La Ribera blanca es una realidad con historia. La albillo mayor se oculta entre los viñedos de tempranillo en la Ribera del Duero desde tiempos inmemoriales. Un juego del escondite que hace verdaderamente difícil su vendimia pero que también aporta carácter y tipicidad a unos vinos blancos difíciles de catalogar en una denominación de origen consagrada a los tintos.
Esta uva blanca es en realidad toda una referencia histórica de la región. Existen vestigios que se remontan a la Edad Media. Sin embargo, su papel hasta hace unos años ha sido de uva complementaria aunque imprescindible para la elaboración de los famosos claretes de la Ribera del Duero, y también para el equilibrio de algunos tintos.
Pero su protagonismo está creciendo gracias al empeño de los elaboradores y a una toma de conciencia de la denominación por realzar y darle todo el reconocimiento que se merece a esta uva autóctona y centenaria. Desde hace unos meses la albillo mayor es ya una de las variedades principales de la D.O. Ribera del Duero. Y aunque las producciones son todavía limitadas, bodegas y enólogos como Yolanda García Viadero (Bodegas Valduero) o Jorge Monzón (Dominio del Águila) se afanan por dar luz a esta poderosa reliquia enológica.
A pesar de haber sido una uva con una entidad secundaria en beneficio de la tempranillo, la media de edad de los viñedos de albillo mayor es de 50 años, fruto de la apuesta personal de los viticultores de la Ribera del Duero por esta variedad. "Son vinos que sorprenden con mucha complejidad en boca y que generan una gran expectación por saber qué depararán en el futuro", aseguraba hace unos días Miguel Sanz, Director General del Consejo Regulador de la Ribera del Duero durante la presentación de sus vinos blancos en el marco de Enofusión, el salón internacional del vino celebrado en Madrid Fusión 2020.
"Es pronto para saber cómo van a evolucionar, pero estamos muy contentos por la gran recepción que están teniendo los blancos de Ribera por parte de los profesionales del sector y sumilleres", confía Sanz.
Una uva con carácter
La albillo mayor es una variedad ruda, difícil al primer contacto, pero que una vez comprendida puede mostrarse de lo más versátil. Una uva nacida para la elaboración de vinos de guarda. Esto es lo que opinan los enólogos que actualmente trabajan con ella en la Ribera del Duero.
Una variedad con carácter pero también delicada, que requiere ser vendimiada en el momento exacto, y que al mínimo descuido puede perder todo su potencial. "Su trabajo es exigente pero el resultado final alcanza cotas de excelencia", aseguran desde la denominación. "Los vinos blancos que se están elaborando en la Ribera del Duero con albillo mayor siguen el mismo proceso que los tintos porque a pesar de ser una uva blanca, el comportamiento es como el de una uva tinta".
Cuando el futuro es el presente
Existen cerca de 500 hectáreas de albillo mayor del total de más 23.000 de superficie de viñedo inscrito en la denominación, y entre ellas muchas cepas centenarias. Y alrededor de 30 bodegas de las más de 300 que forman parte de la D.O. Ribera del Duero elaboran vinos blancos con albillo mayor.
Las producciones son todavía escasas, la mayoría no superan las cinco mil botellas por añada, pero las previsiones no pueden ser más halagüeñas. A finales de 2019, el Consejo Regulador entregó las que son las primeras contraetiquetas destinadas a vinos blancos de la Denominación de Origen. Exactamente 4.990 contras para sacar al mercado 3.760 litros de vino blanco elaborado con uva albillo mayor procedente de la cosecha 2018.
Cerca de cinco mil etiquetas para sacar al mercado los primeros vinos blancos de la historia, que reflejan la creciente confianza del sector en la calidad de los vinos de Ribera del Duero y el crecimiento de sus ventas nacionales e internacionales. Y en estos momentos hay solicitudes para obtener la certificación de otras treinta bodegas.
Algunas bodegas de la región llevan elaborando blancos desde hace décadas porque siempre tuvieron claro que la albillo mayor de Ribera del Duero tenía futuro. Pero ahora hay más enólogos sentando las bases de los vinos elaborados con esta variedad a partir de sus propias interpretaciones. "Es un momento excitante en el que los elaboradores están jugando con la uva, probando lo que puede dar de sí esta variedad en la zona", comentaba Miguel Sanz en Enofusión 2020.
Un proceso creativo entorno a la albillo mayor basado en la libertad y sin influencias externas que, según los expertos, puede compararse al que tuvo lugar hace casi 40 años con la tempranillo, durante los inicios de la denominación, y cuyo resultado son vinos con personalidad y matices únicos que mantienen un alto nivel de calidad. "Son vinos con mucha presencia del terroir aportada por los viñedos viejos", añadía el Director General de la D.O.
Para este consejo regulador, el futuro de la albillo mayor en la Ribera del Duero pasa por conservar los estándares de calidad y seguir sumando variedad al amplio abanico que ya existe, con vinos auténticos que defiendan la verdad y que no se dejen seducir por las imposiciones del mercado.
Deberes para casa
El gran atractivo de esta variedad reside en su acidez equilibrada y bien integrada, bondad que se aprecia tanto en vinos jóvenes como de guarda. Los jóvenes son sabrosos, frescos y divertidos, con una apetecible gama aromática frutal y floral. Los reservas y grandes reservas ofrecen, por su parte, toda la riqueza de una uva muy longeva en forma de matices elegantes, sofisticados y estructurados, claramente diferentes a los de otros blancos nacionales.
Hay quien compara la complejidad de estos blancos de la Ribera del Duero con la de los grandes vinos franceses. Pero una vez aprendida la teoría, lo mejor es pasar a la práctica. Aquí tienes unas cuantas referencias para comprobar la versatilidad de la albillo mayor por ti mismo:
Lagar de Isilla Albillo 2018, de Bodegas Lagar de Isilla
Luthier Blanco 2018, de Bodegas Territorio Luthier
Caballero Zifar Blanco 2018, de Bodegas Zifar
Unanimus Tres Piedras 2018, de Bodegas Tres Piedras
El Lebrero 2018, de Bodegas Félix Callejo
Viadero Blanco de Albillo 2018, de Bodegas Valduero
Dominio del Pidio Albillo 2018, de Bodegas Dominio del Pidio
Valduero Albillo Reserva 2017, de Bodegas Valduero
Dominio del Águila 2015, de Bodegas Dominio del Águila