El pasado mes de mayo, Charlène de Mónaco (43 años) se trasladó a Sudáfrica por un viaje oficial centrado en la conservación de la fauna salvaje y en la lucha contra la caza furtiva. Ahora, cinco meses después de aquella misión y en medio de rumores de separación del príncipe Alberto (63), la exnadadora ha aceptado una nueva labor que desempeñará mientras se recupera de un gran revés de salud.
La Princesa monegasca, tal y como ha informado el periódico británico Daily Mail, se ha ofrecido para mediar en una disputa familiar en la realeza zulú. El objetivo de Charlène es intervenir en el conflicto entre los herederos del rey Zwelithini Goodwill, fallecido el pasado mes de marzo. De momento, el trono permanece vació y no parece que se vaya a ocupar en los próximos tiempos.
De acuerdo con la emisora de radio nacional de Sudáfrica, Charlène de Mónaco habría suplicado a las partes a "poner fin a su batalla por la sucesión en aras de la unidad".
Una de las razones por las que la Princesa se ha involucrado en este problema es por su gran amistad con el fallecido monarca. "El rey Zwelithini era un hombre honorable con un corazón puro. Compartimos muchos momentos especiales a lo largo de los años que siempre serán queridos por mí. Extrañaré a mi amigo y rezaré para que la familia real zulú encuentre consuelo durante este tiempo", expresó la mujer del príncipe Alberto el pasado mes de marzo cuando murió el soberano, a quien de hecho, dio su último adiós en un funeral celebrado en Sudáfrica.
De momento, la exnadadora llevará a cabo esta misión desde su país de origen, donde se está recuperando de una infección de nariz, oído y garganta que contrajo el pasado mes de mayo tras someterse a un levantamiento de senos paranasales e injerto óseo previo a su viaje. Así lo desveló ella misma en una conversación con el canal sudafricano News24, donde también comentó que no podía regresar a Mónaco porque la presión de sus oídos no se "iguala" y supone un riesgo volar por encima de los 6.000 metros.
A comienzos de septiembre, tras ser ingresada de urgencia por las consecuencias que le ha generado su infección de oído, la prensa sudafricana aseguró que la Princesa no viajará a Mónaco hasta que se hayan completado todos los procedimientos necesarios.
Los obstáculos de su recuperación, según ha podido conocer EL ESPAÑOL a través de una fuente cercana a la Casa Principesca, residen en su continua repetición. "Es muy persistente y cuando parece que ya ha mejorado, vuelven los problemas. La afección se le repite de forma continuada, y esa es la mayor preocupación", han explicado a este periódico. Aun así, las previsiones son optimistas y tanto Alberto de Mónaco como el resto de los Grimaldi esperan por su regreso. "Volverá, pero no sabe cuándo porque está a merced de esa reiterativa dolencia hasta que den con el tratamiento, que ya lleva unos cuantos", han asegurado.
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