La ex Primera Dama de Estados Unidos, Michelle Obama (59 años), ha escogido una vez más Mallorca como su destino preferido para disfrutar de las vacaciones de verano. La esposa de Barack Obama (62) aterrizaba en la isla el pasado lunes 4 de septiembre junto a sus amigos, el exembajador de Estados Unidos, Jaime Costos (60), su marido, el decorador Michael Smith (59), y otra mujer más. Este es el quinto viaje que hace a la localidad.
Michelle ha estado relajándose en el Mediterráneo sin la compañía del expresidente, quien el mismo día en el que la abogada ponía rumbo a España publicaba una fotografía con motivo del Labor Day.
La escritora llegaba a la localidad con un gran equipo de seguridad, que portaban chalecos antibalas y pinganillos para garantizar en todo momento el cuidado de la gran defensora de la educación, la igualdad de género, la nutrición saludable y el apoyo a las familias, entre otros de sus objetivos.
Fue este pasado lunes cuando Michelle acudía a uno de los mejores restaurantes de Puerto Portals situado frente al mar. Degustó varios platos "acompañados de cócteles, cervezas y botellas de agua mientras charlaban sobre el programa de los próximos días. Por su parte, los escoltas y chóferes aguardaron en una zona reservada hasta la señal de marcharse, una hora y media más tarde", explica Última Hora.
La autora de The Light We Carry lucía un total look veraniego de color negro que contaba con unas bermudas de lino, una camiseta de tirantes con detalles dorados y de conchas, una cinta de flores en la cabeza y una coleta alta, aros dorados, gafas de sol.
El alojamiento
Según ha podido conocer EL ESPAÑOL, el matrimonio y la escritora se han hospedado en una lujosa mansión distinta a la de los años anteriores, concretamente la Villa Xarbet, ambientada al más puro estilo mallorquín. Cuenta con un amplio jardín con fuentes, cenadores, y numerosas plantas y árboles mediterráneos; ocho habitaciones, nueve baños y piscina con una impresionante vista sobre la Sierra de Tramontana.
La propiedad se encuentra en Llubí, en el corazón de Mallorca, y tiene la opción de contratar personal completo con servicio de limpieza, cocinero, desayuno y servicio de conserjería las 24 horas desde 4.000 euros por semana sin contar el precio de la estancia. La villa se encuentra a 15 minutos de la playa y dispone de amarre privado para barcos en el puerto.
Michael Smith, uno de los amigos de Michelle, publicaba en Instagram varias imágenes del lugar. En una de ellas aparece un plato de helado en la que etiqueta a la finca, y en otra una mesa alargada en el patio con luces de fondo dispuesta para servir la cena.
Este año han cambiado de destino, ya que los años anteriores optó por la finca Ses Planes, propiedad de Marieta Salas -muy cercana a Marta Gayá, amiga entrañable de Juan Carlos I- lugar donde ya se hospedaron en 2017 y en 2018.
Salas, exmujer del príncipe georgiano Zourab Tchokotua, adquirió la finca en los años 80. Su padre, Pedro Salas, se dedicaba a la cría de yeguas y caballos árabes de pura raza en la finca colindante, Ses Rotes. Marieta se enteró de la venta de Ses Planes, y no dudó en comprarla para seguir los pasos de su progenitor, esta vez por su cuenta.
La casa se encuentra en el corazón de la sierra de Tramontana y reúne todas las características para garantizar el descanso a la vez que intimidad. Cuenta con nueve dormitorios, nueve baños y cocina, además de un apartamento de invitados. También tiene amplios jardines, spa, librería, oficina y piscina exterior de ocho metros diseñada con piedras de mosaico azul. La semana alcanzaría los 20.000 euros.
Su amor por Mallorca
Fue en el año 2010 cuando Michelle y su hija Sasha (22) pisaban por primera vez las tierras mallorquinas invitadas por la Casa Real junto a la reina Letizia (50) y los reyes eméritos, Juan Carlos I (85) y Sofía (84), quienes las recibieron en el Palacio de Marivent de Palma.
En aquella ocasión, la actual Emérita regaló a ambas unos collares de artesanía balear, mientras que el Emérito obsequió a la primera dama con semillas de productos de plantas hortícolas con el fin de que las pudiera cultivar en su huerto de la Casa Blanca, donde permanecieron desde 2009 hasta 2017. Fue este último año cuando ella regresó a la isla en agosto, pero para conocer los rincones de Mallorca.
Exactamente un año después, ponía rumbo de nuevo a la isla y aprovechó para reencontrarse con la emérita Sofía y almorzar en la finca Ses Planes; para disfrutar del turismo gastronómico de la isla y practicar senderismo -algo que sin duda hará este 2023-. Y en 2019 repitió.
Después, Madrid
Era el pasado 6 de septiembre, dos días después de ser vista en la isla, cuando Michelle hacía su siguiente aparición, esta vez en la capital española, para gozar de la gastronomía madrileña que tan bien conoce. En concreto, acudía al Murillo Café Bistro, restaurante en el que ya estuvo en 2016 y 2018.
Al menos una quincena de personas, entre equipo de seguridad, de la embajada y sus acompañantes fueron vistas con la ex Primera Dama, quienes llegaron al local en cinco vehículos y permanecieron en el interior durante varias horas, según cuenta Voz Pópuli.
En esta ocasión, Michelle lucía un vestido vaquero largo, una torera con estampados, unas sandalias negras, una cinta de flores en el pelo y una coleta alta.