Este lunes han pasado muchas cosas, entre ellas al rey Felipe VI le ha tocado soplar velas, en concreto 55, una por cada año que cumple. Y como no existe buen cumpleaños sin buena celebración, los Reyes de España no quisieron dejar pasar la ocasión para disfrutar de la noche madrileña y brindar por dar otra vuelta al sol, en compañía. Los Reyes, que se han dejado ver en más de una ocasión en lugares tan desconocidos como populares, acudieron el pasado sábado por la noche hasta un conocido bar en el corazón de Madrid: Ferretería.
El restaurante ubicado en el número 57 de la calle Atocha es más bien una suerte de trampantojo de la restauración: ocupa el espacio que albergaba la ferretería más antigua de Madrid, abierta en 1888, y que tras ser reformado y convertido en restaurante en 2015 mantuvo su nombre, pero no su función.
Su historia comienza cuando la fundadora del local, Maria Antonia Escapa, conocida cariñosamente como Toñi, “abriría un restaurante en el que todo el mundo se sintiera como en casa, donde las sobremesas fueran como las de antes, un sitio, incluso, donde poder jugar la ‘partidina’ con los colegas. Pero no solo eso, quería crear un espacio que reuniera historia, arte y gastronomía. Y, tras años de mucho trabajo y esfuerzo, creemos que lo hemos conseguido”.
Se trata de un amplio y acogedor local de dos plantas que conserva su aspecto antiguo. En la planta de abajo, una barra que preside la sala nada más entrar y en la que establecerse para dejarse seducir por un taperío exclusivo y otros platos más contundentes que se mueven por la cocina de mercado y tradicional. La planta de superior, en la que cenaron los Reyes, cuenta con mesas para sentarse y disfrutar de ratos más largos y sosegados.
“Algo importantísimo para mí fue respetar el local y su historia, creando un espacio y un ambiente único donde todo el mundo se sintiera bienvenido y disfrute de lo que nosotros denominamos mucho más que una experiencia gastronómica”, cuenta su fundadora.
A pesar de contar con un espacio privado en el que realizar encuentros y eventos en la intimidad, Felipe y Letizia optaron por ser unos comensales más, sin importarles la exposición a miradas y saludos espontáneos.
En su carta comparten espacio cuidadas tapas y raciones como sus ricas croquetas o las patatas bravas con espuma de calabaza, sin olvidarse de la anchoa del Cantábrico o la ensaladilla rusa con ventresca. Los hay también "muy ferreteros", como los callos o los rejos de calamar. Otra de las apuestas son los arroces o los platos de cuchara, como el marmitako de atún o el cocido leonés.
Tanto si se quiere hacer una para rápido en ruta por el centro de Madrid, como si se elige como destino de plato hondo y sobremesa, los ratos en Ferretería siempre saben bien y sino que se lo pregunten a la reina Letizia y a Felipe VI, el rey.