Fue precisamente en los terrenos que tiene en España donde, tal y como cuenta la periodista Ana Romero en Final de Partida, el rey Juan Carlos (78 años) conoció a Corina Zu Sain Wittgenstein (52), aunque por aquel entonces no eran del actual duque de Westminster, sino de su padre, Gerald Cavendish Grosvenor, fallecido el pasado mes de agosto a los 64 años.
Desde este verano, su hijo Hugh Grosvenor (25) es el que ostenta el honorable título, que conlleva además una fortuna estimada en más de 10.000 millones de euros, según la revista Forbes, así como un sinfín de propiedades y terrenos que han convertido al VI duque de Westminster en el tercer hombre más rico de Reino Unido (el más pudiente del país menor de 30 años) ocupando además la 68 posición en el ranking mundial.
El nuevo soltero de oro -no se le conoce novia oficial- está considerado el dueño de medio Londres. No en vano ha heredado la residencia familiar de Eaton Hall (cerca de Cheshire), así como terrenos en Oxford, Lancashire, Escocia, Londres (Myfair y Belgravia, dos de las zonas más ricas de la capital) y España.
En nuestro país, concretamente, el joven Hugh es ya el dueño de la finca La Garganta. En total, 15.000 hectáreas de coto privado en el Valle de Alcudia que recibe a menudo la visita de royals europeos decididos a demostrar sus dotes cinegéticas. Así, por allí han pasado desde Carolina de Mónaco (59) y Ernesto de Hannover (62), hasta los príncipes Harry (32) y William (34) de Inglaterra, con los que les une una gran amistad. Pero si hay una persona para quien esta finca es especial es para el rey Juan Carlos, quien solía frecuentar la zona como aficionado a la caza que es.
La inusual vida del rico aristócrata
Hugh Grosvenor, famoso por sus rasgos aniñados y su aspecto pelirrojo, es el tercer hijo del desaparecido duque de Westminster y Natalia Philips (57), descendiente del rey Jorge II y familiar lejano, por tanto, de la propia Isabel II (90). Ambos han formado parte siempre del círculo íntimo de la Familia Real británica, sobre todo de Carlos de Inglaterra (68). De hecho, el padre de Hugh fue uno de los padrinos del príncipe Guillermo.
El matrimonio tuvo cuatro hijos: Lady Tamara (36), casada con uno de los mejores amigos del príncipe Guillermo; Lady Edwina (34), casada con un presentador de televisión y ahijada de la fallecida Diana de Gales; el propio Hugh y Lady Viola (23).
El vínculo de la familia Westminster con los Windsor no termina ahí. El actual duque fue, en 2013, el padrino más joven de George de Inglaterra (3).
Sorprendentemente, Hugh Grosvenor no acudió a un exclusivo internado propio de los de su clase, sino a una escuela estatal a la que acudía junto a sus hermanas. Años después se trasladó a una escuela privada más cercana a la residencia familiar, para posteriormente asistir al colegio de Ellesmere, donde ejerció de capitán del equipo de fútbol. Pasó entonces a la Universidad. Allí se licenció en ciencias y administración de tierras en la Universidad de Newscastle y en Oxford.
Comenzó a trabajar en varias oficinas del Grupo Grosvenor en Londres, Hong Kong y San Francisco especializadas en administración de fincas. En la actualidad, ejerce de gestor de cuentas en una compañía, también del grupo, dedicada al sector energético y renovable.
La juerga privada que puso en peligro su reputación
La discreción con la que ha pretendido llevar su vida le ha funcionado hasta hace cuatro años. Cuando Hugh cumplió los 21, organizó una fiesta para 800 invitados entre los que se encontraba el propio Harry de Inglaterra. Invirtió casi 6 millones de euros en un espectáculo de fuegos artificiales, conciertos de artistas como el dúo Rizzle, carpa con pista de baile y una cena degustación compuesta por huevo escocés, salmón ahumado, carne, patatas y postre. Todo ello regado con copas de champán de las que los invitados disfrutaron desde el mismo momento de su llegada.
La fiesta búnker, cuyas medidas de seguridad se intensificaron para blindar el evento de cara a los medios de comunicación, se saldó con unas fotografías que finalmente vieron la luz para disgusto del protagonista. En ellas aparece un tanto desenfrenado realizando gestos obscenos, con un pijama rosa de ositos, con una muñeca hinchable o rodeado de alcohol y chicas en una actitud poco habitual en él.
Desde ese momento, el duque de Westminster no ha podido evitar que los flashes se posen sobre él, sobre todo a raíz del bautizo de George de Inglaterra. La prensa británica ha puesto el foco sobre él deseosa de conocer a alguna posible candidata a convertirse en un futuro no muy lejano en duquesa de Westminster.