Los pimientos son unas de las hortalizas más populares de la dieta mediterránea. Su origen se sitúa en Bolivia y Perú, países americanos desde los que llegaron a España a finales del siglo XV en la “maleta” de Cristóbal Colón.
Durante el siglo XVI su cultivo se popularizó por toda España y acabó extendiéndose al resto de Europa y del mundo.
En la actualidad, cinco siglos más tarde, los invernaderos solares del sur de España son uno de los principales puntos de producción de esta hortaliza a nivel mundial y desde ellos se distribuyen pimientos dulces que abastecen a los mercados de toda Europa.
En la provincia de Almería, localidad que encabeza la producción, se cosechan cada año del orden de 1 millón de toneladas. El pimiento es la hortaliza cultivada en invernadero solar que más se consume en Europa. Su comercialización, tanto a nivel nacional como internacional, es posible durante los 12 meses del año, gracias a este sistema productivo que destaca por su sostenibilidad, seguridad alimentaria y trazabilidad.
En los invernaderos solares de Almería y Granada se cultivan algunas de las hortalizas más sabrosas del mercado como las nuevas variedades de pimientos dulces rojos de textura delicada y aromática. Al igual que sucede con el resto de las hortalizas, en los cultivos de pimientos se busca siempre alcanzar la máxima calidad organoléptica.
Llegados a este punto, se hace necesario echar por tierra algunos bulos y falsas creencias que, durante mucho tiempo han acompañado a los cultivos de invernadero. Percepciones erróneas que el programa Cutesolar, cultivando el sabor de Europa en invernaderos solares está ayudando a corregir en una campaña de divulgación que tiene como fin dar a conocer al consumidor final las características de un método de producción eficiente y respetuoso con el medioambiente y de gran calidad y seguridad para los consumidores.
- Las verduras de invernadero son tan sabrosas como las de la huerta tradicional. Quizá el bulo más extendido sobre este tipo de cultivos es el relativo al sabor. Erróneamente muchos creen que las verduras cultivadas en invernadero tienen menos sabor que las que se producen utilizando otros medios de cultivo, pero la realidad es que en los invernaderos es posible cultivar los pimientos durante todo el año y el sabor de estos depende de la variedad de que se trate, de que hayan sido correctamente regados y abonados y del momento en el que se hayan recolectado. En este caso, la recolección se produce en el momento óptimo de maduración y se transportan en fresco y de manera inmediata hasta los mercados para la distribución final.
- Un método de producción sostenible y respetuoso con el medioambiente. Quizás se deba a la errónea asociación con el efecto invernadero, pero los cultivos de invernadero nada tienen de perjudicial para el medioambiente, sino más bien todo lo contrario. Los cultivos bajo plástico permiten un uso muy eficiente de los recursos hídricos y del suelo cultivable y las propias cubiertas de plástico están ayudando a frenar el calentamiento global gracias al efecto albedo.
- Control biológico de plagas frente al uso de pesticidas. Los invernaderos del sur de Europa son un referente mundial en la utilización de fauna auxiliar, una técnica que consiste en la suelta de insectos y ácaros depredadores sobre los cultivos para acabar con las plagas que les amenazan. Esta práctica, conocida como control biológico, es natural, respetuosa con el medioambiente y reduce significativamente la aplicación de plaguicidas. Más natural, imposible.
Pimientos, pocas calorías, pocos carbohidratos y muchas vitaminas
¿Sabías que los pimientos pueden llegar a tener más del triple de vitamina C que las naranjas? a pesar de que sean estas últimas las primeras que nos vienen a la cabeza cuando pensamos en vitamina C, la realidad es que los pimientos amarillos (Molina, 2015) tiene 183 miligramos de vitamina C por cada 100 gramos de producto, frente a los 50 mg/100 g que poseen las naranjas. Los pimientos rojos (128 mg/100 g) y los pimientos verdes (80 mg/100 g), aunque la poseen en menor cantidad, también superan con creces a la fruta cítrica.
Pimiento verde (100 g) | Pimiento rojo (100 g) | Pimiento amarillo (100 g) | |
Energía (kcal) | 20 | 31 | 27 |
Carbohidratos (g) | 4,64 | 6,03 | 3,32 |
Azúcares (g) | 2,40 | 4,20 | |
Potasio (mg) | 150 | 211 | 212 |
Vitamina A (UI) | 370 | 3131 | 200 |
Vitamina C (mg) | 80 | 127,70 | 183,50 |
Ácido fólico (mcg) | 70 | 46 | 26 |
Vitamina K (mcg) | 7,40 | 4,90 | |
Fuente: Molina (2015) |
El consumo de pimientos aporta gran cantidad de beneficios para la salud. la vitamina C porque aleja el sistema inmune, razón por la que tradicionalmente se la ha considerado como un protector frente a resfriados; ayuda a la regeneración de la piel y a la cicatrización; interviene en la producción de colágeno y reduce el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares los pimientos también son ricos en carotenoides, tanto de los precursores de la vitamina A como de los que actúan por sí mismos, la principal función de todos ellos es mantener la salud ocular.
Cómo cocinar los pimientos
Para aprovechar al máximo las vitaminas, los pimientos deben consumirse crudos o con cocciones breves, aunque, gastronómicamente hablando, pueden emplearse en multitud de recetas de todo tipo a las que aportan sabor y color con una cantidad mínima de calorías, grasas y carbohidratos, lo que los convierte en un alimento idóneo para dietas hipocalóricas y bajas en hidratos de carbono.
Los pimientos crudos son perfectos para dar un toque crujiente a cualquier ensalada como esta de quinoa y alubias negras con trampó. Una preparación muy sencilla es el pico de gallo que se puede comer solo como si fuera una ensalada o como acompañamiento en platos como bocadillos o estos huevos rancheros.
Los pimientos asados también son muy versátiles como guarnición y como parte de ensaladas como el típico esgarraet.
Otra forma clásica de cocinar los pimientos es rellenándolos, lo que nos permite preparar platos muy completos y saludables como estos pimientos rellenos de cuscús o estos otros rellenos de tofu y verduras y otros platos más contundentes como estos pimientos verdes rellenos de carne con salsa de tomate. Es también ingrediente imprescindible de los sofritos que servirán de base a platos como arroces o pistos.