Este palacio es una ruina. Eso es lo que ha debido de pensar Isabel II (90 años) al ver cómo las goteras comienzan a inundar el piso superior de Buckingham y los empleados corren de un lado para otro con cubos a fin de evitar que el agua alcance la multitud de obras valiosas que pueblan las estancias.
Las posibles inundaciones, no obstante, no son las únicas preocupaciones de la reina. Las grietas están provocando algunos desprendimientos que han llegado a poner en peligro a los propios miembros de la Familia Real, como ocurrió en 2009 con la princesa Ana (66). Así al menos es lo que asegura el diario sueco Svenskdam, especializado en Casas Reales.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con el departamento de prensa de Buckingham. Los portavoces se remiten al comunicado emitido hace unos días en el que anunciaban que la residencia oficial se someterá en abril -previa aprobación por parte del Parlamento de Westminster- a una reforma millonaria e interminable para acondicionar, al fin, todas las estancias del palacio.
Millonaria porque su coste se cifra en 430 millones de euros. E interminable porque está previsto que las labores de remodelación duren 10 años. Una década que, pese a la longevidad que caracteriza a la Familia Real británica, pondrá difícil a Isabel II y su marido Felipe (95) el disfrute pleno del resultado.
La reforma, la primera que se lleva a cabo en 60 años, afectará a las 775 habitaciones -entre estancias privadas, de servicio y oficinas-, 78 cuartos de baño, 1.514 puertas y 760 ventanas que sufren desgaste y fugas. Las tuberías y el cableado son los dos ejes centrales sobre los que se llevará a cabo la apremiante obra, cuyo objetivo principal es evitar que se produzcan las temidas inundaciones, incendios o más daños al mobiliario.
En concreto, se reemplazarán más de 160.000 metros de cable eléctrico, 2.500 radiadores y 30.000 metros cuadrados de piso, así como 500 piezas de baño y 5.000 focos, según ha podido saber este medio.
Pese a la magnitud de la remodelación, Isabel II y su familia se niegan a abandonar el palacio durante el tiempo en el que duren las obras. Sí se mudarán a otras habitaciones, pero siempre dentro de su residencia oficial.
¿Y cómo se sufragarán los millonarios gastos de la reforma? Pues incrementando el presupuesto público que se destina a financiar las actividades de la reina. Así, el Fondo Soberano aumentará un 66% durante el tiempo que duren las obras, es decir, durante la próxima década. Posteriormente, la financiación volverá a ser la que era antes. Con todo, la inversión prevista en Buckingham permitirá, según el jefe de la Casa Real británica, alargar la vida útil del palacio durante al menos 50 años más.
La anterior reforma
El Palacio de Buckingham no ha sufrido remodelación alguna desde 1952. Ese año, coincidiendo con el ascenso al trono de Isabel II, se modificó la decoración de la residencia.
Sin embargo, la mayor reforma que ha sufrido el Palacio tuvo lugar en 1940. Ese año, aún con el rey Jorge VI en el trono, la residencia se vio afectada por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que dejaron prácticamente en escombros algunas de las zonas de Buckingham, tal y como pudieron comprobar de primera mano el monarca y su esposa.
Tras el trágico suceso, se volvió a levantar el palacio que conocemos en la actualidad y que, dentro de cuatro meses, comenzará a cambiar de cara de nuevo.