No hay desayuno que se precie que no tenga su vaso de zumo reglamentario. Está rico, entra por los ojos y además contiene todo tipo de vitaminas y demás nutrientes. ¿Acaso hay algo mejor? Lo cierto es que sí, la fruta entera.
Aunque muchos consideren que un zumo es equivalente a una pieza de fruta lo cierto es que no tienen nada que ver. Es mejor comer fruta que beber zumo, no importa si es envasado o si lo exprimimos en casa.
Todo lo bueno se queda en el exprimidor
A primera vista uno puede pensar que no hay apenas diferencia entre comerse, por ejemplo, una naranja o exprimirla y beberse su zumo pero lo cierto es que aunque su sabor sea el mismo, nutricionalmente hablando son dos cosas totalmente distintas.
Esto se debe a que cuando exprimimos la fruta puede que extraigamos todo su líquido pero desde luego no extraemos todos sus nutrientes. Al exprimir se pierde gran parte de la fibra al mismo tiempo que aumenta su índice glucémico (IG). Para quien no lo conozca, el IG compara los efectos que tiene en el organismo los azúcares de un alimento en comparación con los de la glucosa pura.
En el caso de un zumo el azúcar se libera más fuerte y en un periodo de tiempo menor que si masticásemos la pieza. O lo que es lo mismo, la energía se libera de golpe al beberlo en vez de liberarse de forma más controlada y prolongada.
Además de eso, es mejor comer fruta que beber zumo por la capacidad de saciar que tiene un alimento solido frente a uno líquido. Si fuésemos a desayunar lo más probable es que sólo nos comiésemos una pieza mientras que para hacer un vaso de zumo necesitaríamos exprimir dos o tres.
Pero lo peor de todo es que pese a triplicar la cantidad de fruta el zumo seguiría sin aportar los mismos nutrientes que una pieza pero prácticamente multiplicaría por tres las calorías.
¿Qué pasa con los smoothies?
En el caso de un smoothie o batido de frutas si es cierto que se pierden menos nutrientes (fibra especialmente) al echar las piezas enteras a la batidora. Sin embargo, eso no evita que su IG sea superior y tampoco llegan a saciar del mismo modo.
Por ejemplo, en el smoothie bowl que preparamos el otro día, los arándanos y el plátano entraron a la batidora tal y como nos los comeríamos, pero al ser casi líquidos no sólo no sacian igual (para ello le añadimos los cereales) sino que además liberan su energía de forma más inmediata.
Lo dicho, es mejor comer fruta que beber zumo
Resumiendo, la mejor forma de obtener todos los nutrientes de la fruta es comiéndo la pieza entera (con o sin piel es cosa tuya). Aunque los batidos o smoothies mantienen gran parte de la fibra pierden parte de los nutrientes y sacian menos.
Por último, los zumos (especialmente si son envasados) son la opción menos saludable de comer fruta puesto que desechan nutrientes tan importantes como la fibra y tienen un indice glucémico más alto (sobre todo si contienen azucares añadidos) que la energía que aportan suba tanto y baje tan rápido como una montaña rusa.
Así que ya sabes, la próxima vez que vayas a desayunar un zumo en vez de comerte la pieza entera piénsatelo dos veces. No sólo resulta más saludable si no que además te saciará durante más tiempo.
Foto de cabecera por Toa Heftiba / Unsplash.