Cómo conservar las zanahorias para que aguanten mucho tiempo frescas

Si compramos las zanahorias en el supermercado, lo habitual es que vengan en bolsas de medio kilo o de un kilo, y si las compramos en el mercado, es muy frecuente que vengan en manojos de varias unidades. Conclusión, casi siempre van a sobrar zanahorias y vamos a ver cómo debemos guardarlas para que nos aguanten un montón de días sin estropearse.

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Cómo conservar las zanahorias en casa

Las zanahorias son hortalizas que se deshidratan con mucha facilidad, por eso se conservan mejor en ambiente húmedo. Tanto es así que podríamos dejarlas sumergidas en un recipiente con agua e ir cambiando ésta en cuanto veamos que empieza a ponerse turbia. De hecho, este es el mejor truco si tenemos en casa unas zanahorias que han empezado a ponerse blandas y arrugadas, pero no tienen moho ni signos de podredumbre, porque eso quiere decir que se han deshidratado y podrían recuperarse 

Otra opción, es humedecer hojas de papel absorbente y envolver con ellas las zanahorias que vamos a guardar e ir revisando cada pocos días que se mantiene la humedad y, cuando no sea así, sustituir las hojas por otras húmedas. Así nos durarán semanas.

Otro detalle importante cuando compremos zanahorias en esos manojos que vienen con las hojas verdes, éstas hay que cortarlas antes de guardar las zanahorias, pues las hojas van a intentar sobrevivir frescas a costa del agua que puedan obtener del tubérculo, por lo que se estropearán antes.

Cómo congelar zanahorias

Otra forma de conservar las zanahorias durante mucho tiempo es congelarlas. Para congelar las zanahorias debemos pelarlas, cortarlas en rodajas o en dados y blanquearlas, esto es, poner agua a hervir y cuando arranque el hervor echar las zanahorias y esperar a que el agua hierva de nuevo. En ese momento se sacan, se pasan bajo un chorro de agua fría para cortar la cocción, se escurren bien y se guardan en bolsas o táperes en el congelador.

Estas zanahorias congeladas no podremos usarlas para preparaciones en crudo, pero nos resultarán muy cómodas para cualquier receta en la que vayan cocinadas como sopas, guisos, arroces, purés; además, no es necesario descongelarlas previamente por lo que nos resultará muy práctico poder echar mano de ellas en un momento de prisas.

Cómo conservar zanahorias en vinagre

En cambio, si somos amantes de ese irresistible toque crujiente que dan las zanahorias crudas en aliños y ensaladas, la mejor solución es encurtirlas o conservarlas en vinagre.

Para ello, pelamos las zanahorias, las cortamos en rodajas finas o en juliana y las metemos en frascos esterilizados, presionando bien para que quede la menor cantidad de espacio libre posible, echamos especias al gusto y un diente de ajo pelado.

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En un cazo, ponemos a calentar el agua con vinagre a partes iguales, sal, azúcar (1 cucharada sopera de cada por cada 100 ml de vinagre) y el laurel y, cuando rompa a hervir, con cuidado de no quemarnos llenamos los frascos hasta el borde.

Inmediatamente colocamos la tapa, cerramos bien y los colocamos los frascos bocabajo hasta que se enfríen. Cuando estén fríos, los guardamos en la nevera y esperamos 48 horas para empezar a consumirlos.