte de atrás huyendo de los medios. Una actitud extraña.
Terminada la ceremonia, volvía a hacer lo mismo y trataba de escabullirse por todos los medios. Sin embargo, pese a que su novio la esperaba en el coche para desplazarse al banquete, no pudo evitar ser captada fugazmente, algo con lo que se mostró muy incómoda.
[Isabel Preysler, una madrina radiante en la boda de su sobrino Álvaro Castillejo]
Después de esta pillada, Íñigo se animaba a subir una foto de ambos a sus stories de Instagram en la que se podía ver parte del vestido de su chica. Sin embargo, esta ha sido la única imagen, porque Tamara no aparece en ninguna de las fotos que se han visto públicamente de la boda hasta ahora, redes sociales incluidas.
Es lo mismo que sucedió hace unos meses con el enlace de Álvaro Falcó (38), en el que, de nuevo, Tamara era el secreto mejor guardado de la exclusiva y había que esperar hasta la publicación del reportaje para verla posando con los novios y luciendo su cotizado estilismo de invitada. En esta ocasión la historia se repite, aunque, si no decide cambiarse de ropa para las fotos oficiales, ya se sabe de quién es el diseño que eligió para el "sí, quiero" de su primo favorito y que tiene una curiosa coincidencia.
Se trata de un vestido de la firma Zimmerman cuyo precio ronda los 1.100 euros, confeccionado en lino, con diferentes estampados tipo patchwork. Aunque en la imagen que compartió Onieva no se podía contemplar la prenda completa, sólo hay que bucear en el Instagram de otra famosa para poder hacerlo. Carmen Lomana (73) elegía el mismo diseño a mediados de junio para asistir a un evento de la firma celebrado en Madrid.
El resto de los accesorios del estilismo de Tamara se desconocen, aunque sí han trascendido otros detalles de la boda. En la celebración, que tuvo lugar en Trocadero Sotogrande, actuó el grupo Cosita Wena y Vicky Martín Berrocal (49) se arrancó a cantar con ellos. También se vio a la propia marquesa de Griñón bailando en algunos de los stories de los invitados, rodeada de gente. Entre los obsequios que se les entregaron a los asistentes, un kit de belleza de la firma Swiss Perfection, con varios productos de lujo para el cuidado de la piel.