Este sábado 11 de septiembre nunca lo olvidarán Enrique Ponce (49 años) y Paloma Cuevas (48). Su hija menor, Bianca, hace su primera comunión y reúne, además de a muchos familiares y amigos en la finca La Cetrina, también a sus padres. Paloma y el diestro se ven las caras, se reencuentran tras su ruptura y posterior sonado divorcio. A Ana Soria (24), ni está ni se la espera en este día tan familiar.
La pequeña Bianca tomará el sacramento a lo largo de la mañana y, según ha informado Vanitatis, sobre las 13:30 horas se celebrará un cóctel servido en el jardín de una parte de la finca, acondicionada para el momento. Cuevas lo ha supervisado todo en estas últimas semanas y, de acuerdo con el citado medio, la empresaria se desplazó a Navas de San Juan, Jaén, este viernes 10 de septiembre, por la tarde. Quiere y desea Paloma que todo esté medido al detalle, incluso no ha dudado en facilitar coches para el desplazamiento de los invitados.
JALEOS de EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con una persona cercana al exmatrimonio Ponce-Cuevas para conocer cómo es el ambiente en esta mañana ya tan atípica para Enrique y Paloma, antes tan corriente en familia. "Hombre, a ver, conociendo a Paloma nervios hay, pero no solo por Enrique, es que ella es muy perfeccionista, una gran anfitriona. No puede estar nada fuera de su plan. Ellos se llevan bien, cordial, para no cabe duda de que es un añadido a un día agitado y tenso de por sí".
Tampoco, se explica, ha ayudado el hecho de que se filtrara el día de la comunión, este 11 de septiembre. Paloma no quería por nada del mundo que los medios de comunicación estuvieran al tanto. Su idea era, según se conoce, distribuir una fotografía una vez la ceremonia hubiese tocado a su fin. Su mayor preocupación es que "alguien se piense que ella ha querido vender algo en exclusiva".
En ningún momento eso ha estado en su ánimo. Sea como fuere, en estas horas previas a la ceremonia, Paloma ha sacado tiempo para mostrarse activa en sus redes sociales. Hace unas horas, en uno de sus Stories, Cuevas desvelaba indirectamente un detalle que hasta la fecha era desconocido. Su hija mayor, Paloma, tiene Instagram. Su madre le ha respondido a una publicación, y de este modo ha visto la luz esta suerte de red social 'oculta' para la mayoría de sus seguidores y los medios de comunicación. "Gracias por ser la mejor madre", postea la joven. Paloma le responde: "Gracias a vosotras, las niñas de mis sueños". La menor sigue a pocas personas y tampoco se mantiene muy activa. A quien de seguro no sigue es a su padre, ya que recientemente tomó la decisión de eliminar sus redes sociales.
La venta de La Cetrina
Hace unos días, se publicó que el torero quiere vender la finca La Cetrina, y este periódico conoce algunos detalles. Puestos en contacto con el entorno de Ponce se deslizó que ha sido una decisión "difícil, pero muy meditada. Clave en sus nuevos planes". El lidiador ha querido llevar la venta "en absoluta discreción y no le ha hecho ninguna gracia que se conozca".
Sobre La Cetrina cuelga el cartel de venta desde hace unos meses, aunque siempre con carácter privado: "Esta es una cuestión que Enrique venía tiempo barajando entre su gente. La finca tiene un mantenimiento muy costoso y ya no se hace vida en ella tanto como antes. Ten en cuenta que Ponce cada día está más asentado en Almería". El torero, que piensa mucho en su retirada definitiva, desea deshacerse de bienes. Tiene su vida "hecha en Almería y la finca se tira la mayor parte del tiempo sin actividad. Es muy grande y requiere que Ponce esté muy encima".
[Más información: Enrique Ponce vende la finca La Cetrina: el motivo de esta difícil decisión y el papel clave de Paloma Cuevas]
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