Durante los últimos años, la dieta cetogénica (caracterizada por ser muy baja en carbohidratos y alta en grasas saludables, aunque existen diversos subtipos de esta dieta) y las dietas altas en grasa ha cobrado gran popularidad al haber demostrado ser eficaz en cuanto a la pérdida de peso se refiere, manteniendo e incluso mejorando la salud en general.
Por otro lado, hay que añadir el hecho de que durante las últimas décadas múltiples estudios nos han abierto los ojos en cuanto a pérdida de peso se refiere: no hay que eliminar las grasas de la dieta, sino que hay que disminuir los carbohidratos, y eliminar cualquier alimento procesado. La dieta cetogénica aboga por casi eliminar por completo los carbohidratos, y por ello mismo suele usarse de forma “cíclica”, alternada con otro tipo de dietas.
Ahora, dos nuevos estudios han llegado a sugerir que tanto una dieta baja en carbohidratos como la misma dieta cetogénica podrían contribuir a alargar la vida y evitar la pérdida de memoria, entre otros beneficios. ¿El secreto? un compuesto denominado β-hidroxibutirato, el cual se libera en aquellos tipos de dietas muy bajas en calorías, o con un elevado contenido de grasa. Sin embargo, como bien veremos hoy, vivir a base de mantequillas y otros tipos de grasa para siempre no es ni factible ni recomendable.
Dietas altas en grasa y dieta cetogénica: el secreto de la eterna juventud
Según dos estudios diferentes publicados recientemente en la revista Cell Metabolism, uno de ellos centrado en estudiar la mortalidad y el envejecimiento y el otro centrado en la esperanza de vida y la duración de la salud a largo plazo, llevar a cabo dietas altas en grasa o muy bajas en calorías; o concretamente muy bajas en carbohidratos en general, podrían producir un aumento de la esperanza de vida, y de la salud en general, en comparación a una dieta típica. Al menos, en ratones.
Según dichos trabajos, los ratones fueron capaces de vivir hasta un 13% más que sus congéneres, lo que equivaldría a 7-10 años más de vida en seres humanos, manteniendo un estado saludable e incluso mejorando otros aspectos como la memoria o la forma física. Sin embargo, estos resultados tienen sus matices a tener en cuenta y llevar a cabo una forma de vida así en humanos podría ser problemático.
En el primer estudio, centrado en la mortalidad y el envejecimiento, los ratones recibieron tres tipos de dieta: una comida estándar (65% de carbohidratos, 18% de proteínas y 17% de grasa), una dieta alta en grasas y baja en carbohidratos (70% de grasa, 20% de proteínas y 10% de carbohidratos) y una dieta cetogénica (89% de grasa, 10% de proteína y menos del 1% de carbohidratos).
Tanto en la dieta alta en grasa y baja en carbohidratos como en la dieta cetogénica (sobre todo en el caso de esta última), los ratones lograron vivir más tiempo y de forma más saludable, aunque no de forma significativa. Asimismo, los ratones alimentados con una dieta cetogénica también obtuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria, fuerza, agilidad y velocidad.
En el segundo estudio, donde los ratones también recibieron estos tres tipos de dieta, hubo una excepción: la dieta alta en grasa y la dieta cetógenica se produjo de forma cíclica, es decir, se alternaron de forma semanal con las dietas estándar o control (una semana la dieta experimental y a la siguiente semana la dieta alta en grasas o la dieta cetogénica).
En este trabajo los ratones también vivieron más tiempo y de forma más saludable (sobre todo aquellos que consumieron una dieta cetogénica). Asimismo, se detectó que el compuesto β-hidroxibutirato tiene efectos sobre la forma en la que se comunican las células, lo cual podría evitar los efectos nocivos del envejecimiento.
Por qué vivir a base de dietas altas en grasa es mala idea
Sin embargo, y a pesar de los beneficios demostrados por ambos estudios sobre la esperanza de vida y la disminución de la mortalidad al consumir dietas altas en grasa (tanto si era baja en carbohidratos como si se llegaba el punto de la dieta cetogénica), vivir a base de grasa no nos hará inmortales.
En los ratones, la probabilidad de muerte se redujo en aquellos con una edad de entre 12 y 30 meses, pero a mayores edades el efecto de este tipo de dietas altas en grasa no era significativo. Asimismo, llevar a cabo una dieta cetogénica a largo plazo puede provocar diversos efectos secundarios, tales como daños a nivel del hígado e incluso arritmias cardíacas. Por ello, se aconseja llevar a cabo este tipo de dieta bajo vigilancia médica, y de forma cíclica, sin llegar a extremos en el tiempo.
Finalmente, para el estudio, los investigadores tuvieron que alimentar a los ratones a base de diferentes tipos de mantecas y usar suplementos vitamínicos de forma específica (ya que la dieta cetogénica también se caracteriza por su falta de vitaminas y minerales). Por tanto, vivir a base de una dieta alta en grasa a largo plazo no es muy buena idea.
En el caso de ambos estudios el objetivo era comprender mejor las vías metabólicas que afectan al envejecimiento y la salud, pero por el momento no aconsejan llevar a cabo este tipo de dietas de por vida, sino intentar elegir un tipo de dieta que se acomode a nuestras necesidades y nos ayude a mantenernos en forma, siempre basadas en frutas, verduras y legumbres, evitando los alimentos procesados o refinados y sin obsesionarnos con el contaje de calorías. Recordemos que una caloría no es una caloría.
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