Los peores temores de la familia y amigos de Daniel Sancho (29 años) se han hecho realidad. La esperada rueda de prensa ofrecida por la Policía tailandesa en la comisaría de Koh Phangan, la isla al sur de Tailandia en la que se cometió el crimen el miércoles 2 de agosto, ha arrojado nuevos datos sobre el asesinato y descuartizamiento del cirujano colombiano Edwin Arrieta, dando por concluida la investigación y con una petición clara: pena de muerte para el español.
El subdirector de la Policía de Tailandia, Surachate Hakparn, conocido con el sobrenombre de Big Joke, ejerció de portavoz ante los medios de comunicación allí congregados. Aunque la Policía tailandesa tenía hasta 84 días para analizar todos los detalles de lo sucedido desde la entrada de Sancho en prisión provisional el 7 de agosto, las pesquisas se aceleraron en parte gracias a la colaboración del español, autor confeso del crimen.
"Hemos consultado con el Fiscal General algunas de las pruebas que tenemos y son lo suficientemente sólidas como para presentar cargos contra él", afirmó Surachet. No obstante, la Fiscalía todavía podría hacer uso de ese plazo de 83 días para estudiar el caso y pedir más pruebas a la policía, antes de fijar fecha para el juicio. Éste podría celebrarse en septiembre.
Laa autoridades reconocieron que todavía no se ha practicado la autopsia a los restos mortales del cirujano. pero tienen claro que no se trató de una muerte accidental. Aunque el hijo de Rodolfo Sancho (44) aseguró que el fallecimiento se había producido de manera accidental a consecuencia de un golpe durante una fuerte discusión, los investigadores descartan esa opción y concluyen que murió por una puñalada en el pecho e insisten en que fue algo premeditado, lo que hace que la pena sea mayor.
También se descarta absolutamente la participación de otra persona en el crimen, hipótesis planteada por el equipo legal contratado por los padres de Daniel. El panorama que se le plantea al chef es muy complicado y desesperanzador, aunque a buen seguro la familia seguirá peleando para ahondar en las claves de este caso.
La legislación tailandesa es especialmente firme para este tipo casos. La pena más grave es la de muerte, que es la que se pide para Daniel Sancho, aunque es habitual que este tipo de condenas se conmuten por otra de cadena perpetua. No hay casos recientes de extranjeros que hayan sido ejecutados en Tailandia, así que la opción de pasar el resto de sus días en prisión parece ser la más probable para él.
Las duras condiciones de las cárceles tailandesas y la dificultad del proceso para la extradición hace que el futuro se plantee duro y difícil para el acusado. Sólo unas horas antes de que tuviera lugar esta rueda de prensa, la abogada Carmen Balfagón se mostraba desesperanzada pues el cierre de la investigación, muy apresurado según su opinión experta, no auguraba nada bueno.