Seria, cabizbaja y sin querer hablar demasiado. Justo cuando su exasistenta y mano derecha durante quince años parece que le ha declarado la guerra definitiva y quiere tirar de la manta a golpe de exclusiva, María Teresa Campos (77 años) intenta seguir con su vida y ha acompañado a su hija Terelu Campos (53) a su última revisión médica al hospital. Con cara seria y forzando una leve sonrisa por las circunstancias, la matriarca tan solo ha atinado a decir que todo está "muy bien".
Terelu continúa con su recuperación tras la doble mastectomía a la que se sometió el pasado mes de octubre. La colaboradora sigue acudiendo a las revisiones acompañada siempre por su madre. Aún así, los frentes que tienen abiertos en su familia han hecho que esta semana no sea fácil para ellas. Carmen Borrego (52) protagonizaba este miércoles una exclusiva donde daba detalles muy íntimos de su enfermedad: "Terelu ha estado mes y medio sufriendo lo que no os podéis imaginar. He llegado a pensar que iba a perder hasta el conocimiento por el dolor".
Además, llegaba a explicar a Mila Ximénez (66) todos los pormenores de la segunda operación a la que se tuvo que someter: "En la segunda operación, todos pensábamos que iba a ser una hora y fueron cinco en el quirófano. Volvió a salir con drenajes. Cuando me reencontré con mi hermana y me abrazó llorando, me dijo: "¿Qué me han hecho?". Lo recuerdo con terror". Además, en esa entrevista Borrego cuenta que sus amigos y seres queridos han sido un factor clave durante la intervención y la recuperación. Su hija, Alejandra Rubio (18), ha mejorado mucho la relación con la colaboradora a raíz de este duro trance: "Siempre he intentado quitarle importancia para que el sufrimiento de Alejandra fuese menor. Ella, por primera vez, ha tocado el sufrimiento duro, y ahora trata con un cariño a su madre que desde hace tiempo no veía", confiesa emocionada a la revista Lecturas. Además, asegura que ya está "al final del tunel", y afirma que durante la pasada semana han recibido buenas noticias sobre el pecho, que cada vez lo tiene mejor.
Respecto a la marcha de María Silva, Borrego reconocía que ha sido una "traición imperdonable" para la presentadora: "Esta señora desaparece y se esperan 10 días a que aparezca. Se le mandó un burofax y no contstó, y no se le dio de baja hasta quince días después, pagándole su finiquito. Si ella quiere demandar y decir que mi madre le ha echado está en su derecho, pero la realidad es otra". Unas confesiones que han puesto en el punto de mira al clan Campos. Por su parte, Terelu ha preferido no entrar en esta guerra mediática y continuar con su día a día donde su salud es lo único que verdaderamente le importa.
La asistenta señala a los culpables de su despido
No solamente las preocupaciones de Teresa pasan por la salud de su hija o por la no venta de su casa, según ha podido conocer JALEOS por parte del entorno de María, después de su despido la asistenta se desahoga en la intimidad todo lo que puede y no duda en señalar a los verdaderos culpables de que Teresa un día le mandara un crudo mensaje y la despidiera sin miramientos. "María tiene un objetivo claro: ir en contra de las hijas de María Teresa y del propio Edmundo Arrocet (68)", se desliza a este periódico. Según esta fuente, serían estas personas las auténticas instigadoras de su despido. La empleada habría declarado la guerra al clan y, ante la espera de un juicio esclarecedor, se ha agenciado un representante y quiere hablar, algo que tiene profundamente inquieta y angustiada a María Teresa.
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