La vida sigue. María Teresa Campos (77 años) intenta continuar con su día a día habitual en su casoplón de Molino de la Hoz después de que hace unas semanas una de sus empleadas de confianza, María Silva, -la única en calidad de interna- la denunciara por despido improcedente y colgara el delantal para no volver. Sin duda, un duro hachazo al ánimo de la presentadora, del que aún en la actualidad continúa sobreponiéndose. Sin embargo, desde que ocurrieran los hechos en el mes de septiembre, ¿quién ha ocupado el lugar de la que fuera la mano derecha de la Campos? JALEOS ha descubierto la respuesta.
Según se desliza a este periódico, Teresa "está pasando estos meses -antes de mudarse a su nueva casa- sin ayuda de una mujer interna como antes". Eso sí, hay quien desempeña las funciones que antes estaban a cargo de la otrora entrañable María, pero con sustanciales cambios en las condiciones: "Tanto Teresa como Edmundo Arrocet (68) se organizan con la ayuda de una mujer que va diariamente a casa, hace las tareas, cocina, pero no pasa noche". Y es que, se apostilla acto seguido: "Teresa ha aprendido la lección".
Tal como apunta la persona con la que charla este medio, la decisión de la Campos de no contar, al menos al cien por cien, con los servicios de una asistenta interna, obedecerían a importantes factores que María Teresa tiene muy en cuenta estos meses. No le es ajeno que se avecinan magnos cambios en su vida: "Se han juntado muchas cosas: que Teresa consideraba irremplazable a María y que las Campos están en una especie de proceso de ahorro".
En este punto, se aborda la cuestión económica del clan Campos. Teniendo en cuenta que la presentadora siempre se ha quejado de los abismales costes económicos que acarrea su casa de Las Rozas -motivo por el que se mudará a un chalet cercano a su hija Terelu "bastante más modesto"- y que no tiene programa en Telecinco y su contrato de cadena está a punto de expirar, Teresa estaría echando mil ojos a sus gastos: "Ella y Edmundo están desprendiéndose, de alguna manera, de lujos y se están amoldando a la nueva vida que van a estrenar en breve".
María, imparable: habla de los culpables de su despido
Fue hace unos días cuando este periódico se hizo eco de que María Silva, a la espera de que se celebre el juicio con su exjefa, desea contar su historia y su representante está trabajando duro para ello. Mientras tanto, se aclaró a JALEOS cuál es su objetivo: "María tiene un objetivo claro: ir en contra de las hijas de María Teresa y del propio Edmundo". Según esta fuente, serían estas personas las auténticas instigadoras de su despido.
En esa línea, se profundizó con este periódico: "Ella alega que los tratos no fueron los correctos en los últimos tiempos por parte del entorno de Teresa". Así las cosas, todo hace indicar que Teres.a, de algún modo, quedaría a priori salvada de los furibundos reproches de la que un día fue su mano derecha: "El carácter de Teresa nunca fue fácil y había días que era muy complicado, pero María la aprecia y le ha tenido mucho cariño".
Fue hace unos días cuando este periódico tuvo acceso a la información de que María se había agenciado un representante aprovechando la circunstancia de que Campos nunca le hizo contrato de confidencialidad. Este hecho tiene "muy preocupada e inquieta" a Teresa ante la posibilidad de ver su intimidad expuesta en algún medio de comunicación de la mano de la que un día fue como una hija para ella.
Tras el escándalo de la denuncia, JALEOS conoció cómo se encontraba Teresa de mano de una buena amiga. Su versión es la que sigue: fue durante las vacaciones de verano de María Teresa en Málaga, a las que se llevó a María, cuando esta informa a la pareja de Edmundo Arrocet de su intención de tomarse un mes de vacaciones. Extremo al que Teresa "no puso ninguna pega, siempre la ha ayudado para que vea a su familia". El problema llegó cuando, pasados los días de asueto de la peruana, esta no se incorporó al trabajo: "Teresa se preocupó muchísimo el primer día, y el segundo y tercero. Cada mañana hacía la misma pregunta, dónde estaba María. Se cogió un gran disgusto porque no daba señales de vida y no entendía nada de lo que estaba sucediendo". Más tarde, Carmen Borrego (52) añadiría que María cambió de teléfono y bloqueó a todos los miembros Campos de las redes sociales.
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