Enrique Ponce (49 años) acaba de tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: poner a la venta la que ha sido la finca familiar durante 25 años, La Cetrina, enclavada en el término municipal de las Navas de San Juan (Jaén). La propiedad, de 900 hectáreas, ha sido la segunda residencia del matrimonio conformado por Ponce y Paloma Cuevas (48), y el lugar donde más acontecimientos familiares se han celebrado. Demasiados recuerdos y muchas vivencias felices intramuros.
Hay que recordar que esa finca la compró Ponce con sus primeros ingresos como torero, y durante años la fue acondicionando y mejorando con el apoyo y asesoramiento de su por entonces mujer, Paloma Cuevas. Ha sido la propiedad más preciada para Enrique, en la que invirtió gran parte de su patrimonio. Sin embargo, justo cuando se acaba de rubricar el divorcio entre el torero y Cuevas, se ha conocido que el de Chiva pretende desprenderse de este inmueble. JALEOS conoce nuevos detalles de esta sorprendente decisión.
Puestos en contacto con el entorno de Ponce se desliza que ha sido una decisión "difícil, pero muy meditada. Clave en sus nuevos planes". El lidiador ha querido llevar la venta "en absoluta discreción y no le ha hecho ninguna gracia que se conozca". Sobre La Cetrina cuelga el cartel de venta desde hace unos meses, aunque siempre con carácter privado: "Esta es una cuestión que Enrique venía tiempo barajando entre su gente. La finca tiene un mantenimiento muy costoso y ya no se hace vida en ella tanto como antes. Ten en cuenta que Ponce cada día está más asentado en Almería". El torero, que piensa mucho en su retirada definitiva, desea deshacerse de bienes. Tiene su vida "hecha en Almería y la finca se tira la mayor parte del tiempo sin actividad. Es muy grande y requiere que Ponce esté muy encima".
Son otros tiempos para él. "Está en un momento de su vida en que da prioridad a otras cosas", se apostilla. Quiere andar por la vida con un "equipaje más ligero", por así decirlo. Paloma Cuevas, como no podía ser de otro modo, "ha estado al tanto de la decisión y apoya a Enrique en todo". Es más, "ha sido importantísima" en el crucial paso. Así las cosas, el próximo día 11 de septiembre, el día en que su hija Bianca festejará su Primera Comunión, será el último acontecimiento familiar que se celebre entre esos muros. "Será un día agridulce para Enrique y Paloma, cierran una etapa muy bonita de sus vidas. Ese terreno ha sido testigo de grandes momentos familiares muy felices. También de esfuerzo y mucho trabajo", informa quien bien lo sabe.
Se explica que Ponce no tiene prisa por vender La Cetrina. Eso sí, "ya la han visitado dos empresarios muy potentes y han quedado satisfechos". Enrique no quiere malvender bajo ningún concepto. "Sabe que nunca podrá pedir todo lo que él ha invertido en ella, un dinero ingente, pero a malvenderla tampoco está dispuesto", apunta una fuente de total solvencia. En esa línea, se expone que La Cetrina ha sido "la gran ocupación y preocupación de Enrique en los últimos meses. Ha pasado por momentos, de querer quedársela, y explotar los terrenos, a quitarse de problemas y ganar liquidez".
No es para menos: allí, en Jaén, Ponce levantó con tesón y esfuerzo su paraíso particular: "El problema es que en los últimos dos años su vida ha dado un vuelco tremendo". Hoy, Almería es su residencia fija y todo gira en torno a su nueva vida al lado de Ana Soria (24).
La comunión de Bianca
El día grande de Bianca Ponce Cuevas tendrá lugar el próximo sábado día 11 de septiembre en la impresionante finca Cetrina, en Jaén. Fue la pasada primavera cuando se barajaron un sinfín de fechas posibles para celebrar la comunión de la hija del matador y la socialité. De hecho, hubo una que sonó con fuerza, el sábado 22 de mayo, pero tanto Enrique Ponce como Paloma Cuevas decidieron esperar algo más de tiempo por dos cuestiones fundamentales.
La primera, la salud del padre de ella, Victoriano Valencia (88), que tras un pequeño bache ahora se encuentra en plena forma. Tanto es así que incluso fue uno de los acompañantes de su hija Paloma a la gran gala Starlite de Marbella a principios del mes de agosto. Allí, Cuevas fue galardonada y homenajeada por el anfitrión, Antonio Banderas (61). El segundo de los motivos fue el avance y desarrollo de las vacunas contra la Covid-19 en España. Los padres de Bianca preferían esperar a que la mayoría de invitados al magno evento estuvieran inoculados para poder disfrutar de la comunión con absoluta tranquilidad junto a toda la familia y los amigos.
En cuanto a los invitados, se ha podido conocer que está confirmada la presencia de los duques de Anjou, Margarita Vargas (37) y Luis Alfonso de Borbón (47), junto a sus cuatro hijos, Eugenia (14), Luis (11), Alfonso (11) y Enrique (2). No es de extrañar, ya que Eugenia, la primogénita está muy apegada a las dos hijas del exmatrimonio. Además, Margarita es la madrina de Bianca.
Tal es la amistad entre Vargas y Cuevas que en el verano de 2020 ambas se resguardaron en la residencia de Sotogrande de Margarita cuando estalló todo el tsunami sentimental de Enrique Ponce y Ana Soria. También se contará con la asistencia de Carolina Adriana Herrera (52), la hija de la diseñadora venezolana, Patricia Rato Salazar-Simpson (51), Genoveva Casanova (44), el presentador Ramón García (59), su exmujer Patricia Cerezo (49), la joyera Cristina Yanes y otras amigas personas de Paloma Cuevas, de su época del colegio de Córdoba.
Ambos padres han pactado que la comunión de Bianca sea exactamente igual que la de su hija mayor, Paloma. No habrá exclusiva y, según adelantaba Vanitatis, tras la misa, que terminará a las 13:30 horas, se servirá un cóctel por la empresa Vait, firma que pertenece a Sandra Linares, tía de la pequeña Bianca, que en la comunión de su hermana mayor dispuso la tarta y una mesa repleta de dulces.
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