El pasado mes de mayo, Charlène de Mónaco (43 años) se trasladó a Sudáfrica por un viaje oficial centrado en la conservación de la fauna salvaje y en la lucha contra la caza furtiva. Una vez allí, sufrió una grave afección, que le afecta a nariz, oídos y garganta, y que le ha imposibilitado viajar a Mónaco hasta la fecha.
La última información que se publicó de ella fue hace unos días, y sostenía que Charlène se ha ofrecido para mediar en una disputa familiar en la realeza zulú. Su objetivo es intervenir en el conflicto entre los herederos del rey Zwelithini Goodwill, fallecido el pasado mes de marzo. De momento, el trono permanece vacío y no parece que se vaya a ocupar en los próximos tiempos.
Debido a esta importante misión -que demuestra, además, la buena sintonía que existe entre ella y las monarquías africanas-, la red social oficial de la Familia Real africana ha hecho públicas dos fotografías en las últimas horas. En la primera, aparecen Charlène y el rey zulú, Misuzulu kaZwelithini. Si hace unos días reaparecía la princesa monegasca en su Instagram luciendo un tanto demacrada y visiblemente más delgada, ahora ha preocupado aún más por su debilitado aspecto, haciendo saltar todas las alarmas sobre su verdadero estado de salud.
En la imagen se puede ver a la mujer de Alberto de Mónaco (63) de pie, ligeramente sonriente para la foto, con las manos entrelazadas en su regazo y luciendo ropa ancha en color crema, con un rosario en el cuello y abrigada con un poncho oscuro. Han sido varios quienes han destacado en la red la extrema delgadez de la princesa, que se hace más que evidente en sus muñecas, así como en el anguloso rostro y en las marcadas clavículas. ¿Qué le pasa a Charlène de Mónaco? Demasiadas incógnitas que, de momento, no han tenido respuesta. Al menos, oficial.
Los comentarios en el muro de la cuenta no se han hecho esperar, destacando su estado actual, y la solead de sus hijos, Jacques (6 años) y Gabriella (6), en Mónaco: "Qué tristeza da esa delgadez", "Es imposible saber qué sucede en la vida privada de las personas. De hecho, me alegro de que, sea lo que sea, hayan podido mantenerlo en privado. Sin embargo, me siento muy triste por los niños". En la segunda imagen, aparece la exnadadora olímpica con un colorido collar étnico africano y una camiseta con una imagen del rey zulú.
Lo que parece innegable es que, pese a su aspecto, Charlène sonríe a la cámara. Según el príncipe Alberto, podría regresar al Principado a finales de este mes de octubre. Esta salida podría indicar su mejoría de salud, y que pronto pueda estar lista para emprender el largo viaje.
Charlène, mediadora
De acuerdo con la emisora de radio nacional de Sudáfrica, Charlène de Mónaco habría suplicado a las partes a "poner fin a su batalla por la sucesión en aras de la unidad". Una de las razones por las que la Princesa se ha involucrado en este problema es por su gran amistad con el fallecido monarca. "El rey Zwelithini era un hombre honorable con un corazón puro. Compartimos muchos momentos especiales a lo largo de los años que siempre serán queridos por mí. Extrañaré a mi amigo y rezaré para que la familia real zulú encuentre consuelo durante este tiempo", expresó la mujer del príncipe Alberto el pasado mes de marzo cuando murió el soberano, a quien de hecho, dio su último adiós en un funeral celebrado en Sudáfrica.
De momento, la exnadadora llevará a cabo esta misión desde su país de origen, donde se está recuperando de una infección de nariz, oído y garganta que contrajo el pasado mes de mayo tras someterse a un levantamiento de senos paranasales e injerto óseo previo a su viaje. Así lo desveló ella misma en una conversación con el canal sudafricano News24, donde también comentó que no podía regresar a Mónaco porque la presión de sus oídos no se "iguala" y supone un riesgo volar por encima de los 6.000 metros.
A comienzos de septiembre, tras ser ingresada de urgencia por las consecuencias que le ha generado su infección de oído, la prensa sudafricana aseguró que la Princesa no viajará a Mónaco hasta que se hayan completado todos los procedimientos necesarios.
Los obstáculos de su recuperación, según ha podido conocer EL ESPAÑOL a través de una fuente cercana a la Casa Principesca, residen en su continua repetición. "Es muy persistente y cuando parece que ya ha mejorado, vuelven los problemas. La afección se le repite de forma continuada, y esa es la mayor preocupación", han explicado a este periódico. Aun así, las previsiones son optimistas y tanto Alberto de Mónaco como el resto de los Grimaldi esperan por su regreso. "Volverá, pero no sabe cuándo porque está a merced de esa reiterativa dolencia hasta que den con el tratamiento, que ya lleva unos cuantos", han asegurado.
[Más información: Charlène de Mónaco, mediadora en un conflicto real en Sudáfrica: la razón de su nueva misión]