Tras varios años de un sólido noviazgo, este sábado, 31 de agosto, la pareja formada por Victoria López-Quesada y Borbón Dos-Sicilias (27 años) y Enrique Moreno de la Cova se ha dado el 'sí, quiero' en la capital española en la que ha sido bautizada como una de las bodas más aclamadas del año.
Ante la atenta mirada de los allí presentes, la primogénita del matrimonio formado por Pedro López-Quesada (60) y Cristina de Borbón-Dos Sicilias, y a su vez, ahijada del rey Felipe VI (56 años), ha celebrado sus nupcias junto a su ya marido en la finca Soto Mozanaque, ubicada en la localidad de Algete, a unos 20 minutos del centro de la capital.
Ha sido al filo de las 17:00 horas, cuando los invitados comenzaban a llegar en sus coches privados y autocares públicos para tomar asiento y esperar a que los protagonistas estuviesen preparados. Una velada en la que el control ha sido más que exhaustivo, pues varios miembros de la Familia Real ponían el broche final a la afamada boda.
Uno de los primeros en llegar ha sido Pedro López-Quesada (21), el hermano pequeño de la novia y compañero de la princesa Leonor (18) en la Escuela Naval de Marín. Lo ha hecho luciendo el uniforme blanco de guardiamarina, el mismo que estrenó hace unos días la heredera al trono en su ingreso a la academia.
A los pocos minutos, uno de los rumores más especulados durante la semana se hacía finalmente realidad. El rey Felipe VI ha asistido a la boda de su apreciada ahijada. Lo hacía acompañado de su hermana, la infanta Cristina (59). Con gafas de sol y conduciendo su propio coche, el monarca no ha querido perderse la velada en la que Victoria López-Quesada daba uno de los pasos al frente más importantes de su vida.
Cristina de Borbón-Dos Sicilias, madre de la novia, es una de las principales confidentes de la infanta Cristina, por lo que su asistencia a la boda era casi obligada. Sin embargo, la hermana de Felipe no es la única de la Familia del Rey con la que Cristina mantiene una fabulosa relación. También guarda una estrecha amistad con la reina Letizia (51), quien no ha podido acudir a la afamada ceremonia al encontrarse en la ciudad de París por los Juegos Paralímpicos 2024.
El rey y la infanta no han estado solos para representar a la Casa Real española. Al poco de hacer su entrada, la infanta Elena (60) se dejaba ver llegando a la finca Soto Monzanaque. Sentada en la parte delantera en el lugar del copiloto, y su hija, Victoria Federica (23), amiga de la novia, justo detrás, han llegado a la finca para acompañar a los novios en uno de los días más especiales de su vida.
En esa comitiva también se encontraba el coche de los hermanos Urdangarin. Juan (24) e Irene (19) hacían su aparición en las inmediaciones de la finca a punto de dar las 19:00 horas. Ambos lo hacían en la parte delante, con el primero conduciendo el vehículo.
Todo un cónclave de la realeza española al que se han sumado otras personalidades de la aristocracia de nuestro país. Carlos Fitz-James (32) y su mujer, Belén Corsini eran de los primeros en hacer su aparición en la lujosa villa. Su hermano, Fernando Fitz-James (33), duque de Huéscar, tenía un papel más que importante, pues ha sido el encargado de llevar al sacerdote a la finca.
La Familia Real búlgara también ha tenido representación en la boda de Victoria López-Quesada y Enrique Moreno de la Cova. Carla Royo-Villanova (55) y su marido, el príncipe Kubrat de Bulgaria (58), han llegado en un vehículo de transporte con conductor. Unos minutos más tarde, lo hacían de la misma forma Íñigo Moreno de Arteaga y Teresa de Borbón-Dos Sicilias, abuelos de Teresa Urquijo, mujer de José Luis Martínez-Almeida.