La patata es un alimento que da lustre a algunos de los platos más emblemáticos de la gastronomía española: desde la tortilla de patatas hasta los huevos rotos, pasando por guisos como el cocido o el estofado. Este tubérculo ha sido considerado tradicionalmente un "alimento básico" en nuestra dieta. De hecho, según el último Informe sobre Consumo Alimentario en España, elaborado por el Ministerio de Agricultura, cada español consumió en 2019 unos 28 kilogramos de patatas. Es decir, ingerimos alrededor de medio kilo de patatas a la semana en sus distintas formas de preparación.
Nadie puede resistirse a unas patatas fritas crujientes con sal o acompañadas de diversas salsas. Y es que la papa frita es una de las comidas que más gusta tanto a niños como a adultos. Sin embargo, a pesar de que para muchos es su alimento preferido, comer a menudo y en grandes cantidades implica coger algún kilo de más, debido a la fritura y un exceso de aceite.
Pero para tu tranquilidad, debes saber que existen otras formas de cocinarlas para reducir las calorías de las patatas fritas. Puedes cocinarlas al horno o en el microondas para que sean más saludables. ¡Acompáñanos, te lo mostramos!
Formas 'sanas' de cocinar patatas fritas
Tal y como vamos a ver a continuación, y como te hemos comentado antes, no existe una única forma de elaborar las ansiadas patatas fritas perfectas sin que nos engorden tanto. A continuación, te mostramos cuatro formas distintas de hacer patatas fritas crujientes sin tanta grasa, así nuestra conciencia quedará tranquila ante el capricho.
1. Calorías de las patatas fritas según el aceite
Debes tener en cuenta que, como indican los nutricionistas, las patatas como tubérculos no engordan. De hecho, son uno de los alimentos con menor aporte calórico, con apenas 80 calorías por cada 100 gramos. Además, es un alimento muy versátil, por ello es el segundo más consumido en todo el mundo. Sin embargo, influye y mucho el proceso de elaboración de los tipos de patatas en España.
Sin duda, no es lo mismo cocinar las patatas al vapor que freírlas con abundante aceite de girasol. Este proceso en sí es lo que en verdad aporta las calorías de las patatas fritas, tal y como ocurre con cualquier alimento frito.
¡Nada menos que 300 calorías más, como mínimo, se añaden a la patata al freírla! Eso siempre que utilicemos aceite de oliva sin refinar, ya que si las freímos en aceite de girasol, semillas, coco o de cualquier otra variedad, ascenderemos hasta las 400 o 500 calorías.
2. Así debes cocinar las patatas para engordar menos
En el siglo XVI, el primer lugar de Europa donde se comenzaron a cultivar las patatas procedentes de Europa fue en las Islas Canarias. Además, el plato español por excelencia con la patata como ingrediente principal es la tortilla de patatas, aunque son muchas las recetas con la patata como base.
Su precio no es muy elevado, además su versatilidad y las propiedades nutricionales de los tipos de patatas en España hacen que sea un ingrediente presente no solo en los recetarios de nuestro país, sino de casi todo el mundo. No obstante, siempre han tenido mala fama de engordar, una creencia que a priori es falsa, puesto que hay dietas para adelgazar que contienen patatas.
Es cierto que son una importante fuente de hidratos de carbono según los nutricionistas, pero todo depende del modo de cocinarlas. Desde luego, las calorías de las patatas fritas son más elevadas que las de las patatas cocinadas al horno o al vapor.
3. Propiedades de las patatas
Las patatas en sí no son perjudiciales, como cualquier alimento que se encuentre dentro de una dieta sana y equilibrada. Es un tubérculo rico en fibra, vitamina C, vitamina B, potasio, hierro, magnesio y flavonoides.
El problema está en el modo de cocinarlas, que influye mucho a la hora de utilizarlas para reducir peso. Por ello, las calorías de las patatas fritas son mucho más elevadas, en concreto, entre cinco y siete veces más que cuando están asadas o hervidas.
De ahí la recomendación de que, para beneficiarnos de todos sus nutrientes sin un exceso de calorías, se consuman cocidas, al vapor, en el microondas o al horno. Y es que una patata cocida o asada contiene unas 110 kilocalorías, es decir, un contenido energético inferior al que aportan, por ejemplo, el arroz o la pasta cocida.
Por último, si nos centramos en el modo de preparar las patatas cocidas, podemos establecer una distinción entre hacerlo con o sin piel. Al cocerlas con la piel, este alimento no perderá ciertas propiedades, pero si las pelas, parte de sus nutrientes se perderán en la cocción y pasarán al líquido. Te recomendamos, por tanto, cocinarlas con piel para que la pérdida a nivel nutricional sea menor.
4. Evita las salsas perjudiciales
En tal caso, si lo que quieres son unas patatas fritas crujientes y no cocidas ni asadas, la forma más recomendable de hacerlo es como te hemos indicado, o bien en el horno o en el microondas. Sin embargo, para mantener sus beneficios, evita condimentarlas con un exceso de sal o salsas, aunque no hay ningún problema en usar aceite de oliva virgen, pimentón o alguna otra especia para aportarles sabor.
En tal caso, las salsas más recomendables en caso de utilizarlas son el mojo picón o la salsa romesco, pues son saludables y, además, su elaboración casera será siempre mejor que si las compramos. Del mismo modo, los especialistas aconsejan que en ningún caso recurramos a salsas industriales como el tomate frito, el ketchup o la mostaza.
Por otro lado, los especialistas recomiendan refrigerar este alimento después de cocinarlo. Cuando las patatas se enfrían, se favorece el incremento de los almidones resistentes y se reduce el índice glucémico.
Aclaramos que el almidón resistente es aquel que no se puede digerir en el organismo y actúa como fibra para la flora digestiva, favoreciendo la evacuación y generando una mayor sensación de saciedad. Así, el índice glucémico disminuye, por lo que los picos de insulina serán menores estando frías.
Por último, para las personas que les guste comer cualquiera de los tipos de patatas en España crudas, debes saber que esto es algo que debes evitar, podría ser peligroso si se consumen en exceso.