El emérito Juan Carlos cumple tres años en Abu Dabi sin visos de instalarse de nuevo en España
Fue en agosto de 2020 cuando el padre de Felipe VI estableció su residencia en los Emiratos Árabes. Pese a que extraña su país, sólo viajará de visita.
3 agosto, 2023 12:51El emérito Juan Carlos I (85 años) cumple este jueves, 3 de agosto de 2023, tres años desde que decidió marcharse a vivir a Abu Dabi (Emiratos Árabes Unidos), donde prevé seguir residiendo de forma permanente al no tener intención por ahora de volver a instalarse en España de forma permanente.
Este tercer aniversario lo va a pasar en su residencia del país del golfo Pérsico, adonde llegó el pasado martes, día 1 de agosto, tras poner fin a su tercera visita a España desde su marcha. Con independencia de quién forme gobierno en España, el rey emérito mantiene su plan de quedarse de forma estable en Abu Dabi, donde ha fijado su residencia fiscal, de tal modo que no tiene que rendir cuentas en España.
Es la hoja de ruta que ya trazó en la carta que envió a Felipe VI (55) en marzo del pasado año tras la decisión de la Fiscalía del Tribunal Supremo de archivar las investigaciones sobre sus irregularidades fiscales en el extranjero.
Su otro deseo es seguir viajando a España con regularidad, en buena medida al son que marca el calendario de regatas de Sanxenxo (Pontevedra) donde navega con el Bribón, y donde se siente como en casa una vez que se le han cerrado las puertas a regresar al Palacio de la Zarzuela.
De ahí sus palabras con las que se despidió el martes de la localidad gallega: "Estoy muy contento y feliz. Gracias por haberme ayudado a estar tan bien como he estado".
Juan Carlos I pudo quitarse la espina que le dejó su anterior visita, en abril de este año, en la que la discreción que le reclamó la Casa del Rey y el Gobierno le impidió "no haber podido saludar a toda la gente que quiso verle", según han apuntado a EFE fuentes de su entorno.
Tras su primera visita a España, que estuvo rodeado de un gran despliegue mediático y por su comentario rechazando dar las explicaciones que le ha requerido el Gobierno, el rey emérito ha optado por la discreción en sus siguientes estancias.
"Igual se dio cuenta de que había metido la pata", apuntan fuentes cercanas al Palacio de la Zarzuela, que recuerdan que a Juan Carlos "nadie le impide vivir en España" y que es por voluntad propia el que se marchara a Emiratos Árabes Unidos y siga viviendo allí.
La siguiente escapada a Sanxenxo se espera que sea a finales de septiembre para participar en la regata que lleva su nombre. Entremedias, viajará a la isla de Wight (Reino Unido), entre el 29 y el 8 de septiembre, para participar en el campeonato mundial de la clase 6m al timón del Bribón, con la aspiración de lograr, a sus 85 años, su tercer título después de los obtenidos en Canadá en 2017 y en Finlandia, dos años después.
Para llegar a esta cita en las mejores condiciones, Juan Carlos ha afinado su estado físico con el fin de tratar de compensar en parte sus problemas de movilidad.
A sus amigos les ha contado que ha perdido 20 kilos durante su estancia en Abu Dabi gracias a una dieta de ayuno intermitente -no comer nada en un espacio determinado de tiempo-, lo que le ha ayudado a cansarse menos en sus desplazamientos. Además de tratar de normalizar sus viajes a España, el rey emérito ha hecho lo propio con sus desplazamientos a otros países desde su base de Abu Dabi.
En abril, estuvo en Londres antes de ir a Sanxenxo para ver el partido del Real Madrid de la Liga de Campeones, y también fue a Ginebra (Suiza) en junio a la graduación de su nieta Irene Urdangarin (18) junto a la emérita Sofía (84), las infantas Elena (59) y Cristina (58), los hijos de ambas e Iñaki Urdangarin (55).
Días después se le vio en Mónaco en la celebración del 70 aniversario del club náutico del país.
A estos viajes une los que hizo a Londres en septiembre del pasado año por el funeral de Isabel II y el pasado enero a Atenas al entierro del exrey griego Constantino, hermano de la reina Sofía.
Ahí fue la última vez que se le vio en público con Felipe VI, de quien se despidió con dos besos y un abrazo.