En el pintoresco pueblo de Es Castell, el lugar que cada mañana recibe los primeros rayos de sol en España, se erige un nuevo templo de la gastronomía menorquina: Pintarroja. Este chiringuito de puerto con estilo hippie-chic se ha convertido rápidamente en un referente culinario en la isla.
Detrás de este proyecto se encuentra Eugeni de Diego, ex jefe de cocina del icónico El Bulli de Ferran Adrià, quien ha encontrado en Menorca el escenario perfecto para desplegar su creatividad y pasión por los productos frescos y locales.
Pintarroja, que lleva el nombre del tiburón más pequeño de nuestras costas, se presenta como una marisquería informal donde la esencia del producto es la protagonista. Con una cocina sencilla basada en la plancha y el vapor, De Diego busca resaltar la pureza de los ingredientes, trabajando estrechamente con pescadores y productores locales para garantizar la máxima calidad y frescura.
"Cada año cambiamos de equipo" apunta De Diego que cada temporada acude a la isla en el momento de la apertura para asegurarse de que su proyecto va viento en popa y a toda vela. Es un pop up con el que experimenta, "me gustaría llevar el concepto a Barcelona. Una marisquería moderna que no sea casposa y cara".
"Hay cosas de aquí y cosas de fuera", coinciden los canyuts que también los sirve en Colmado Wilmot. "Compro pescado fresco siempre y después alguna pieza del mercado, cada día me envían lo que tienen, cambia según lo que se pesque", aclara.
"Tenemos cosas muy divertidas como la tortilla con pulpo a la gallega, pescados como el mero, escórporas que hacemos a la donostiarra o langosta que se puede hacer al gusto" explica el cocinero.
Es precisamente la caldereta de langosta, un plato emblemático de la cocina menorquina, uno de los platos estrella indiscutibles de la carta. Este guiso tradicional, preparado con maestría por De Diego y su equipo, captura la esencia del mar y la autenticidad de la cocina isleña. Pero la propuesta de Pintarroja no se detiene ahí; el menú incluye delicias como mejillones con sobrasada, rigatoni con bogavante, y una deliciosa torrija de ensaimada, entre otros.
La inspiración detrás de Pintarroja proviene de Rafa’s, una marisquería en Rosas que De Diego frecuentaba durante sus años en El Bulli. Al igual que en Rafa’s, la apuesta en Pintarroja es por una cocina directa y fresca, donde la calidad del producto y la técnica precisa son fundamentales. Carabineros, ensalada de tomate con queso de Mahón, esqueixada de bacalao, tartar de atún con aguacate y chipirones fritos son algunos de los platos que los comensales pueden disfrutar mientras contemplan las vistas al mar desde la terraza del restaurante.
Eugeni de Diego ha logrado combinar su extensa experiencia en alta cocina con una gestión inteligente y moderna. Durante la pandemia, junto a Ana Alvarado, creó la empresa Ático, la cual ha digitalizado las operaciones de sus negocios para optimizar costos y mejorar la eficiencia. Esta estrategia le ha permitido dedicarse a diseñar nuevos conceptos gastronómicos y abrir varios establecimientos exitosos, como Lombo Bar y el Colmado Wilmot en Barcelona.
La propuesta de Pintarroja ha sido todo un reto para De Diego debido a la corta temporada turística de Menorca. Sin embargo, el chef ha superado las expectativas y planea replicar este concepto en otras islas Baleares en futuras temporadas. Con una carta de vinos que incluye cerca de 30 referencias, varias de ellas espumosas.
Además del éxito culinario, Pintarroja destaca por su ambiente acogedor y sus vistas a los más de seis kilómetros de longitud que mide el puerto de Mahón. Su ubicación, al comienzo del muelle de Es Castells, permite a los vecinos de la zona acudir en barca hasta el atracadero con el que cuenta el restaurante. La combinación de buena comida, buen servicio y un entorno idílico ha hecho que este restaurante sea una parada obligada para los amantes de la buena gastronomía en Menorca.