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El queso frito es muy popular en muchísimas gastronomías y lo bueno de hacerlo con feta es que conseguimos un sabor más ácido, pero el queso se relaja, no se queda tan pastoso como suele ser, no es tan seco, y funciona de maravilla con la salsa de maíz.
Si hablamos de «saganaki» en Grecia nos referimos a un utensilio especial en el que ellos preparan tradicionalmente el queso feta, los mejillones y también los langostinos. Pero cuando hablamos de saganaki de queso feta todo el mundo sabe a lo que nos referimos y, lo mejor, saben también que sólo necesitaremos tres ingredientes para llevar nuestra hazaña a cabo: queso feta, harina y aceite para freír. Tan fácil, tan sencillo, tan rápido, tan delicioso.
Hay quien pasa el queso feta por huevo y luego por harina normal pero a mí me gusta mucho utilizar sólo harina de maíz, como hago con el tofu. Aguanta muy bien la fritura y queda muy crujiente, aunque es verdad que hay que darle más tiempo. Si podéis, haced vuestro saganaki con queso feta 100 % de oveja, es el que normalmente se utiliza.
La salsa de maíz no es nada tradicional, pero le va muy bien porque contrasta el ácido del feta con el punto dulce del maíz. De hecho, allí sí que es normal ver que lo sirven con un chorrito de miel y semillas de sésamo. Hay que decir que en Grecia incorporan un buen chorrete de limón, pero en España reconozco que nos podría resultar un poco agresivo
Este queso frito podría ir también genial sobre una ensalada, a modo de croutons, o incluso en un guiso tradicional de legumbres. Por ejemplo, el queso feta frito podría ir perfectamente en la ensalada de lentejas o en la ensalada de sandía. Si os gusta el queso frito no os podéis perder el queso de cabra frito con cebolla caramelizada y tenéis que probar a hacer fingers de queso caseros, son súper fáciles. Si os sobra salsa de maíz no pasa nada, la podéis aligerar con un poco de nata y tomarla calentita con unos crujientes de panceta, como primer plato, ¡me encanta!
Receta de queso frito con maíz
Ingredientes
- Queso feta, 200 g
- Harina de maíz, 150 g
- Aceite de oliva, abundante para freír
Para la salsa de maíz
- Cebolla grande, 1 ud
- Dientes de ajo, 2 ud
- Caldo de verdura o pollo, c/s
- Sal, c/s
- Mantequilla, 40 g
- Perejil fresco, c/s
- PImienta rosa molida, c/s
Paso 1
Pochar la cebolla con el ajo y añadir el maíz.
Paso 2
Triturar la salsa de maíz
Paso 3
Cortar el queso feta y pasarlo por la harina de maíz
Paso 4
Freír el queso feta
Paso 1
Lo primero será hacer la salsa que es lo que lleva más tiempo. Para ello, pochar la cebolla muy bien picada con los dientes de ajo en la mantequilla. Añadir ahí un poco de sal y pochar a fuego suave hasta que esté bien tierno.
Paso 2
En ese momento, añadir el maíz muy bien escurrido y saltear bien. Cubrir con un poco de caldo de verduras o ave y dejar cocinar 10 minutos a fuego suave.
Paso 3
Triturar muy bien, sin que haya exceso de líquido. Es mejor ir añadiendo líquido después que pasarnos al principio. El maíz no es fácil de triturar por lo que os recomiendo hacerlo en una batidora de vaso o bien colar después la mezcla para que quede fina. Poner a punto de sal y de pimienta negra.
Paso 4
Escurrir muy bien el queso feta, incluso podremos secarlo con un poco de papel de cocina. Si no está cortado, tendremos que cortarlo del tamaño que queramos. Lo más práctico sin duda es comprar ya los bocaditos cuadrados de queso feta.
Paso 5
Disponer un cuenco o plato hondo grande con mucha fécula de maíz y rebozar todos y cada uno de los daditos con mucho cuidado. Es mejor hacerlo de pocos en pocos porque si los ponemos todos a la vez podemos hacer una amalgama inconexa que luego nos deje zonas del queso sin cubrir, y se explotaría en la sartén siendo peligroso.
Paso 6
Cuando todo el queso esté rebozado, calentar abundante aceite de oliva en una sartén a 180 ºC. Cuando el aceite esté caliente ir friendo queso en tandas no muy grandes, moviéndolo para que se dore de manera uniforme. Tardará un poquito, pero no hay que desesperar, queremos que quede dorado por fuera.
Paso 7
Cuando el queso ya esté dorado retirar a un papel absorbente y servir sobre la crema de maíz, con unas gotas de limón por encima y también con unas hojas de perejil fresco para terminar. Si quisiéramos, podríamos añadir unas gotas de miel y un poco de sésamo.