Cremoso, fragante, con un sabor un tanto ácido, a la vez que amargo, pero desde luego inolvidable, la Torta del Casar cumple 25 años como Denominación de Origen. Un sello del que presume desde el 11 de enero de 1999, otorgado por la Junta de Extremadura y que ha permitido que se "diferenciase el queso tradicional elaborado en las comarcas centrales de Cáceres de otros quesos similares de pasta planta" como ha declarado Javier Muñoz. director del Consejo Regulador de la D. O.P Torta del Casar.
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"Tener la Torta del Casar entre sus productos ha servido a las queserías como carta de presentación, traduciéndose en una mejor penetración en los mercados, y por tanto en un aumento en las ventas de otros de sus productos", ha concluido Muñoz.
El sello de Denominación de Origen asegura al consumidor que la Torta del Casar es un queso que se elabora exclusivamente en la zona geográfica tradicional con leche cruda de ovejas controladas, y cuya coagulación se realiza con cuajo vegetal natural procedente del cardo 'Cynara cardunculus'.
Además, este distintivo fija las características físicas que debe tener el queso, como las dimensiones y el peso; o las organolépticas, que establecen sus singularidades en cuanto a corteza, color, olor, sabor o textura, cualidad fundamental y diferencial de este queso, según informa la D. O. P. Torta del Casar.
El futuro de la Torta del Casar
En su 25 aniversario uno de los retos que afronta es el relevo generacional, así con ello el presidente del Consejo Regulador de la D. O. P. Torta del Casar, Ángel Pacheco, ha incidido en la necesidad de "dimensionar correctamente las ganaderías para poder realizar contrataciones estables con condiciones laborales atractivas" y así atraer a personas jóvenes. Además, ha subrayado la importancia de "cooperativizar la producción láctea para dotar de mayor seguridad a las ganaderías, tanto en su comercialización, como en la financiación o la asistencia técnica de las explotaciones".
Otro de los grandes retos es incorporar nuevas queserías que elaboren el producto de manera tradicional. En los últimos años, el número se ha reducido hasta las seis que hay en la actualidad. Sin embargo, tal y como expresa el presidente del Consejo Regulador de la D.O.P Torta del Casar, Ángel Pacheco, "la producción quesera no ha mermado porque las queserías existentes han ido ganando tamaño y profesionalidad, lo que asegura una producción continuada de Torta del Casar".
Expectativas de un futuro esperanzador para una D.O.P que en este cuarto de siglo ha sabido adaptarse a las necesidades del consumidor y mercado: ofreciendo el queso en formato pequeño de 500 gramos que ha pasado a ser el más vendido. También se ha unificado su presentación con una contraetiqueta rojo y oro que rodea cada queso que facilite su identificación y comercialización.
Cinco recorridos para conocer y degustar Cáceres
Para promover el turismo por la provincia con la gastronomía como motor y, en concreto, la Torta del Casar como acelerador, la Junta ha propuesto una serie de rutas que vertebran el mapa de la provincia de Cáceres con paradas en reconocidos puntos de interés, todos ellos con salida y llegada en Casar de Cáceres, lugar de nacimiento del más popular de los quesos extremeños. El primer recorrido barre el suroeste de la provincia, pasando por Cáceres capital, la zona del Tajo Internacional y del Tajo Salor Almonte con paradas estratégicas en museos entre los que destacan el Museo del Queso, el Museo Vostell o el Museo Helga Alvear.
El segundo recorrido gastronómico se dirige al noroeste de la provincia cacereña, pasando por el Valle del Alagón, la Sierra de Gata o Las Hurdes. Uno que lleva a descubrir los secretos de San Martín de Trevejo, uno de los 100 pueblos más bonitos de España, así como los de Galisteo o Coria.
El tercero recorre el norte-centro de la provincia. Un viaje donde hará falta tirar de carrete al conocer parajes como el del Parque Nacional de Monfragüe, o el Valle del Ambroz y conjuntos históricos como el Plasencia.
Sería pecado no atravesar por el Valle del Jerte y eso es lo que hace la cuarta ruta, también por La Vera y Campo Arañuelo, y otros icónicos paisajes que salpican el noreste de Cáceres. El Monasterio de Yuste o el Casillo de Belvís son dos lugares que merecen una parada a lo largo del camino.
El sureste de la provincia está integrado en la quinta y última ruta gastronómica, en la que se visita Montánchez, Trujillo o el Geoparque Villuercas Ibores Jara.