Hacer tortitas de calabacín es sencillo. Esta, como muchas otras, es una de esas recetas que ayudará a que todos coman verdura sin darse cuenta. De hecho, el calabacín le da una textura esponjosa a las tortitas, más jugosa, que enamorará a muchos.

Lo mismo pasa en la receta de buñuelos de bacalao y calabacín o en la de buñuelos de calabacín y gorgonzola, en ambas esta verdura aparece para aportar muchísima jugosidad al conjunto y también un característico dulzor final que generalmente siempre es muy bien recibido. Conste que los buñuelos de los que se habla no tienen nada que ver con estas tortitas, que tienen harina en su interior y también levadura además del queso.

A los amantes del calabacín les fascinarán recetas como la ensalada de aguacate, calabacín y queso en la que el calabacín aparece cortado muy finito y en crudo o también el salmorejo de aguacate y calabacín - que queda cremosísimo - o los fideos de calabacín con tres delicias. Siempre es una buena opción hacer tallarines con el calabacín, saltearlos a fuego fuerte y condimentarlos con lo que apetezca.

Volviendo a las tortitas de calabacín, son perfectas para un desayuno o brunch cargados de energía, geniales para no tomar azúcares añadidos que luego se conviertan en hambres repentinas, y por encima se pueden terminar tanto con un poco de jamón serrano como con algo de salchichón, de chorizo o incluso una butifarra fresca salteada. Eso sí, habrá que hacerlos y consumirlos al momento pues es calientes cuando están ricos. Lo que sí se puede dejar hecha con antelación es la masa, guardada en la nevera y bien tapada con papel film, aguanta hasta 5 horas sin problema.

Los ingredientes son básicos y siempre personalizables. El queso cheddar puede sustituirse por queso parmesano, edam o gouda y, además, se podría añadir algo de cebolla o cebollino muy bien picado. Imprescindible la levadura química para que, con la acción del calor, las tortitas se hinchen y queden esponjosas.

Otra opción de acompañamiento de estas tortitas podría ser una salsa al gusto de cada uno. Por ejemplo, un poco de salsa de tomate casera, salsa de atún como la del vitello tonnato, salsa de aguacate, salsa tártara o la más mítica de los brunches, la salsa holandesa.

Receta de tortitas de calabacín

Paso 1

Lo primero será rallar el calabacín finamente y con paciencia e ir poniéndolo sobre un colador. El calabacín tiene mucha agua y la irá soltando poco a poco. Habrá que lavar el calabacín por fuera previamente, para quitarle ese pelillo áspero que tiene.

Paso 2

Envolver el calabacín rallado en papel de cocina, con varias capas, y dejar que éste absorba bien todo el líquido del vegetal. Cambiar el papel un par de veces. Se podría hacer también con una gasa de queso, apretando lo mejor posible para escurrir al máximo la verdura.

Paso 3

Si no se tiene el queso picado, picarlo con la ayuda de un cuchillo hasta que quede en daditos pequeños. También se podría rallar con un rallador si lo tenemos en porción grande y no en lonchas.

Paso 4

En un bol o plato hondo mezclar el huevo, la harina, la levadura química y la sal. Añadir entonces el calabacín y mezclarlo todo muy bien. Si está muy líquido o acuoso agregar más harina.

Paso 5

Calentar una sartén que no se pegue al fuego, derretir en ella un poco de mantequilla y limpiarla ligeramente, para que no haya exceso de grasa. Ir poniendo montañitas de masa de calabacín separadas, aplanarlas hasta formar una tortita. Dorar por un lado a fuego medio.

Paso 6

Voltear y dorar también por el otro lado. Es importante entender que la harina tiene que cocinarse por completo así que es recomendable no poner el fuego demasiado alto. Tendrán que cocinarse unos tres o cuatro minutos por cada lado.

Paso 7

Servir las tortitas de calabacín coronadas por unas láminas de jamón serrano, se puede agregar también un chorrito de aceite de oliva virgen extra.