En España, las croquetas son una de las tapas más consumidas: de jamón, pollo, cocido, rabo de toro, chorizo, morcilla, jamón york, etc... Existen muchas variedades y todas ellas nos encantan. Si quieres hacer unas croquetas caseras perfectas, lo más importante es conseguir una buena bechamel sin grumos y con mucho sabor. Y para ello hay una serie de trucos, sobre todo uno, que te vamos a desgranar a continuación.
1. Misma proporción de harina y mantequilla
Lo primero que debes tener en cuenta a la hora de hacer una bechamel es que es importante echar la misma cantidad de harina que de mantequilla. Para unas croquetas, esto puede oscilar entre 80 y 120 gramos por litro de leche.
A menor cantidad, más cremosidad, pero más dificultad a la hora de darles forma. Lo ideal es 100 gramos de harina y mantequilla. Las croquetas estarán jugosas y no será un engorro ni mucho menos prepararlas. A continuación, te desvelamos otras claves.
2. Cocinar bien la harina
Si sigues a rajatabla las medidas no tendrás que rectificar en ningún momento. Eso sí, debes tener en cuenta que es importante cocinar bien la harina. Lo ideal es agregar la mantequilla, acompañada con un chorro de aceite para evitar que se queme.
Acto seguido sofreír la cebolla y el jamón (o lo que queramos que lleven nuestra bechamel). Para que las croquetas tengan después un buen sabor es clave que cuando esté todo sofrito y agreguemos la harina, dejemos que esta se cocine por completo hasta obtener una masa.
3. La leche caliente y sin parar de remover
Cuando tenemos bien nuestra masa, es clave agregar poco a poco la leche. Y es vital que esta esté caliente, para que no sea tan complicado elaborar nuestra bechamel. Otro aspecto fundamental es no parar de remover.
Si sigues estos consejos verás que es una elaboración realmente sencilla. A continuación, te desvelamos los dos trucos que puedes seguir para darle mucho más sabor a tus croquetas.
4. Leche con huesos de jamón o caldo
No es necesario, no es un paso fundamental, pero hacer lo que te vamos a explicar le dará a la bechamel de tus croquetas mucho más sabor. Si la leche que agregas ha sido previamente cocida con huesos de jamón (a fuego lento para que no evapore mucho y perdamos las medidas), la potencia del aroma y del sabor será mucho más grande.
Otra opción es agregar menos leche y algo de caldo de cocido o de jamón que tengamos en casa hasta llegar al litro. Si pruebas esto, verás que el resultado es increíble. Te damos otros consejos y te enseñamos a terminar la receta.
5. La bechamel debe reposar en frío
Cuando nuestra bechamel esté terminada, agrega un poco de nuez moscada y sal (si fuera necesario), la agregamos sobre una bandeja larga de tal forma que la capa no sea muy alta.
Después, enfriamos durante unas horas, con un papel film por encima para evitar que se reseque. Por último, solo quedará formarlas, rebozarlas y freírlas. Algo sencillo pero importante si queremos hacer unas croquetas de diez. Te explicamos cómo.
6. Rebozar y freír las croquetas
Pasadas unas horas, será el momento de coger la bechamel y darle la forma habitual de las croquetas (o la que tú quieras). Después las pasaríamos por harina (si quieres), huevo y pan rallado.
Después las tenemos que agregar a una sartén con abundante aceite a fuego alto. Si se sumergen enteras, mejor. Esperar a que estén doradas y retirarlas del fuego. Cuando las pruebes te darás cuenta de que tienen un sabor increíble y no ha sido tan complicado elaborarlas.