El 6 de julio de 2020 es una fecha marcada en la vida de Paloma Cuevas (49 años). Aquel lunes de verano, la socialité y Enrique Ponce (49) confirmaron a través de un comunicado que su relación había llegado a su fin después de 24 años de matrimonio. La noticia ya llevaba varios días circulando en los medios, pero no había sido corroborada por la expareja. Desde ese momento, ambos se convirtieron en los protagonistas de la prensa rosa y, con el fin de descubrir los detalles de su nueva vida, cada uno de sus movimientos comenzaron a ser analizados al detalle.
Seguir la pista del diestro fue mucho más fácil. El mismo día que la expareja emitió el comunicado, Enrique Ponce llamó a Sálvame y, en un intento de acabar con los rumores en su nombre, confirmó que estaba ilusionado con una joven, llamada Ana Soria (22), a la que había conocido meses atrás.
A partir de allí, el torero y la estudiante de Derecho no se escondieron más. Sin temor al que dirán se dejaron ver públicamente y empezaron a aparecer juntos en las redes sociales. A través de sus perfiles de Instagram presumieron de su amor y se intercambiaron un sinfín de mensajes de cariño que no hicieron más que confirmar que su relación marchaba a la perfección. Así ocurrió hasta los últimos días del pasado mes de mayo y los primeros de junio, cuando ambos decidieron desaparecer de la web 2.0, borrando sus respectivas cuentas personales. Primero lo hizo Ponce y después Ana.
En todo este tiempo, Paloma Cuevas ha llevado su separación con absoluta discreción. Aunque ha ofrecido alguna declaración a la revista ¡HOLA! y se ha mantenido activa en las redes sociales, su perfil de Instagram ha sido cuidado al milímetro. La socialité se ha encargado de proteger su imagen, recurriendo a una estrategia que le ha sido efectiva.
Las únicas fotografías visibles en la cuenta de Paloma Cuevas son aquellas que ella misma ha decidido publicar. La exmujer de Enrique Ponce, que supera los 162.000 seguidores, ha vetado al resto de usuarios de poner un tag en su nombre. Por ello, en la sección de 'etiquetas' de Instagram, no figura ningún post. Para llevar a cabo este plan, la socialité solo ha tenido que modificar las condiciones de privacidad de su perfil. En concreto, el apartado que la red social denominado 'Fotos en las que apareces'.
Pero más allá de tener el control de las fotografías que se hacen en su nombre, Paloma Cuevas es muy estricta con el resto de detalles de su perfil de Instagram. Suele compartir imágenes personales y con su círculo más allegado, que únicamente da a entender que es una persona cercana y familiar. Muchas de estas instantáneas no son actuales y datan de hace varios años atrás.
Tanto en el feed como en los stories, Paloma Cuevas también es muy cuidadosa con desvelar detalles de su entorno. Si bien ha hecho público algunos establecimientos que visita o lugares a los que viaja, a diferencia de otras personalidades reconocidas de nuestro país, la socialité no hace público, por ejemplo, el nombre de los hoteles en los que se aloja o de los locales a los que acude.
Fotografías con Ponce
Aunque firmaron el divorcio el pasado mes de julio, un año después de anunciar su separación, Paloma Cuevas y Enrique Ponce mantienen una buena relación. Así lo ha reiterado su entorno las veces que se le ha preguntado por la ya expareja.
Actualmente, de hecho, la socialité mantiene algunas publicaciones con el diestro en su cuidado perfil de Instagram. La más antigua tiene fecha de 2020, poco antes de que saliera a luz su separación. Allí se les ve posando en Bora Bora, cuando celebraron su luna de miel. En otras dos, aparecen disfrutando de una velada entre amigos. Destacan, Paula Echevarría (44) y Miguel Torres (35).
[Más información: La comunión de la hija de Paloma Cuevas y Enrique Ponce, desde dentro: 'looks', dj, menú e invitados vips]
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